La suerte de las criptomonedas estables cambió para mejor a raíz de la promulgación en Estados Unidos de la Ley Genius, su primer marco regulatorio federal. Pero toda apertura a nuevos instrumentos despierta dudas. El impacto de un activo financiero depende del tamaño y la liquidez de sus emisiones. El secretario del Tesoro pronostica que ese mercado podría alcanzar dos billones de dólares o más para 2028.
Las criptomonedas estables (stablecoins) son criptomonedas diseñadas para mantener su precio anclado al de una moneda fiduciaria (como el dólar), una materia prima (como el oro) o un instrumento financiero (bonos del Tesoro estadounidense). Su estabilidad las convierte en una alternativa más fiable que las criptomonedas volátiles para usarse como medio de pago en transacciones financieras y comerciales.
La suerte de las criptomonedas, y en particular la de las criptomonedas estables, cambió para mejor a raíz de la promulgación, en julio de 2025, de la Ley Genius (por las siglas en inglés de Ley de Orientación y Establecimiento de la Innovación Nacional para las Monedas Estables de Estados Unidos), que estableció el primer marco regulatorio federal para estos instrumentos. La promulgación de un marco regulatorio es el primer paso para su incorporación al mercado financiero convencional, lo que trasformará en un futuro cercano el mercado de títulos del Tesoro e impulsará la demanda global del dólar.
Toda apertura de los mercados financieros a nuevos instrumentos y a los actores que intervienen en su comercialización siempre crea un poco de resistencia. No es sencillo determinar si estos nuevos vehículos financieros son capaces de aumentar el riesgo sistemático de la economía mediante dinámicas que no tienen antecedentes.
El impacto de un activo financiero en la economía está muy vinculado al tamaño de sus emisiones en circulación y a su liquidez en un mercado secundario. Por ello hay grandes expectativas por conocer cuán profundo será el mercado de las criptomonedas estables en los próximos años. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, se ha atrevido a pronosticar que ese mercado podría alcanzar los dos billones de dólares o más para 2028.
La incorporación de las criptomonedas estables al mercado financiero convencional impulsará la demanda global del dólar.
Las monedas estables se consideran principalmente tókenes denominados en dólares, pero su alcance podría ser más amplio. China está cambiando su postura hacia los activos digitales para permitir, por primera vez, criptomonedas estables respaldadas por el renminbi.
Al mismo tiempo, en el Reino Unido las empresas de criptomonedas instaron en agosto al Gobierno británico a crear una estrategia para las criptomonedas estables. Un cabildeo similar realizan las empresas interesadas con las autoridades de la Unión Europea en Bruselas. Es cuestión de meses para que comiencen a emitirse criptomonedas estables denominadas en euros, para evitar que esta divisa pierda presencia comercial en las transacciones internacionales.
El mercado de bonos del Tesoro se verá impactado por la proliferación de estas criptomonedas. La demanda de papeles de corto plazo crecerá, puesto que son instrumentos naturales para servir de garantías a los tókenes que se emitan. El secretario del Tesoro estadounidense ha declarado en varias ocasiones, desde la promulgación de la Ley Genius, que tal demanda ayudará a reducir los costos de financiamiento del Gobierno federal, debido a que la apetencia por estos papeles permitirá emitirlos a rendimientos un tanto menores.
Para nadie es un secreto que las subastas de papeles del Tesoro estadounidense de los últimos meses muestran una caída en el volumen de interesados, ocasionada por la incertidumbre de la política comercial que ha implantado el presidente Trump. Garantizar un flujo constante de compradores de títulos del Tesoro ayuda a mantener los costos del servicio de la deuda bajo control.
Si las criptomonedas estables se popularizan, los bancos comerciales podrían perder flujos de depósitos.
Como todas las monedas tienen dos caras, no todo el mundo es tan optimista como el secretario del Tesoro en cuanto a la expansión del tamaño del mercado de bonos del Tesoro producto de la Ley Genius. Los especialistas del banco de inversión JPMorgan Chase ven poco probable que, partiendo del tamaño actual del mercado de criptomonedas estables (unos 260.000 millones de dólares), se pueda saltar en pocos años a billones de dólares.
Si estas criptomonedas se popularizan, los bancos comerciales podrían perder flujos de depósitos. Esta es una amenaza que las instituciones financieras tienen muy presente desde el momento en que las criptomonedas dejaron de ser un activo financiero exótico para insertarse en los circuitos financieros convencionales.
Al tener los bancos menos depósitos disponibles, la oferta de créditos se verá reducida. Las grandes empresas siempre pueden buscar financiamiento en el mercado de capitales o con colocaciones privadas de deuda con inversionistas institucionales. Lamentablemente este no será el caso de las pequeñas y medianas empresas.
Para entender a profundidad el impacto de las criptomonedas estables es necesario preguntarse qué sucedería si el emisor de una de estas monedas sufre un masivo retiro de fondos que lo obligue a liquidar instantáneamente los títulos que tiene en garantía. ¿Quién actuaría como comprador de último recurso para evitar que esta ola de inestabilidad se propague al resto de la economía?
Todos los factores que afecten el funcionamiento del mercado de papeles del Tesoro estadounidense atentan contra la credibilidad de la economía estadounidense y, en consecuencia, aumentan las primas de riesgo por tener activos financieros estadounidenses. Para complicar aún más este tema, no olvide que la pérdida de la confianza es combustible para la inflación.
Carlos Jaramillo, vicepresidente ejecutivo del IESA.
Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.
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