Liderazgo y anticipación: construir el futuro de los negocios

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Pensar el futuro es clave para el liderazgo empresarial en tiempos de incertidumbre. La prospectiva estratégica impulsa la innovación, la competitividad y la resiliencia organizacional. Empresas y líderes necesitan esta habilidad para diseñar futuros deseables y evitar depender del pasado. Visión de largo plazo y decisiones proactivas son esenciales para construir un porvenir exitoso y sostenible.


 

En enero de 2023, Rolls-Royce, icónica fabricante de turbinas para aviones, sistemas de energía y autos de lujo, designó un nuevo presidente: Tufan Erginbilgiç. Poco después de asumir el liderazgo de la empresa, Erginbilgiç afirmó: «Estamos parados sobre una plataforma en llamas».[1] Llamaba la atención sobre la delicada situación en la que se encontraba la empresa. Ineficiencias operativas, rendimientos decrecientes y disminución de la participación de mercado eran algunos de los síntomas de la crisis que experimentaba la otrora gigante de la aeronáutica civil, la energía y la defensa. No obstante su dilatada trayectoria, Rolls-Royce enfrentaba el peligro de perder viabilidad a largo plazo.

La determinación y la clara visión prospectiva de Erginbilgiç le permitieron tomar las decisiones necesarias para definir un nuevo rumbo y convertir a Rolls-Royce en un caso de éxito: un ejemplo de lo que una organización puede lograr cuando es guiada por el pensamiento de futuros. Cuatro aspectos de la estrategia de Erginbilgiç merecen destacarse:

  1. Énfasis en la transformación: entendió que la empresa necesitaba un nuevo rumbo, más que adaptarse a las circunstancias imperantes.
  2. Visión de largo plazo: con una clara visión de futuro, propuso metas a largo plazo y alineó a su gente en torno a ella.
  3. Decisiones proactivas: consideró las tendencias presentes en la industria y los desafíos internos del negocio para tomar decisiones firmes y proponer un claro plan de ejecución.
  4. Atención a la cultura organizacional: tuvo muy claro que implementar con éxito la estrategia requería entender cómo sus equipos pensaban y miraban el porvenir.

Rolls-Royce pasó de una grave crisis a modelo de empresa de vanguardia, comprometida con la transición energética y con un visionario programa de investigación. Pensar el futuro fue su herramienta de transformación.


El hombre es un homo prospectus: lo que realmente le distingue de otros animales, más que pensar per se, es la capacidad para pensar en el futuro y crearlo.


Cómo anticipar el porvenir importa… Y mucho

El caso de Rolls-Royce bajo el liderazgo de Erginbilgiç, así como muchos otros ejemplos exitosos de empleo de la prospectiva estratégica, muestra cuán importante y urgente es la habilidad de anticipar el futuro de los negocios en un mundo caracterizado por la incertidumbre y la disrupción. Esta habilidad configura el modo de actuar de cara al porvenir y, en consecuencia, los resultados. Shell, Siemens, KPMG, General Electric, Audi, Daimler, Deutsche Bank, Deutsche Telekom, Pepsi y Cisco son algunas empresas reconocidas por usar prospectiva estratégica.

Las personas están constantemente anticipando el futuro;[2] en actos tan cotidianos como tomar un paraguas cuando observan el cielo poblado de nubes grises o ahorrar para la educación futura de sus hijos. Anticipan el futuro para usarlo en el presente; en otras palabras, orientan sus acciones actuales considerando lo que pudiera ocurrir o desean que ocurra.

Definida de manera sencilla, la anticipación del futuro consiste en elaborar imágenes mentales de cómo pudiera ser el porvenir para tomar decisiones ahora. La anticipación es un proceso cognitivo que requiere habilidades de pensamiento crítico, sistémico y creativo. Implica el uso de la lógica para evaluar causalidades y correlaciones, construir inferencias y escenarios, y examinar supuestos y sesgos. También requiere imaginación rigurosa, pues permite a líderes y estrategas visualizar posibilidades reales más allá de las tendencias evidentes y los datos. Gracias a la imaginación, las personas se atreven a asumir el reto de crear nuevas realidades.

