En línea con el médico

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La red ha cambiado los servicios de salud y la relación médico-paciente. Un internauta puede conocer los testimonios de personas con padecimientos similares, revisar las opiniones sobre un medicamento o una terapia, o procurar consultas médicas en línea.

Luis Ernesto Blanco / 17 de julio de 2017


Con la proliferación de portales especializados en el tema de la salud, los usuarios de servicios médicos tienen la posibilidad de acudir a sus citas con mucha más información, una circunstancia no siempre bienvenida por muchos galenos, quienes se sienten amenazados por la tecnología y cuestionan el hecho de que la gente se «autoconsulte» en internet e incluso llegue a sugerir diagnósticos a partir de algunos síntomas. Pero esta es la realidad: el usuario de servicios médicos puede ahora cuestionar lo que dice el especialista y rechazar sus recomendaciones.

Diversas actividades relacionadas con la salud y el bienestar han cambiado los servicios de salud y la relación médico-paciente; más allá de la búsqueda de información en portales de reconocida reputación, como la Enciclopedia de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Este fenómeno puede constatarse cada vez que un internauta investiga en foros virtuales los testimonios de personas con padecimientos similares, revisa las opiniones sobre la calidad de un medicamento o una terapia, solicita citas por medio de plataformas informáticas o procura consultas en línea con profesionales de la medicina.

La consulta médica virtual podría resultar polémica, pero ofrece ventajas evidentes. Hay una mayor facilidad de acceso, sobre todo cuando el paciente se encuentra solo y no puede salir del domicilio. La automedicación es sustituida por el diagnóstico de un especialista. Los usuarios reciben atención personal, sin listas de espera y con mejoras en la calidad del servicio.

 

Un negocio en marcha

Muchos advirtieron la posibilidad de reorientar el negocio de la salud y comenzaron a ofrecer distintas modalidades de servicios. En Latinoamérica se destaca el portal colombiano 1DOC3, que ofrece consultas médicas gratuitas en línea. En menos de tres años, ya cuenta con más de 500 médicos registrados y supera los 17 millones de orientaciones a pacientes; aunque sus administradores aclaran que la página «no provee un diagnóstico médico o tratamiento y sus respuestas corresponden a orientación médica, no a consulta». También están los venezolanos de Mediconecta, que ofrecen el servicio de consultas en línea.

El portal de bhd Consulting, una empresa dedicada a desarrollar proyectos basados en tecnologías de la información en el ámbito de la asistencia sanitaria, la salud móvil y la educación, señala:

En los últimos 10 años, y en coincidencia con la revolución digital, la e-salud ha cobrado mayor relevancia en nuestras vidas. En la actualidad, en España 60 por ciento de las personas utilizan internet como fuente de información relacionada con la salud. Además, 27 por ciento usa habitualmente algún dispositivo electrónico relacionado con la salud (ya sea un gadget que monitorice la actividad física, una aplicación móvil o un sistema de teleconsulta) (bhd Consulting, 2016).

Los datos provienen del Informe Doctoralia sobre Salud e Internet 2015 (Doctoralia, 2015), que presenta los resultados de un estudio realizado simultáneamente durante el mes de diciembre de 2014 en España, Italia, Francia, Brasil, Chile, México, Colombia y Argentina. La investigación contó con una muestra de más de 4.000 participantes y mostró señales claras de cómo la tecnología está modificando las características de los pacientes: nuevos rasgos que deben ser entendidos y anticipados por los servicios de salud en la actualidad.

El ámbito de la salud tampoco ha estado aislado del fenómeno de la red 2.0 y la masificación de los dispositivos móviles con conexión a internet. Un 26 por ciento de los usuarios encuestados declaró que durante los últimos doce meses planteó alguna pregunta o compartió su estado de salud en foros virtuales y redes sociales. Otro 35 por ciento dijo haber utilizado su teléfono inteligente para cuestiones relacionadas con la salud. Las principales aplicaciones utilizadas se referían a información de salud en línea (86 por ciento), ejercicio físico (77), dietas (66) y gestión de medicamentos (66).

Muchos médicos comienzan a aceptar como inevitable la competencia virtual, pero todavía algunos la ven con desconfianza. Sergio Vañó, presidente de la española Asociación de Investigadores de eSalud, advierte: «Si una persona contacta con otra a través de las redes sociales sin diagnóstico, el hecho de preguntar porque le duela la tripa, podría llevarle a la conclusión errónea de que puede tener un cáncer de estómago» (Pérez, 2016).

En el terreno de las desventajas hay otras consideraciones para tomar en cuenta; por ejemplo, la desconfianza sobre la calidad de los servicios de salud y la dificultad para evaluar criterios como eficacia y eficiencia. También está la dificultad para obtener una evaluación completa del paciente sin realizar un examen físico, lo que imposibilita un diagnóstico concluyente. Por último, es pertinente mencionar los problemas de seguridad de los datos y confidencialidad de la información transmitida vía internet.

El hecho de que exista la opción de la medicina por internet no implica obligación de usarla por parte de las personas que todavía son refractarias a la tecnología. Pero, sin duda, en los días por venir se va a escuchar con mucha frecuencia hablar de ella.

 

Referencias

  • bhd Consulting (2016): «Las ventajas de la eSalud». http://www.bhdconsult.com/las-ventajas-de-la-esalud/
  • Doctoralia (2015): «Informe Doctoralia sobre salud e internet 2015». http://insights.doctoralia.es/informe-doctoralia-sobre-salud-e-internet-2015/
  • Pérez, N. (2016): «Consultas al “doctor Google”: el 60% de los internautas españoles realizan búsquedas sanitarias». http://www.20minutos.es/noticia/2760584/0/consultas-salud-internet-aplicaciones-telemedicina/#xtor=AD-15&xts=46726

Luis Ernesto Blanco, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello / @lblancor