La tecnología basada en el análisis de datos con inteligencia artificial permitirá no solo tratar enfermedades de gran complejidad, sino también detectar oportunamente epidemias y mejorar las políticas públicas de salud. Venemergencia tiene un camino andado en el uso de tecnología en servicios de atención médica remota.
La inteligencia artificial tiene el potencial para transformar radicalmente los servicios de salud. Esta tecnología permitirá no solo aplicar técnicas y tratamientos más precisos para enfrentar enfermedades, sino también masificar, en escalas sin precedentes, la cobertura de salud con menor costo y más eficiencia.
Así lo piensa Andrés Simón González-Silén, presidente ejecutivo y fundador de Venemergencia, un servicio de atención de urgencias con más de veinte años de presencia en el mercado venezolano. Una de sus marcas de fábrica es la innovación y, en consecuencia, la adopción de tecnologías de vanguardia es parte del diseño del negocio.
«La definición con la que yo comulgo de inteligencia artificial no es más que la simulación de la inteligencia humana con máquinas, para que estas puedan pensar y actuar como humanos — afirma González-Silén—. Al final es una mezcla de algoritmos que permite crear modelos de computación para procesar datos a grandísimas velocidades, a fin de crear capacidades de entrenar, aprender y mejorar desde la experiencia tareas que, hasta ahora, eran exclusivas del ser humano».
Para González-Silén, la inteligencia artificial abre un enorme abanico de posibilidades para escalar las capacidades de atención primaria de urgencias que, definidas como casos clínicos que no ameritan el traslado del paciente a un centro de salud, ofrecen enormes ahorros de costos. De hecho, el área de tecnología en Venemergencia es un negocio con entidad propia: «La tecnología nos permite atender más de 30.000 casos al mes y por eso hicimos una alianza muy importante con una empresa israelí, para gestionar el enorme volumen de datos que hemos levantado de nuestra experiencia y convertirlos en conocimiento útil para optimizar los servicios».
Hoy la inteligencia artificial se emplea para procesar información multifactorial que permita diseñar políticas públicas de salud.
Venemergencia ha podido avanzar en servicios de atención remota como la hospitalización domiciliaria con un sistema basado en tecnología de punta que optimiza la evaluación de los pacientes con menores costos de atención. La innovación también está presente en la estrategia de responsabilidad social de la empresa, que realiza con la Fundación Venemergencia, cuyo objetivo medular es ayudar a resolver problemas fundamentales en materia de atención sanitaria: «Tenemos varios programas en educación y acceso a la salud que nos permiten crear el tejido social que necesitamos no solo para continuar expandiendo el negocio, sino también para generar un impacto mucho más allá de la empresa».
La empresa ofrece cursos en comunidades y organizaciones para formar en atención primaria de urgencias. Igualmente, la Fundación creó una carrera para la formación de paramédicos, en alianza con la Universidad Simón Bolívar, que ya ha graduado más de 500 estudiantes en nueve promociones. Además, patrocina una carrera electiva en la Universidad Metropolitana que forma especialistas en primeros auxilios —la primera en su tipo de una universidad venezolana— y ha organizado brigadas de emergencia en comunidades vulnerables.
Los instrumentos inteligentes son capaces de detectar cuándo un paciente necesita fibrilación y cuándo no.
Servicios innovadores
Siempre con la tecnología como elemento dinamizador, en 2019 Venemergencia lanzó su programa de telemedicina de acceso público, mediante el cual presta servicios de atención médica telefónica a personas que no pueden pagar un seguro de salud o residen en una zona remota. Este plan atiende un promedio de 5.000 personas mensuales.
La organización ha instalado también máquinas de electroshock en lugares públicos, que utilizan un sistema basado en inteligencia artificial para atender emergencias cardiovasculares de manera oportuna. «Lo estamos haciendo de manera muy exitosa con una intervención de lo público desde lo privado con nuestra fundación», subraya González-Silén.
La ciencia detrás de los datos salva vidas
Para el presidente de Venemergencia, la inteligencia artificial marca una nueva etapa en el tratamiento de enfermedades con alta morbilidad, como las cardiopatías. Los instrumentos inteligentes son capaces, por ejemplo, de detectar cuándo un paciente necesita fibrilación y cuándo no.
La inteligencia artificial abre un universo de oportunidades para una empresa cuyo foco de negocios es la atención de urgencias, no siempre en condiciones adecuadas. La posibilidad de usar telemedicina y sistemas de diagnóstico remoto, entre otras posibilidades, desarrolla capacidades de curar padecimientos hasta ahora insospechadas.
«Nosotros creamos un departamento de tecnología que ahora es una empresa independiente que se ha consolidado en nuestro grupo, porque nos permite prestar una mejor atención con base en toda la información sistematizada que tenemos de los tipos de emergencias que atendemos y de cómo son los problemas que presenta la población en materia de salud», destaca González-Silén.
Hay dos asuntos medulares: el acceso a la tecnología y la formación de equipos capaces de utilizarla. «En Venezuela se estima que más o menos 54.000 personas mueren al año por infartos extrahospitalarios —es decir, que ocurren en una plaza o en algún otro lugar público— y nuestros desfibriladores inteligentes permiten reducir en casi cincuenta por ciento los decesos por esa situación».
La experiencia internacional con el uso de equipos de acceso público ha sido extraordinaria. En muchos países están instalados en iglesias, centros comerciales, plazas públicas, teatros, cines y mercados, para que la población educada pueda atender oportunamente casos de emergencia cardiovascular.
Es cada vez mayor el acceso a procedimientos realizados con robots de alta precisión. También se han creado equipos que permiten detectar células cancerígenas y actuar para impedir su mutación.
Las herramientas de análisis predictivo inteligente permiten que personas con hipertensión arterial obtengan un diagnóstico certero y temprano.
La clave para González-Silén es que la gestión de los sistemas de salud puede avanzar de manera sustancial y rápida con la integración de herramientas basadas en inteligencia artificial en hospitales. «Este tipo de sistemas se puede utilizar para determinar todos los elementos de planificación del flujo de pacientes y utilizar los equipos de manera más efectiva, lo cual no solamente ayuda desde el punto de vista de calidad de vida, sino también de costos».
Hoy la inteligencia artificial se utiliza para procesar información multifactorial que permita diseñar políticas públicas de salud más efectivas; por ejemplo, gestionar epidemias o pandemias con capacidades de planificación, dotación de equipos y administración de medicamentos de forma muy precisa. «El futuro de la medicina es el futuro de la inteligencia artificial aplicada a la medicina. Ya existen muchas herramientas y desarrollos que están ocurriendo y que son muy interesantes. Por ejemplo, vienen dispositivos de análisis predictivo avanzado que nos podrán decir no solamente a qué países se puede viralizar una pandemia, sino predecir si se va a producir una pandemia o una epidemia», advierte González-Silén.
Las herramientas de análisis predictivo inteligente permiten, por ejemplo, que personas con hipertensión arterial, una enfermedad de prevalencia elevada en la población mundial, obtengan un diagnóstico certero y temprano, además de la posibilidad de ser tratadas con medicamentos «inteligentes». El avance de la inteligencia artificial en la salud parece un cuento de ciencia ficción, pero la realidad parece ir más de prisa de lo que imaginaron las predicciones más ambiciosas.
Érika Hidalgo López, periodista.
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