Tal es la importancia del futuro en la cognición, que el reconocido psicólogo Martín Seligman, con base en exhaustivas investigaciones de la conducta humana, concluyó que el ser humano impulsa su conducta hacia el futuro, si bien el pasado influye en lo que hace. De acuerdo con Seligman, el hombre es un homo prospectus: lo que realmente le distingue de otros animales, más que pensar per se, es la capacidad para pensar en el futuro y crearlo.[3]

Anticipación: una habilidad que puede entrenarse

Pensar el futuro puede convertirse en una habilidad. Aunque la capacidad anticipatoria puede parecer intuitiva, en realidad es una habilidad que requiere usar métodos específicos y prácticas sistemáticas. La intención central de su entrenamiento es que sea un proceso consciente y que su desarrollo permita a los líderes superar uno de los errores más comunes cuando se considera el porvenir: creer que el futuro será una extensión lineal del presente.

La anticipación no entrenada puede ser inconsciente y desordenada, lo que merma la capacidad para la innovación y la transformación. Ocurre lo que se conoce como «futuro por defecto»: decisiones basadas en suposiciones implícitas y patrones históricos, sin un análisis crítico de los cambios emergentes. En estos casos, las organizaciones y las sociedades pierden la oportunidad de influir activamente en su destino.

Desarrollar la habilidad prospectiva, o pensar el futuro, hoy se considera fundamental. El mundo relativamente predecible, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ha dejado de existir. Hoy resulta fundamental comprender y dar significado a lo complejo, disruptivo, dinámico e incierto: de allí que se requiera enriquecer la inteligencia anticipatoria.


Una de las principales causas del fracaso de las estrategias orientadas a alcanzar una visión radica en querer abrir camino al porvenir sin revisar los modelos que se traen del pasado.


Empresas como Apple, Amazon, Lego, Target, Disney, Toyota, P&G y LG han fortalecido sus habilidades anticipatorias y realizado ejercicios de prospectiva con el apoyo de consultores externos. Lo mismo han hecho organizaciones como la NASA, la Cruz Roja de Estados Unidos y Nature Conservancy. El Foro Económico Mundial estableció la Red Global de Prospectiva: un espacio que promueve la práctica de la anticipación y la preparación para el futuro en los sectores público y privado.[4] La Organización de las Naciones Unidas, por su parte, ha impulsado de manera decidida el pensamiento prospectivo a lo interno de la organización y en los Estados miembros.[5] La Unesco asumió la anticipación de futuros como una prioridad, al desarrollar el concepto de «alfabetización de futuros» y crear un programa específico para promoverla; en el marco de este programa, ha realizado más de un centenar de laboratorios de futuros en 44 países.[6]

El pensamiento de futuros en los negocios

La habilidad del ser humano para pensar el futuro es esencial en el ámbito de los negocios, donde recibe el nombre de prospectiva estratégica. Hacer prospectiva estratégica consiste en explorar la diversidad de futuros posibles para el negocio; no para predecir lo que va a ocurrir, sino para anticipar oportunidades, prepararse para desafíos y dar forma activamente al futuro.

La prospectiva estratégica reconoce que el mundo es cambiante y complejo. Permite a las empresas ir más allá de las tendencias, al incorporar la evaluación de señales de cambio y asuntos emergentes a los procesos de decisión. Ve el futuro de manera proactiva; es decir, considera que los negocios pueden influir en él: pueden crear y construir realidades innovadoras, en lugar de simplemente adaptarse a disrupciones inesperadas.

La mirada prospectiva es sistémica: explora cómo interactúan factores de diversa naturaleza —sociales, tecnológicos, ambientales, políticos, económicos— para crear nuevas realidades. En un mundo incierto y volátil, las empresas necesitan prospectiva estratégica, porque les permite ser más ágiles y resilientes, aprovechar las disrupciones como oportunidades para innovar y diferenciarse en el mercado y liderar sus industrias, en lugar de ser arrastradas por los cambios. Estudios acerca de los efectos del empleo de la prospectiva estratégica en las empresas muestran que estas mejoran sus medidas de desempeño, márgenes de ganancia, capitalización de mercado, mitigación de riesgos, innovación y capacidad para prosperar en medio de la incertidumbre.[vii]

