El sexto pleno

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Fotografía: Agencia de Noticias Xinhua Español @XHEspanol

El Comité Central del Partido Comunista Chino, además de reconocer los logros del partido en sus primeros cien años, marca la consolidación del presidente Xi Jinping como referente del plan de desarrollo chino para las próximas tres décadas.


El 11 de noviembre de 2021 terminó la sexta plenaria del Décimo Noveno Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh). Además de reconocer los logros del partido en sus primeros cien años de funcionamiento, los participantes acordaron apoyar al presidente Xi Jinping en su calidad de «piedra angular del proceso revolucionario».

Cada cinco años el PCCh elige un Comité Central formado por 205 miembros principales y 171 suplentes, cuya principal función es construir consensos y clarificar diferencias entre los distintos grupos de intereses de este cuerpo político. De manera que en los congresos del partido simplemente se refrendan los acuerdos alcanzados.

Durante su quinquenio de funcionamiento, el Comité Central realiza siete plenarias, conocidas con el nombre de plenos. Por tradición, en el sexto pleno tienden a hacerse los pronunciamientos de mayor contenido político y económico. Desde hace un par de décadas, los inversionistas extranjeros esperan con mucha ansiedad los comunicados emitidos al final de estas sesiones, pues definen las vías de acción del gigante asiático para los próximos años.

El último pleno emitió lo que los chinos llaman una resolución histórica —la tercera en los cien años del partido— en la que se reconoce al presidente Xi como el «principal fundador» de su pensamiento ideológico homónimo. El objetivo es convertir a China en un «gran país socialista moderno» para 2049.

Para contextualizar la importancia de esta resolución, recuérdese que en la primera de ellas, emitida en 1945, se reconoció a Mao Zedong como máximo líder de la revolución. En la segunda, Deng Xiaoping eliminó el entramado ideológico de Mao y sentó las bases para el impresionante crecimiento económico de los siguientes cuarenta años; con una orientación expresada en la famosa frase: «No importa si el gato es blanco o negro mientras cace ratones».

La ideología de Xi predica la práctica de los valores fundamentales socialistas —incluidos el marxismo, el comunismo y el socialismo— con características chinas. Mejorar los medios de vida y el bienestar de las personas es el objetivo principal del desarrollo.

El lema político de la llamada «prosperidad común», que Xi Jinping comenzó a difundir a partir de septiembre de 2021, ha sido utilizado como señal de que se intentará evitar la ampliación de la brecha económica entre los distintos grupos sociales del país. Los grupos empresariales cuyas iniciativas atentan contra la prosperidad compartida —según el PCCh— han sufrido grandes reveses.

Un ejemplo de ello fue la prohibición de actividades extracurriculares de los estudiantes chinos en empresas con fines de lucro; más de cincuenta de ellas cotizaban en bolsas de valores de China y Estados Unidos, y, de la noche a la mañana, se quedaron sin fuentes de ingreso. ¿Qué perseguía esta prohibición? Opacar el hecho de que no todo el mundo podía pagar tales actividades a sus hijos. Acciones similares han ocurrido en el sector inmobiliario. Han Wenxiu, miembro del capítulo de Asuntos Financieros y Económicos del Comité Central del PCCh, arrojó cierta luz sobre la idea de la prosperidad compartida al señalar: «Si bien el tema de la distribución es crítico, nuestro objetivo de prosperidad común no dependerá meramente de la distribución de riqueza».

Se espera que China continúe centrándose en la ciencia y la tecnología para avanzar hacia el dominio de la cadena de valor a escala global. Pero, al mismo tiempo, necesita asegurar niveles equilibrados de desarrollo mediante políticas de redistribución de ingresos, reformas fiscales, prestación de servicios públicos y «la tercera distribución»: obligar a las empresas con mayores ingresos a gastar grandes cantidades de dinero en lo que en Occidente se conoce como responsabilidad social empresarial.

Este sexto pleno también ha dado pistas de la agenda geopolítica del país: una misión principal es lograr la reunificación de Taiwán con China continental. Cuándo y en cuáles términos es algo que no hay urgencia de precisar, pero quedó señalado en la lista de acciones futuras.

Invertir en China exige una gran sabiduría, reflejada en aprender a leer las agendas de los grupos de intereses aglutinados alrededor del PCCh y su impacto en los negocios. Por ello es útil recordar que los sextos plenos deben marcarse en el calendario y que el presidente Xi aspira a ocupar un lugar protagónico en el panteón de los dioses comunistas, si es que tal lugar existe.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.

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