Cuando ser inteligente no es suficiente: lecciones del LTCM

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Ilustración: Morning Brew / Unsplash

Si algo se destaca en la historia del fondo de inversiones LTCM es que no existen estrategias infalibles y que en el mundo de la inversión tampoco existe la ansiada bala de plata. Ninguna estrategia puede producir altas tasas de retorno sin riesgo.


El fondo Long Term Capital Management (LTCM) fue la creación del famoso exvicepresidente de Salomon Brothers John Meriwether, junto con un exvicepresidente de la Reserva Federal y dos ganadores del Premio Nobel, Myron Scholes y Robert Merton, quienes compartieron el premio en 1997 por el desarrollo de un nuevo método para determinar el valor de instrumentos derivados. La prensa especializada consideraba este equipo el dream team de la industria financiera.

LTCM se estructuró inicialmente para participar en el arbitraje de bonos y en la explotación sistemática de precios erróneos que ocurrieran en estos instrumentos. La idea era comprar bonos infravalorados y vender bonos sobrevalorados al descubierto afectados por factores similares, de manera tal que se «obtendrían» ganancias de manera consistente y sin «exposición» al riesgo del mercado.

 

¿Un milagro?

¿Cómo fue posible que LTCM obtuviera retornos de cuarenta por ciento o más la mayoría de los años en que estuvo activo? La respuesta: apalancamiento. Pidieron prestado suficiente dinero para comprar bonos que valían varias veces su capital. Hoy se sabe que el capital de los socios generales de LTCM aumentó por medio de préstamos hasta aproximadamente 1.500 millones de dólares y se emparejó con 3.100 millones de dólares de capital de socios limitados.

Estos 4.600 millones de dólares fueron capital suficiente para que LTCM mantuviera inversiones por unos 150.000 millones de dólares y posiciones largas y cortas en derivados que tenían un «valor teórico» agregado de ¡1,25 billones de dólares! Cuando alguien, sea un inversionista particular o un gran fondo de inversiones, está en una situación en la cual las inversiones exceden tanto su patrimonio no hace falta una gran caída de los precios de los instrumentos en cartera para acabar con ese patrimonio.

Entre las técnicas empleadas por LTCM se destacó el uso de algoritmos para escanear miles de valores y detectar casos en los que se hubieran violado las relaciones históricas y se pudieran obtener beneficios al volver a la norma. Estos son los llamados «intercambios de convergencia». Supuestamente, LTCM utilizó modelos para evaluar la probabilidad de que la historia se reafirmara y el riesgo de que la cartera general de relaciones individuales fuera por el camino equivocado. De este modo, determinarían la cantidad de riesgo y apalancamiento que podría asumirse con seguridad.

En su libro Against the gods Peter Bernstein muestra cómo el desarrollo del estudio de las probabilidades hizo posible tanto el juego informado como la inversión informada, junto con otras formas de tomar decisiones relativas al futuro. Pero los productos de esta búsqueda siguen siendo meras posibilidades, o a lo sumo, expectativas razonables. Los acontecimientos probables a veces no se producen, y los improbables a veces sí.

Lo mismo ocurre en el mundo de las inversiones; en pocas palabras, las relaciones que deberían mantenerse a veces no lo hacen. Esto puede ocurrir porque los mercados y los sistemas no funcionan, porque los acontecimientos no se anticipan totalmente o, simplemente, por la falta de fiabilidad de los participantes «humanos» (las personas asustadas a menudo no dan un paso adelante con el dinero en efectivo en los momentos más importantes).

El fracaso de una relación suele producirse justo cuando la fe en ella ha alcanzado un nivel excesivo y se han apostado enormes sumas de dinero por ella. Por la razón que sea, en muchos casos los modelos probabilísticos resultaron no tener en cuenta suficientemente un «desastre improbable».

 

¿Qué enseña la historia del LTCM?

Si algo se puede destacar en esta historia es que no existen estrategias infalibles y que, en el mundo de la inversión, la tan ansiada bala de plata no existe. Ninguna estrategia puede producir altas tasas de retorno sin algún riesgo y nadie tiene todas las respuestas.

La brillantez, como el orgullo, a menudo va antes de la caída. Es insuficiente para permitir que quien la posea controle el futuro, pero puede hacer que la gente le siga sin hacer las preguntas que debería y sin reservar lo suficiente para el día lluvioso que inevitablemente llega. Esta es probablemente la mayor lección de LTCM.

Las lecciones de LTCM no se limitan a lo ocurrido en la empresa. Ilustran varias verdades universales de la inversión. Todos recuerdan la famosa observación de George Santayana: «Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo». Pero, ¿cuántos de los errores de hoy son solo repeticiones del pasado? La gente seguirá cometiendo errores y no debería rehuir de ellos, dado que forman parte de su proceso de formación. Solo debe intentar que no sean de la magnitud del LTCM.


José Miguel Farías, gestor de fondos de Arca Asset Management y gerente de Mercado de MasValor Casa de Bolsa, S.A. Twitter: @JMFariasU