Propaganda en 280 caracteres

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Fotografía: Max Muselmann/ Unsplash

El gobierno venezolano se trazó como estrategia llegar a ser tendencia todos los días, para monopolizar la agenda de Twitter.

Luis Ernesto Blanco / 11 de diciembre de 2019


 

A mediados de junio de 2019 Twitter reveló una base de datos con casi 1.200 cuentas suspendidas en Venezuela, por estar involucradas en una campaña de influencia impulsada por el gobierno. Un análisis de la actividad y el contenido de más de ocho millones de tuits permitió observar que el gobierno usaba esas cuentas falsas para amplificar su propaganda.

La campaña de amplificación iba más allá de la coordinación y la difusión de mensajes desde distintas cuentas. En Twitter es posible republicar un mensaje (retuitear) y, así, reenviarlo a más usuarios de la red. Un tuit con muchos retuits parece tener apoyo popular. Pero la repetición de tuits, etiquetas o palabras desde cuentas distintas provocaba también la creación de tendencias que veían todos los usuarios; nada sorprendente, incluso era motivo de chiste cómo unos usuarios, en teoría distintos, eran capaces de enviar el mismo mensaje.

La investigadora venezolana Iria Puyosa venía alertando sobre este fenómeno desde hace algunos años. En un estudio para el Observatorio de (Des)Información y Propaganda de Latinoamérica, citado por Eugenio Martínez en el Diario de las Américas, Puyosa señaló:

… la Revolución Bolivariana persigue sistemáticamente patrocinar la desinformación digital, al tiempo que promueve la propaganda automatizada, el acoso cibernético y la criminalización del discurso en línea como estrategia para interferir en el debate de sus adversarios y generar división (Martínez, 2018).

El estudio se centró en Twitter durante la campaña presidencial previa al proceso del 20 de mayo de 2018 y analizó las tres principales tácticas empleadas por el gobierno: 1) articulación de cuentas oficiales y cuentas automatizadas para alcanzar trending topics diariamente; 2) promoción de etiquetas de distracción mediante la articulación de cuentas cyborgs y cuentas bots con uso de mensajes emotivos, escandalosos, desinformativos, ofensivos y falsos; y 3) secuestro de etiquetas de la oposición para desvirtuar sus discursos e interferir sus flujos de conversación.

El gobierno se trazó como estrategia llegar a ser tendencia todos los días para monopolizar la agenda de Twitter. Promovió etiquetas de campaña por cuentas oficiales, cuentas automatizadas y otras que efectivamente apoyaban la difusión de la campaña.

 

Persecución de la propaganda

Las prácticas del gobierno violan las condiciones de uso de Twitter y, por tal motivo, la red decidió aplicar sanciones a tres tipos de cuentas: 1) un grupo de tres usuarios con cientos de miles de seguidores, 2) dos docenas que van de unos pocos miles a 70.000 seguidores y 3) una larga cola de cientos de cuentas que difundían contenido. Es un modelo habitual en las campañas: «En general tiene sentido tener un grupo de cuentas dedicadas a postear contenido y muchas otras diseñadas para amplificarlo mediante retuits, respuestas y menciones automáticas» (Andrino y Pérez Colomé, 2019).

El número de cuentas suspendidas sugiere que, en realidad, la operación chavista puede resucitar: nunca fue eliminada del todo. Simplemente se limitó la capacidad del régimen para difundir su propaganda, como se limita el andar de un ciempiés al que se le quite una pata.

Las aplicaciones de Twitter para automatizar tuits y aumentar el alcance eran Dlvr.it e IFTTT. Este tipo de mensajes en las cuentas suprimidas alcanzó más de cinco millones de tuits (58 por ciento de los mensajes propagandísticos).

Los perfiles identificados como parte de la estrategia de distracción son, por lo general, anónimos multiplataforma, exhiben un comportamiento cyborg con personalidades que sugieren un usuario real: propagan memes, publican enlaces a noticias escandalosas, usan imágenes emotivas y critican al liderazgo político. Otras modalidades de difusión de propaganda en Twitter manipulan el espacio comunicacional con etiquetas sobre temas al margen de la agenda política, sobre los cuales la oposición tiene posiciones divergentes, o etiquetas con posicionamientos absurdos en Twitter.

También se utiliza el secuestro de etiquetas y la interferencia en conversaciones. Una vez que una etiqueta promovida por la tendencia opositora comienza a entrar en los trending topics es utilizada en un tuit con contenido divergente, que rápidamente es viralizado por bots asociados con el propósito de sumergir los tuits de los mensajes opositores.

 

Alerta permanente

La investigación de Puyosa encontró evidencia de que, en Venezuela, «cuentas de falsos opositores extremistas se infiltran e interactúan con personas reales de esas comunidades para generar credibilidad. Una vez que se ha establecido su influencia, pueden introducir nuevos puntos de vista y amplificar la división con mensajes incendiarios» (Martínez, 2018). Cualquier fórmula es válida.

Se trata de sostener una sola narrativa. Una sola verdad. Un solo grupo de noticias o que te distraigan o que te confundan para desmovilizar y desesperanzar. Es una táctica tan antigua como la vida, pero extremadamente potenciada por las nuevas tecnologías usadas por manos inescrupulosas (Trepiccione, 2019).

Combatir la propaganda en redes sociales requiere, sobre todo, dedicar tiempo a verificar las informaciones dudosas y seguir fuentes confiables. Es necesario un ejercicio permanente de educar a las audiencias, para no hacerle el juego al propagandista. Es una tarea difícil y permanente.

 

Referencias

  • Andrino, B. y Pérez Colomé, J. (2019): «Así opera la propaganda venezolana en Twitter». El País, 16 de febrero: https://elpais.com/tecnologia/2019/02/07/actualidad/1549571078_716504.html?id_externo_rsoc=TW_CC
  • Martínez, E. (2018): «Estrategia del chavismo en Twitter potencia la división de la oposición venezolana». Diario Las Américas, 15 de septiembre: https://www.diariolasamericas.com/america-latina/estrategia-del-chavismo-twitter-potencia-la-division-la-oposicion-venezolana-n4162424
  • Trepiccione, P. (2019): «La narrativa país». Efecto Cocuyo, 23 de junio: https://efectococuyo.com/opinion/la-narrativa-pais/

Luis Ernesto Blanco,  profesor de periodismo digital en la Universidad Católica Andrés Bello