La desinformación va un paso adelante

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Ilustración: Gerd Altmann / Pixabay

El principal antídoto contra la pandemia de desinformación está en noticias y análisis basados en los hechos. Pero esto no pareciera ser suficiente para combatir la infodemia que ha surgido con la covid-19.

Luis Ernesto Blanco / 19 de octubre de 2020


 

Según la organización no gubernamental estadounidense Avaaz, las páginas que difunden información errónea sobre salud obtuvieron unas 3.800 millones de visitas en Facebook hasta mayo de 2020. Las vistas alcanzaron un máximo de casi 500 millones solo en abril, justo cuando la pandemia del covid-19 estaba en aumento en todo el mundo. Solamente el contenido de diez sitios que difunden información errónea sobre salud recibió casi cuatro veces más visitas en Facebook que el contenido de diez fuentes confiables, como la Organización Mundial de la Salud y los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (Jee, 2020).

Facebook prometió que adoptaría medidas para verificar los hechos y eliminar la información errónea sobre covid-19. La compañía asegura haber aplicado etiquetas de advertencia a 98 millones de piezas de información errónea de abril a junio de 2020. Sea cierto o no, la información falsa, errónea, los bulos o, en definitiva, la desinformación siguen ganando la carrera de la preferencia de la audiencia de la red social.

 

Lo que no tiene la buena información

El periodista Javier Darío Restrepo (2020) afirmó que se prefiere lo falso porque se ajusta más a las preferencias de las personas (las mismas que las de su entorno). «Estar y coincidir con ese entorno vuelve fácil la tarea del conocimiento. Es un acto de renuncia a la propia inteligencia y de sumisión, que paraliza el pensamiento y lo dispone a aceptar todo, aunque sea falso». Todo se reduce a que si lo dijo fulano tiene que ser verdad y sentir se ha vuelto más fácil que pensar.

Para el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, «el principal antídoto contra la pandemia de desinformación son las noticias y los análisis basados en los hechos y fundamentados en la libertad e independencia de los medios de comunicación, bajo el principio del “periodismo sin miedo ni favoritismo”» (Noticias ONU, 2020). Sin embargo, pareciera no ser suficiente.

La noticia tratada con rigor no siempre es la más fácil de entender. Muchos medios que luchan contra la desinformación suelen menospreciar elementos de diseño y empaque, así como un manejo desafiante de las redes sociales, que faciliten la difusión y la atención de la información que producen. Es difícil que la racionalidad de los hechos sea tan emocionante como las mentiras y los bulos, y a veces pareciera que los medios no hacen todo lo posible para que una buena información conquiste a los lectores. Errores como falta de descodificación, trivialización, información pertinente pero aburrida o limitado criterio de actualidad son frecuentes en la información científica.

 

Fact checking como problema

En un intento de detener la proliferación de mentiras, algunos portales noticiosos han optado por incorporar unidades de comprobación de hechos (fact checking). Son periodistas dedicados a identificar bulos o rumores que circulan en redes sociales. Su labor es demostrar a las audiencias que lo dicho allí no es verdad. Pero es mucho más fácil montar un bulo que desmontarlo y, lo que es peor, las mentiras y las comprobaciones se mueven en órbitas distintas. La gente que comparte bulos no suele ser la misma que recibe la posterior comprobación.

Adicionalmente hay factores asociados con posiciones preestablecidas de las audiencias. «Si a alguien le dices que su información es falsa, puede intentar torcer esa nueva información corregida para que siga manteniendo indeleble su visión sobre la economía, la integridad de tal o cual partido o las bonanzas de usar este o aquel sistema operativo» (Trula, 2019). Los esfuerzos de Facebook o Twitter para combatir la desinformación tampoco están exentos de polémica, ya sea por limitados en su alcance o por tendenciosos. Según Avaaz, en el caso de las informaciones sobre la covid-19, «Facebook aún tiene que aplicar de manera efectiva soluciones a la escala y la sofisticación necesarias para vencer esta infodemia» (Jee, 2020).

La iniciativa de Twitter de etiquetar las cuentas de algunos medios como pertenecientes o aliados de determinados gobiernos ha sido criticada porque no hará lo mismo con otros usuarios cuya relación de dependencia está más que demostrada, pero Twitter asegura que hay independencia editorial. «Lo que está haciendo Twitter es escandaloso. Sin mayores explicaciones etiqueta a algunos medios como “afiliados al gobierno” (pero para otros parece tener otro estándar). Además, hace casi imposible para los usuarios encontrar las publicaciones de los medios etiquetados» (Isaza, 2020).

El portal Ámbito (2020) reseñó que Google comenzó a agregar etiquetas de verificación a los resultados de búsquedas de imágenes, como parte de sus esfuerzos para detener la proliferación de informaciones falsas. Sin embargo, a muchos les llama la atención que una evaluación negativa no afecta la posición del contenido dentro de los resultados.

No se discuten los avances de medios y plataformas para combatir la desinformación. Pero ninguno de estos esfuerzos será suficiente, mientras haya usuarios que quieran creer mentiras. La solución solamente estará en la decisión de las audiencias de tener una posición más racional y menos emocional, al consumir información y verificar los contenidos sensibles antes de darlos por ciertos.

 

Referencias

  • Ámbito (2020): «Cómo funciona el nuevo sistema de fact-checking de Google para fotos y videos». https://www.ambito.com/tecnologia/google/como-funciona-el-nuevo-sistema-fact-checking-fotos-y-videos-n5111744
  • Isaza, L. (2020): «Lo que está haciendo Twitter es escandaloso. Sin mayores explicaciones etiqueta a algunos medios». https://twitter.com/luisaza/status/1298767637586083840´
  • Jee, C. (2020): «Health misinformation pages got half a billion views on Facebook in April». MIT Technology Review. https://www.technologyreview.com/2020/08/19/1007383/health-misinformation-pages-got-half-a-billion-views-on-facebook-in-april
  • Noticias ONU (2020): «Noticias falsas y desinformación, otra pandemia del coronavirus». https://news.un.org/es/story/2020/04/1472922
  • Restrepo, J. D. (2020): «Noticias falsas: ¿por qué tienen mayor difusión y cómo combatirlas?». Fundación Gabo. https://fundaciongabo.org/es/consultorio-etico/consulta/2012
  • Trula, E. M. (2019): «¿Para qué sirve un fact-checking?». https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/sirve-fact-checking-que-democracia-puede-sobrevivir-desmentir-dato-falso

Luis Ernesto Blanco, profesor de periodismo digital en la Universidad Católica Andrés Bello. Jefe de redacción del portal informativo Runrun.es