Margen de seguridad: tres palabras clave en el mundo de la inversión

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Fotografía: Felipe Correia / Unsplash

El desempeño de las principales bolsas durante 2020 proporciona un gran telón de fondo para distinguir las reacciones impulsivas de los inversionistas y aprovecharlas como margen de seguridad: durante los períodos de crisis y euforia es previsible que actúen de la misma manera.


La crisis en los mercados financieros, cuyo catalizador fue el abrupto brote del covid-19, puso a prueba el temple de muchos inversionistas. Después de una década de grandes alegrías para la mayoría de los agentes, ver los principales índices de referencia caer precipitadamente propició una estampida del abarrotado teatro, que ahora se encontraba en llamas.

Dado el tremendo desconocimiento que rodeaba —y aún lo hace— la trayectoria del covid-19, y la debacle económica que puede dejar a su paso, muchos inversionistas consideraron que la hemorragia posterior a la caída del mercado era un entorno muy negativo para considerar la compra de acciones de cualquier tipo, por muy bajo que fuese su precio. La secuencia a corto plazo de los acontecimientos desde finales de febrero hasta mediados de marzo con la posterior recuperación del mercado, proporciona un telón de fondo instructivo que puede ayudar a curtir la forma de ver los mercados financieros.

 

La psicología de los inversionistas durante el caos

Si algo enseñan grandes leyendas de la inversión, como Benjamin Graham, Warren Buffett o Seth Klarman, es que los períodos de intranquilidad en el mercado pueden ofrecer grandes oportunidades para comprar compañías financieramente sólidas a precios por debajo de su valor real. Este enfoque permite acrecentar el «margen de seguridad»: la diferencia entre la cotización actual de una acción y su valor intrínseco.

Seth Klarman destaca en su libro Margin of safety que en situaciones de pánico el riesgo no desaparece, pero permite a un inversionista enfocado en el valor intrínseco equilibrar el riesgo calculado con el margen de seguridad que ahora proporcionan los precios de las acciones en medio de dificultades temporales. Klarman recuerda que, como señaló Graham en 1934, los inversionistas inteligentes «miran al mercado no como una guía para saber qué hacer, sino como un creador de oportunidades».

La exuberancia excesiva resulta en precios erróneos que pueden ser explotados por quienes son capaces de mantener una disciplina sobre sus emociones. Al igual que Graham, Klarman considera que la naturaleza humana abarca los extremos de la emoción: de la avaricia al miedo. Para la mayoría de las personas es difícil actuar en oposición a sus emociones. Los inversionistas tienden a proyectar tendencias de corto plazo —tanto favorables como adversas— indefinidamente hacia el futuro, lo que también es un grave error.

 

El elemento fundamental en la gerencia de inversiones

La mayoría de los grandes gestores en la industria de la inversión han destacado que entender, reconocer y controlar el riesgo es el factor más importante al invertir. Por un lado, no hay «certeza» de que asumir un mayor riesgo resulte realmente en el logro de un mayor rendimiento. Los mejores inversionistas no apuntan al rendimiento. Se centran primero en el riesgo, y solo entonces deciden si el rendimiento proyectado justifica la adopción de cada riesgo en particular. Por otro lado, cuando la «manada» se centra exclusivamente en el rendimiento, con frecuencia los precios suben y los rendimientos bajan, y ocurren momentos de sobrevaloración que terminan por golpear a todos los participantes. A pesar de que la inversión puede considerarse un juego de «suma cero», el enemigo del inversionista suele ser el mismo en la mayoría de los casos.

Si algo está claro es que los mercados no son siempre eficientes. Tienden a la eficiencia, y en algunos momentos es posible que algunos activos estén perfectamente valorados, pero siempre habrá oportunidades para el inversionista metódico, capaz de reconocer los desajustes del mercado.

Los mercados son ineficientes debido a la naturaleza humana, innata, arraigada y permanente. Los inversionistas no eligen conscientemente invertir de acuerdo con sus emociones, simplemente no pueden evitarlo. Esta actitud se exacerba durante los ciclos del mercado, en los cuales se ponen en evidencia los extremos de comportamiento, independientemente de la experiencia o la educación del inversionista.

 

La importancia de un margen de seguridad

Las enseñanzas recientes permiten estar al tanto de las reacciones impulsivas del público durante los vaivenes del mercado, para aprovecharlas cuando se repitan. Durante los períodos de crisis y euforia es previsible que muchos inversionistas actúen de la misma manera.

Siempre es aconsejable, por no decir imprescindible, buscar empresas que tengan un margen de seguridad aceptable. Es una cuestión de sentido común que debe tener siempre presente el inversionista inteligente. Igualmente, es importante tener en cuenta que un alto margen de seguridad no impide perder dinero. Por ello, una medida adicional para disminuir el riesgo es invertir en empresas con ventajas competitivas duraderas y negocios estables. Esta combinación aumenta las probabilidades de que su cartera esté preparada para cuando las cosas vengan mal. Y, si nada sale mal, seguro que los ganadores sabrán cuidar de sí mismos.


José Miguel Farías, gestor de fondos de Arca Asset Management y gerente de Mercado de MasValor Casa de Bolsa, S.A. Twitter: @JMFariasU