¿El retorno negativo de los treasuries?

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Fotografía: Foto-Rabe / Pixabay

En un contexto de tensión política, que amenace con activar un ciclo recesivo, a la Reserva Federal de Estados Unidos no le quedará más remedio que seguir con la reducción de las tasas de redescuento que comenzó el pasado 31 de julio de 2019.

Carlos Jaramillo / 29 de agosto de 2019


 

Los especialistas de Pacific Investment Management Company (Pimco), una de las administradoras de títulos de renta fija más grandes del mundo, sostienen que los bonos del Tesoro de Estados Unidos de rendimiento negativo son, de momento, una posibilidad más que una probabilidad. Sin embargo, un tibio crecimiento económico estadounidense unido a una alta demanda de instrumentos de inversión de una población que envejece podrían hacer bajar el rendimiento de los papeles a diez años hasta niveles del uno por ciento en el segundo semestre de 2020: retornos no vistos desde mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado.

Faltan escasos quince meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos y la Reserva Federal (FED) comienza a transitar un sendero minado de trampas políticas. Si el gobierno chino decide mover todos sus recursos para evitar la reelección del camarada Trump podría aumentar la volatilidad de los mercados financieros, debido a una devaluación del renminbi y un lento avance de las negociaciones comerciales chino-estadounidenses.

En un contexto de tensión política, que amenace con activar un ciclo recesivo, a la FED no le quedará más remedio que seguir con la reducción de las tasas de redescuento que comenzó el pasado 31 de julio de 2019. El gobierno de Trump incurrió en un déficit presupuestario de 1,1 billones de dólares en los dos últimos años, y debe continuar haciéndolo este año y el siguiente.

Es muy posible que la FED ayude a cubrir el hueco presupuestario comprando treasuries, pero con una estrategia: lograr una disminución de los retornos a lo largo de la curva de rendimiento; es decir, bajar las tasas de interés tanto de corto plazo (que responden a cambios en los rendimientos de las tasas intercambiarias) como de mediano y largo plazo. Esta estrategia se conoce con el nombre de «control de la curva de rendimientos» y ha sido usada extensamente por el banco central japonés en esta década.

El pasado 7 de agosto la gobernadora de la FED, Lael Brainard, comentó en una conferencia con un grupo empresarial en Virginia sobre la posibilidad de que la FED focalice sus compras en títulos con vencimientos entre uno y tres años. Aunque todavía no es una decisión tomada, es un tema que empieza a discutirse en su organización.

La mezcla de reducción de tasas de redescuento con compras de títulos a vencimientos específicos podría llevar la porción corta de la curva de rendimiento a niveles ligeramente inferiores al tan temido cero por ciento, si la economía estadounidense, en un contexto internacional recesivo, requiere más estímulos vía reducción del costo del dinero para no caer ella también en una recesión. Los grandes ganadores en este escenario serían el dólar, cuya presión alcista se reduciría, y, por supuesto, el mercado accionario estadounidense.

La pregunta más urgente es: ¿qué factor pesará más en la evolución de los mercados financieros en el próximo año y medio? ¿Será la volatilidad inducida por los problemas con China o la subida de los precios de los instrumentos de renta variable, estimulada por un abaratamiento del dinero?


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.