El pleno produjo un plan

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Xi Jinping y varios miembros del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China asisten a la quinta sesión plenaria del XIX Comité Central del Partido. Beijing, del 26 al 29 de octubre de 2020. Fotografía: Wang Ye / Agencia de Noticias Xinhua.

El Comité Central del Partido Comunista de China estableció los lineamientos del plan quinquenal que cubrirá el período 2021-2025. Ya se discuten algunos cambios que ocurrirán cuando el plan se haga público en marzo de 2021.

Carlos Jaramillo / 17 de diciembre de 2020


 

El XIX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) celebró su Quinta Sesión Plenaria, o pleno, en Beijing entre el 26 y el 29 de octubre de 2020. Allí estableció los lineamientos del Vigésimo Cuarto Plan Quinquenal que cubrirá el período 2021-2025.

Un pleno reúne a los 370 miembros del Comité Central del PCCh para tratar temas de gobierno y buscar consensos con miras a hacer más eficiente el sistema socialista por el cual se rige el país. No es de extrañar que este último se haya destinado a delinear el próximo plan quinquenal, pues siempre el pleno de cada congreso del partido trata ese tema.

Desde 1953 los planes quinquenales del gobierno chino han sido los documentos clave para vislumbrar las tendencias político-económicas del gigante asiático.            El documento más reciente no contiene cambios importantes en las líneas políticas que regirán al país, pero sí identifica una serie de temas que deben ser atendidos por la burocracia estatal, las empresas del Estado y el resto de los actores que componen el quehacer político nacional. Entre ellos se destacan los siguientes:

  • Reemplazar el crecimiento de alta velocidad con un crecimiento de alta calidad.
  • Reequilibrar la economía con reformas estructurales del lado de la oferta.
  • Expandir la demanda interna, mientras se continúan apoyando los mercados de exportación.
  • Impulsar la modernización mediante innovación y avances tecnológicos.
  • Promover la producción ecológica, inteligente y de alta gama.

En esta ocasión, además de los lineamientos quinquenales, se publicó un segundo documento titulado Visión 2035 (2021-2035). En los lineamientos del plan y en la Visión 2035 se destacan dos frases que reflejan las aspiraciones del presidente Xi Jinping para las gestiones venideras: China construye una sociedad acomodada de manera integral y la visión a mediano plazo se centra en la modernización socialista.

El gran reto del PCCh, a escasos meses de celebrar el centenario de su fundación, es alcanzar un estado de bienestar que pueda ser disfrutado por 1.400 millones de personas. Tal desafío económico implica alcanzar grados de productividad no vistos hasta ahora, y se espera lograrlos mediante la llamada «modernización socialista».

El próximo plan quinquenal se concibe en un contexto en el que China se percibe como una sociedad que ha sido capaz de controlar la covid y regresar a la senda del crecimiento económico, gracias a un importante empujón de sus empresas de tecnología avanzada. Pero enfrenta tensiones geopolíticas agravadas por su papel estelar en la cadena global de suministros.

Hasta el momento no se han anunciado metas numéricas para el año 2025. Pero, en todo caso, se espera un crecimiento inferior al siete por ciento de la década pasada. China espera alcanzar para 2035 un PIB por persona del orden de 30.000 dólares, que es el correspondiente a un país moderadamente desarrollado. Esto implica multiplicar por tres el valor actual: unos 10.000 dólares.

El nuevo quinquenio económico se apoyará en una nueva política introducida en mayo de 2020 por el presidente Xi: la «circulación dual». En términos prácticos, China se apoya en su mercado interno para blindarse de la volatilidad de los mercados internacionales; en particular, de los vaivenes de la política exterior. Pero mantiene una importante actividad exportadora que trata de armonizar con las demandas de consumo interno, para garantizar patrones de consumo sostenibles a largo plazo.

Con la circulación dual se pretende potenciar el uso intensivo de la tecnología en las transacciones cotidianas: compartir el uso de activos con experiencias inspiradas en Uber o Airbnb, coordinar los mercados rurales y urbanos, optimizar canales de distribución, modernizar estructuras logísticas y coordinar el funcionamiento de los mercados de materias primas.

Es natural que los inversionistas internacionales se pregunten por sus oportunidades dentro del esquema del nuevo plan quinquenal. Aunque el universo de inversión es enorme, está muy condicionado por lo que los chinos esperan obtener, no solo en términos monetarios sino también en capacidades de los nuevos actores para aportar innovaciones, sin que eso cause problemas con las autoridades de sus países de origen.

Las áreas de interés esbozadas en las comunicaciones del pleno son: inteligencia artificial, información cuántica, circuitos integrados, ciencias de la vida y la salud, ciencia neuronal, reproducción biológica y tecnología aeroespacial. La mayor parte de las inversiones estará dirigida al mercado nacional, con énfasis en mejorar la calidad de vida de la población, siguiendo la idea cardinal de que para el año 2049, cuando se cumplan los cien años de la República Popular China, la población sea moderadamente pr+ospera.

Los grandes retos que se plantean en esta nueva fase del desarrollo chino consisten en, por una parte, crecer crecimiento reduciendo la desigualdad de la población (en particular, la que existe entre las poblaciones rural y urbana) y, por la otra, lograr apertura económica al mismo tiempo que se realizan cambios políticos sobre los cuales los jerarcas del PCCh seguramente tienen posiciones encontradas.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.

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