Pocos inventos en América Latina

2014
Fotografía: Pixabay.

A pesar de los esfuerzos, y salvo excepciones, los desarrollos tecnológicos e inventos en América Latina no son suficientes para salir adelante. En los últimos años se ha reducido el número de solicitudes de registros de patentes.

Fabiana Culshaw / 26 de noviembre de 2018


América Latina está rezagada en cuanto a patentes de invención, en comparación con países europeos, asiáticos y Estados Unidos. Según el estudio Latinestadísticas, en 2017 se registraron 58.931 solicitudes de patentes: 4,8 por ciento menos que en 2016. La reducción viene ocurriendo desde años anteriores, en forma progresiva, con altibajos. La realidad es que las inversiones y la dedicación para crear inventos son insuficientes.

Las empresas líderes son, por lo general, las que producen investigaciones y desarrollos tecnológicos en áreas tan diversas como energía, agroindustria, farmacéutica, entre otras. Pero últimamente las universidades están «tomando la posta» y han firmado acuerdos con empresas privadas y públicas para investigaciones conjuntas. Aun así, la región no termina de repuntar.

Otra realidad refleja que los científicos e investigadores prefieren trabajar fuera de la región. Suelen establecerse en Estados Unidos y Europa, porque allí cuentan con mayores recursos y garantías que les son negadas en sus países de origen.

Comparación global

En los reportes del Índice Mundial de Innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), los líderes en innovación son Estados Unidos, Suiza, Países Bajos, Suecia, Reino Unido y Singapur. La novedad de este año es China, que irrumpió como una de las economías más innovadoras del mundo.

Lo deseable es que los países inviertan al menos dos por ciento de su producto interno bruto (PIB) en ciencia y tecnología; muchos lo hacen, e incluso más, como Finlandia e Israel. También los países del este asiático se están destacando en los montos que desembolsan en ese reglón, como Corea del Sur, China y Japón.

La inversión en investigación y desarrollo de Corea del Sur llega a cuatro por ciento de su PIB. China se ha propuesto llegar a ser líder en robótica, viajes espaciales, biotecnología, inteligencia artificial y más. Ese país ha avanzado en todas las áreas y, con el tiempo, ha aumentado considerablemente el número de patentes.

El estudio de OMPI 2018 revela otro dato interesante: las inversiones mundiales en nuevas fuentes de energía son iguales o mayores que las de años anteriores, pero las patentes en esa área se han estacionado o declinado leventemente. El descenso más pronunciado se observó en energía solar, eólica y combustibles. Lo que ha crecido es la invención en tecnologías de conservación de energía y transportes sin contaminación.

En 2016 batieron récord las solicitudes internacionales de patentes, con un total de 233.000. Estados Unidos fue líder con 24,3 por ciento, mientras que América Latina solo registró 62.839. Frente a ese panorama, la OMPI concluyó que en la región latinoamericana es “mediocre la progresión de investigación y desarrollo”. La situación de este año se mantiene similar.

Líderes en América Latina

En el alicaído panorama regional, Brasil y México tienen mayores solicitudes de patentes, algo cónsono con el tamaño de sus economías. En 2017 se registraron 28.667 solicitudes provenientes de Brasil, lo que coloca a esa nación como la más innovadora de la región. Entre los mayores solicitantes están las universidades de San Pablo, Católica de Pernambuco y la de Minas Gerais. México, por su parte, registró 17.184 solicitudes de patentes en 2017, la mayoría de los sectores químico y farmacéutico. Le siguen muy de lejos Argentina, Chile y Colombia.

El caso venezolano

Las solicitudes de patentes de Venezuela sumaron 1.602 en el año 2014 y fueron reduciéndose hasta llegar a 499 al cierre de 2017, según Latinestadísticas. La cifra se refiere exclusivamente a solicitudes, porque desde hace más de una década no se otorgan certificados al país. Esto se debe a que, para el gobierno de Venezuela, el sistema de propiedad intelectual monopoliza el libre derecho a la producción y a la generación de ingresos, si bien en casi todo el mundo las patentes son vistas como las bases de la innovación tecnológica y el desarrollo.

Durante una época Venezuela fue ejemplo en cuanto a patentes relacionadas con la industria petrolera. Hoy es uno de los países menos avanzados en esta materia. Además, muchos investigadores se han ido del país y los frutos de sus creaciones se ven en el exterior.

Es de esperar que América Latina supere su rezago y se acerque al grado de desarrollo tecnológico alcanzado por los países avanzados, que se destaque como creadora independiente no como mera consumidora. Muchas organizaciones regionales, gobiernos y empresas privadas apuestan a ello. El desafío es grande. Más aún para Venezuela.


Fabiana Culshaw, periodista y psicóloga empresarial.