¿Le quedan conejos a la FED en su chistera?

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Además de los diversos mecanismos que ha ensayado para inyectar liquidez en los mercados financieros, la Reserva Federal aún tiene opciones que no ha desarrollado: líneas de liquidez para gobiernos subnacionales, préstamos a las pymes o devaluar el dólar.

Carlos Jaramillo / 3 de septiembre de 2020


 

En este momento las cámaras del Congreso de Estados Unidos se encuentran en vacaciones estivales, por lo que cualquier iniciativa legislativa para aliviar las vidas de los estadounidenses en paro deberá esperar a septiembre. Afortunadamente, la Reserva Federal (FED) no toma vacaciones colectivas.

En los últimos meses la FED ha intervenido en los mercados secundarios de deuda con la compra de emisiones primarias de bonos; ha hasta prestado dólares a bancos centrales amigos, todo para garantizar cantidades razonables de liquidez. Pero todavía le quedan tres conejos para sacar de la chistera como cualquier buen mago en un cumpleaños sabatino.

El primer mecanismo recibe el nombre de Programa de Liquidez Municipal (MLF, por sus siglas en inglés). Es un fondo de 500.000 millones de dólares para comprar notas que emiten directamente las municipalidades, el Distrito de Columbia y algunos estados, con el objeto de continuar sus operaciones a pesar de la reducción temporal de sus ingresos propios (impuestos y tasas).

Las tasas de interés pagadas y los reducidos plazos de financiamiento han hecho, según algunos especialistas en finanzas locales, que este fondo haya sido subutilizado hasta ahora. Los gobiernos municipales han sido las cenicientas de los programas de asistencia del gobierno federal y la FED: han recibido una mínima porción de los recursos inyectados durante la pandemia. Garantizar el ingreso de los empleados públicos y una adecuada prestación de servicios públicos podría hacer más llevadera esta recesión. La FED podría liberar recursos a los gobiernos subnacionales vía el MLF, si aumenta los plazos de los préstamos a décadas y lleva las tasas a cero.

El segundo mecanismo es el Programa de Préstamos para Pequeñas y Medianas Empresas (MSL, por sus siglas en inglés), incluidas las organizaciones no gubernamentales. Los 600.000 millones de dólares asignados los coloca la banca, que otorga inicialmente los préstamos a los beneficiarios del programa y después vende el 95 por ciento de su valor facial al MSL. Las empresas beneficiarias se obligan no solo a pagar los préstamos obtenidos, sino también a mantener la nómina de empleados en magnitudes similares a los anteriores a la aparición de la covid-19.

Este programa incluye financiamiento a cinco años, una tasa de interés de libor + 3 por ciento, con un año de gracia para el pago de intereses y dos para el principal. Escasamente se han prestado 480 millones de dólares del MSL, por lo que sería interesante identificar los factores que explican tan baja ejecución. Es probable que las empresas perciban muy costoso el financiamiento de 300 puntos básicos por encima de la libor.

La FED puede, adicionalmente, hacer algo que los bancos centrales saben hacer muy bien: devaluar el dólar mediante compras masivas de otras divisas. Los grandes ganadores de la aplicación de este mecanismo serían los exportadores estadounidenses y todos los que tienen pasivos en dólares; principalmente, los gobiernos soberanos de mercados emergentes.

Una lección que la FED ha aprendido en esta crisis de salud pública es que no basta con ofrecer oportunamente la liquidez requerida para mantener en funcionamiento la economía. El diseño de los mecanismos de ejecución de los programas de auxilio financiero es un reto en sí mismo.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.

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