El concepto de vida saludable y la tecnología han consumado un matrimonio estable. La experiencia de hacer ejercicio se ha enriquecido más allá de la actividad física. Muchos se aproximan a la vida saludable por formar parte de la movida y terminan enganchados.
Luis Ernesto Blanco / 8 de abril de 2019
¿Cómo hacía la gente para entrenarse antes de que existiesen las aplicaciones para el teléfono? ¿Cómo sabía si mejoraba, si aumentaba su consumo calórico o la potencia que aplicaba? ¿Cómo sabían sus amigos que estaba entrenando? Hoy esas cosas parecen tan importantes como el ejercicio mismo debido, en gran medida, a la llegada de los teléfonos inteligentes.
Más allá del selfie en el gimnasio o en la ruta, que tantos critican y tantos imitan, el concepto de vida saludable y la tecnología han consumado un matrimonio de lo más estable. La experiencia de hacer ejercicio —sea real o pose— se ha enriquecido mucho más allá de la simple actividad física. Son muchos los que se aproximan a la vida saludable por formar parte de la movida y terminan enganchados.
Dame tus kudos
Así como Instagram nació para los amantes de la fotografía o Linkedin se creó para quienes buscan trabajo, Strava tuvo su origen en las necesidades de los atletas al aire libre. Es una red social, basada en internet y GPS, para deportistas como ciclistas y corredores.
Una aplicación para móvil no sustituye a un profesional del ejercicio, pues el factor humano es vital para que el logro de los objetivos. Pero estos programas prometen ser de mucha ayuda para calcular el progreso, contar los intervalos de los ejercicios o controlar la rutina (Del Amo, 2019).
La lógica es muy sencilla. Se ingresa al sitio de internet, se crea el perfil y se inicia la actividad. La aplicación se apoya en el GPS del teléfono (con la aplicación instalada y encendida) y otros dispositivos como pulseras o relojes inteligentes para registrar la actividad: mapa del recorrido, tiempo, velocidad, altimetría. Una vez que se publica, comienza el juego.
No solamente los seguidores son testigos de lo que ha hecho el atleta sino que, además, puede hacer seguimiento de su desempeño en el mismo recorrido, compararse consigo mismo y con otros, e incluso establecer segmentos dentro del mapa que le ayuden a lograr mayor precisión. Alrededor del usuario se crea una red que comenta y otorga likes (en Strava se llaman kudos) por los esfuerzos realizados. Existe también la posibilidad de crear grupos en los que los compañeros de ruta pueden compartir y contrastar estadísticas.
Algunos dicen que el gran problema de Strava es que su versión gratuita es tan buena que pocos quieren pasarse a la Premium (Smale, 2017). Eso se aprecia en las cifras: hasta la fecha Strava tiene más de 36 millones de usuarios registrados en 195 países y la modalidad Premium apenas gira en torno al veinte por ciento. Este es un serio problema para una aplicación que en 2019 cumple diez años y todavía sus números no están en azul.
El hecho de que cada vez más atletas profesionales utilizan esta aplicación, para compartir sus actividades y de paso promocionar a sus patrocinadores, es una clara oportunidad. Cualquiera puede seguirlos, como al resto de los usuarios, para ver cómo progresan o intentar imitar sus logros.
Paraíso de desarrolladores
Aunque no suelen ser los más identificados con las actividades deportivas, los amantes de la programación han conseguido en Strava un territorio fértil para su creatividad. Hay un laboratorio en el que se colocan todas las novedades e innovaciones. Un ejemplo es Flyby para saber con cuáles corredores o ciclistas se ha cruzado mientras hacía su ruta. Local es una sección en la que se colocan las rutas más recomendables en diferentes ciudades del mundo.
Strava permite, con su API, que desarrolladores independientes creen servicios muy llamativos. Por ejemplo, Relive crea un mapa en 3D de la ruta realizada y Veloviewer permite ver todos los datos desde otra perspectiva.
En los próximos años la utilización de aplicaciones móviles como herramientas de trabajo se impondrá sobre los métodos tradicionales o los programas informáticos, debido a su mayor simplicidad de uso, portabilidad y conectividad (López Flores, 2015). Otras aplicaciones compiten con Strava por la preferencia de corredores y ciclistas: Endomondo, Runkeeper y Runtastic. Con algunas diferencias, sobre todo de interfaz, todas comparten la idea de hacer seguimiento del desempeño durante la ruta mediante el GPS. Los archivos de seguimiento de la actividad producidos por dispositivos como Garmin o Polar (con la extensión gpx) pueden ser posteriormente cargados en la mayoría de estas aplicaciones para ser disfrutados socialmente. Pero están muy lejos de alcanzarla.
A diferencia de otras aplicaciones Strava permite al usuario marcar tramos personales, para cronometrar, compartir y competir con usuarios «amigos», y ver quién tiene el tramo más rápido. El resto de las funciones es similar a las demás: varias pantallas que marcan la información necesaria, como velocidad instantánea, velocidad media, distancia, tiempo, altitud, ascenso acumulado y, finalmente, un mapa sobre el que se dibuja la ruta seguida.
En 2018 los usuarios de la firma con sede en California registraron más de quince millones de actividades cada semana, que totalizan 6.700 millones de kilómetros recorridos y han sido reconocidas con más de 3.600 millones de kudos. En ese período se registraron 287,5 millones de salidas en bicicleta: un crecimiento de 21,9 por ciento con respecto al año anterior (Strava, 2018).
Referencias
- Del Amo (2019): «Las 14 apps indispensables para tu entrenamiento». Esquire: https://www.esquire.com/es/salud-fitness-running/g12042537/apps-entrenamiento-gimnasio-aplicaciones-deporte/
- López Flores, M. (2015): «Aplicaciones móviles (APPs) en el ámbito del deporte de rendimiento: revisión y propuesta de clasificación». Repositorio Institucional Abierto. Universidad de León http://hdl.handle.net/10612/4163
- Smale, W. (2017): «Strava, la app que inspiró a millones de personas a moverse en bicicleta pero no logra ser rentable». BBC News: https://www.bbc.com/mundo/noticias-41241716
- Strava (2018): «2018-Año deportivo». Strava Prensa: https://blog.strava.com/es/press/2018-year-in-sport/
Luis Ernesto Blanco, profesor de periodismo digital en la Universidad Católica Andrés Bello