Experiencias en consultoría anticipatoria

Con el convencimiento de que es posible influir en el futuro, el Acelerador de Pensamiento IESA desarrolla «Ejercicios de construcción de futuros», experiencias sistemáticas de anticipación diseñadas a la medida que permiten a las organizaciones tomar conciencia de cómo anticipan el porvenir, explorar futuros probables, posibles y deseados, y enriquecer su visión y estrategia organizacionales, a la vez que desarrollan habilidades prospectivas. Los cursos, laboratorios y talleres de prospectiva llevan el nombre «Herramientas de construcción de futuros»; en ellos, los participantes aprenden y aplican las categorías de análisis esenciales para enriquecer sus procesos anticipatorios y tomar mejores decisiones en sus empresas.

La experiencia con organizaciones en áreas tan diversas como telecomunicaciones, comercio al detal, gremios, educación, tecnología, seguros, farmacéutica, banca y alimentos ha permitido observar cambios notables en las mentalidades de los participantes. Sobre todo, se han podido detectar barreras comunes en la capacidad de prospectiva empresarial:

  1. Pensamiento cortoplacista: foco en las operaciones y en la solución de problemas inmediatos que impide dedicar tiempo y recursos a la exploración de futuros.
  2. Dependencia de datos históricos: propensión a basar las decisiones en datos del pasado, sin tomar en cuenta la aparición de dinámicas nuevas en el mercado y los consumidores.
  3. Falta de métodos y herramientas de prospectiva: muchas empresas desconocen cómo llevar a cabo un proceso de anticipación estratégica.
  4. Resistencia al cambio: tendencia a rechazar modelos de negocios alternativos a los que se han aplicado en la trayectoria de la empresa.
  5. Enfoque interno excesivo: tendencia a observar su desempeño desde una perspectiva limitada a lo que sucede en su industria, sin considerar tendencias externas que podrían transformarla.
  6. Desconexión con la imaginación estratégica: poco tiempo dedicado a imaginar y proyectar futuros disruptivos y emergentes.
  7. Limitada conciencia de las premisas anticipatorias: las empresas no están plenamente conscientes de las premisas ocultas que guían las decisiones sobre el futuro.

El peso de las premisas de anticipación requiere especial mención. Las organizaciones que han participado en las actividades del Acelerador de Pensamiento IESA desean un futuro de expansión y prosperidad. Sin embargo, al profundizar metódicamente cómo visualizan el porvenir, surgen reflexiones interesantes acerca de cómo vienen operando: «Hemos estado esclavizados al pasado y nos hemos concentrado en defender lo que fuimos», «Estamos enfocados en la pérdida» o «Nos enfocamos solo en sobrevivir». Parte importante del acompañamiento y el entrenamiento consiste en «trabajar» estas premisas para cuestionarlas y reemplazarlas por otras más proactivas.


Hacer prospectiva estratégica consiste en explorar la diversidad de futuros posibles para el negocio; no para predecir lo que va a ocurrir, sino para anticipar oportunidades, prepararse para desafíos y dar forma activamente al futuro.


Un aspecto central del acompañamiento consiste en entrenar a los participantes en agudizar sus capacidades para detectar señales tempranas de cambio. Esto ha despertado enorme interés y satisfacción al identificar oportunidades y desafíos previamente ignorados, y así estar más preparados para las disrupciones.

Los ejercicios de construcción de futuro revelan la necesidad de dedicar tiempo y reflexión a las herramientas de futuro, en un esfuerzo para equilibrar la dinámica del presente con la exploración del futuro (detectar señales de cambio, innovar, diseñar estrategias a largo plazo). Esto ha permitido a los participantes:

  • Ampliar su capacidad para identificar posibles futuros: constatan que no hay un porvenir único, sino diversos futuros hacia los que pueden dirigirse.
  • Fortalecer su liderazgo: reconocen capacidades de influencia que no habían identificado y reafirman las conocidas; como resultado, refuerzan su capacidad para influir el futuro.
  • Asumir mayor responsabilidad por lo que hacen e identificar lo que pueden hacer para mejorar las circunstancias en las que se encuentran.
  • Recuperar la esperanza en medio de circunstancias adversas: es satisfactorio observar la reactivación de un equipo que inicia este proceso en una situación de desesperanza y manifiesta en el transcurso de las sesiones que «sí existe la posibilidad de un futuro mejor».

Aunque la exploración prospectiva es necesaria y conveniente en todo tipo de organizaciones, resulta especialmente útil y recomendable para aquellas que, por un motivo u otro, han perdido el rumbo del negocio, necesitan reformular su visión o requieren reinventarse. Desarrollar un pensamiento de futuro consciente, estructurado y estratégico es clave para crear futuros alternativos y moldear la realidad de manera proactiva.

Recomendaciones para organizaciones que quieren integrar la prospectiva estratégica

La experiencia de consultoría y enseñanza en inteligencia prospectiva indica que la prioridad es invertir en desarrollar habilidades anticipatorias e integrar la prospectiva estratégica a la cultura y los procesos de la organización. Los ejercicios de exploración del futuro son un buen inicio; de realizarlos, es recomendable que los participantes tengan la mayor diversidad de visiones posible. Ahora bien, lo ideal es dar continuidad a la exploración prospectiva con miras a preservar lo estratégico (una clara visión del futuro que sirve de brújula) y no perderse en lo táctico.

Las organizaciones necesitan concienciar sus premisas de anticipación del futuro. Una de las principales causas del fracaso de las estrategias orientadas a alcanzar una visión radica en querer abrir camino al porvenir sin revisar los modelos que se traen del pasado. Además, es fundamental ir más allá de las tendencias: estas influyen en cómo pudiera ser el futuro, pero no lo determinan. Incorporar lo emergente es parte fundamental del ejercicio prospectivo. Finalmente, la prospectiva tiene sentido en tanto y en cuanto se asuma el compromiso de emplear sus orientaciones para tomar decisiones y actuar.

Un llamado al liderazgo

En tiempos de crisis, cuando las alteraciones profundas en las maneras de pensar, sentir y actuar ocasionan incertidumbre y miedo, el liderazgo con visión prospectiva se convierte en un pilar clave no solo para la supervivencia de las empresas, sino también para su reinvención. El ejercicio del liderazgo implica asumir la responsabilidad de construir con el equipo un propósito común y propiciar que lo alcance en condiciones de incertidumbre.

Liderar, más que reaccionar ante las crisis, implica interpretarlas como oportunidades para construir un mejor futuro. En estos momentos, la capacidad de mirar al futuro no es simplemente una proyección optimista, sino una herramienta estratégica para tomar decisiones inteligentes en el presente. En tiempos de disrupción, liderar con visión no es un lujo, es una responsabilidad ineludible.


María Elena Pinto, profesora invitada del IESA.

Claudia Álvarez-Ortiz, profesora del Centro de Gerencia y Liderazgo del IESA

 

Notas

[1] McKinsey & Company (2024). Reinventing Rolls-Royce: a conversation with CEO Tufan Erginbilgiç. https://tinyurl.com/3jzt5xpr

[2] Miller, R. (2013). Changing the conditions of change by learning to use the future differently. En International Social Science Counsel y Unesco, World social science report 2013: changing global environments (pp. 107-111). OECD y Unesco. https://doi.org/10.1787/9789264203419-en.

[3] Seligman, M., Railton, P., Baumeister, R. F. y Sripada, C. (2016). Homo prospectus. Oxford University Press.

[4] World Economic Forum (2025). Global Foresight Network. https://initiatives.weforum.org/global-foresight-network/home

[5] United Nations (2023). Foresight: lLearning to navigate uncertainty. https://un-two-zero.network/foresight/

[6] Unesco (2025). Futures literacy & foresight. https://www.unesco.org/en/futures-literacy

[7] Rohrbeck, R. y Kum, M. E. (2018). Corporate foresight and its impact on firm performance: A longitudinal analysis. Technological Forecasting and Social Change, 129(C), 105-116. https://doi.org/10.1016/j.techfore.2017.12.013

Buder, F. (2021). The value of foresight in a VUCA world. Nurember Institute for Market Decisions. https://www.nim.org/en/publications/detail/research-report-the-value-of-foresight-in-a-vuca-world