Las medidas preventivas adoptadas frente a la covid-19 ―aislamiento y distancia― han introducido cambios significativos en el estilo de vida, con consecuencias inmediatas en el ámbito familiar y en el micromundo de las finanzas personales.
En diciembre de 2019 un nuevo virus se detecta en Wuhan, China. Meses después el planeta experimenta la más peligrosa de las pandemias del siglo XXI: el síndrome respiratorio agudo covid-19. Su impacto en las economías nacionales intensifica la inquietud entre la ciudadanía. Una encuesta organizada en Estados Unidos por la empresa de consultoría Accenture (2020), en abril de este año, reveló que el 88 por ciento de los consumidores estaba más preocupado por las consecuencias económicas que por los riesgos para la salud.
Las empresas reducen sus nóminas o cierran operaciones debido a la disminución de sus mercados. Los empleados se quedan sin fuentes de ingresos y las familias se ven obligadas a buscar entradas adicionales de dinero y reducir gastos. Esta situación continuará mientras no se apruebe una vacuna contra el coronavirus.
Los consumidores son más eficientes en el uso del tiempo y los costos de adquisición de los productos
A medida que los países se adaptan a «la nueva normalidad», nuevas conductas se consolidan; por ejemplo, las compras en línea, la vida aislada y la renuencia a compartir objetos, comidas o ropas (todo aquello que se perciba como fuente de contagio). En Venezuela, la preocupación por la pérdida de ingresos es mucho mayor que el temor de adquirir el virus y morir; un modo de pensar que se comprende cuando se toman en cuentan factores tan disímiles como la hiperinflación (que ya dura casi tres años), la cuarentena (que va por los seis meses) y la escasez crónica de gas, agua, electricidad y gasolina en muchas zonas del país.
Este contexto de empresas cerradas o sensiblemente disminuidas por la cuarentena inspira algunas preguntas. ¿Cuáles cambios han surgido en los hábitos personales? ¿Cuántos se consolidarán en el futuro? ¿Cuáles tipos de negocios cuentan con mayores posibilidades de prevalecer en este contexto?
Alimentación: en búsqueda de una vida saludable
El confinamiento, el teletrabajo y la educación digital hacen que las personas pasen más tiempo en la casa, tengan mayor acceso a la cocina y realicen menos actividad física, factores que pueden propiciar patrones erráticos de alimentación, consumo excesivo de comida chatarra e incremento del riesgo de obesidad. Una encuesta llevada a cabo en Italia (Di Renzo y otros, 2020) arrojó que 34,4 por ciento de los consultados confesaron tener más apetito, mientras que el 17,8 por ciento señaló que se les había disminuido.
Las autoridades sanitarias han remarcado que la responsabilidad del individuo consiste en mantener un estilo de vida saludable: alimentación sana y equilibrada, ejercitación física continua, mantenimiento del peso adecuado y respeto de las horas necesarias de sueño. Sin embargo, la pandemia ha dificultado el acceso a los alimentos, en particular los agropecuarios frescos, dadas las dificultades registradas en el transporte, la distribución y el despacho. Si a esto se añade la acumulación de comida por parte de los consumidores con mayor capacidad financiera, es perfectamente comprensible la escasez de productos y el aumento de precios.
Los productores artesanales de alimentos han encontrado importantes nichos de negocio
¿Qué está comiendo la gente? Eftimov y otros (2020) analizaron la red social de comida más popular del planeta ―www.allrecipes.com― para identificar las recetas e ingredientes más solicitados en plena pandemia. Los descubrimientos son fascinantes… Las búsquedas de palabras como pan, panqueca, tortilla, queso, harina, mantequilla, galletas, huevos y salsa aumentaron, mientras que términos como pescados, cítricos, sal, aceite, grasa, cereales, edulcorantes (almíbar, miel, chocolate) y jugo de frutas disminuyeron. La consulta de recetas de granos aumentó 300 por ciento; las de panquecas y tortillas, 280; las de galletas y tortas, más de 100. La demanda de recetas de pescados disminuyó 50 por ciento; un tipo de alimentos cuyo sabor y calidad se asocia con su frescura y que, lamentablemente, es difícil conseguirlo. Otra confirmación de esta tendencia se encuentra en una investigación reseñada en el blog SelfBank (2020), con datos provenientes de España. Las ventas al detal de levadura para repostería han aumentado 233 por ciento; y las de papel de horno, 123 por ciento.
De ambas fuentes estadísticas se pueden extraer algunas conclusiones: 1) existe un mercado interesado en productos frescos que puedan prepararse en casa; 2) hay un mayor gusto por los productos procesados artesanalmente y también por las preparaciones caseras bajas en sal, azúcar y aceites; y 3) en el campo de la formación profesional se empieza a ver un mayor deseo de estudiar en escuelas de cocina y seguir los consejos de profesionales del área de nutrición.
En zonas donde escasean las cadenas de supermercados los productores artesanales de alimentos han encontrado importantes nichos de negocio. En el caso de Venezuela, mientras persista la escasez de gasolina, los consumidores van a preferir proveedores próximos a las zonas residenciales, bien sea porque pueden visitar la tienda a pie o porque se benefician de la opción de despacho a domicilio.
La mejor publicidad siempre será la frescura de los productos. De hecho, en Maracaibo, Barquisimeto y San Cristóbal ―tres ciudades azotadas por problemas crónicos de combustible― cada vez son más los emprendedores que usan aplicaciones como WhatsApp, Instagram y Twitter para ofrecer productos alimenticios «frescos» y de fácil recepción por los interesados. Los consumidores son más eficientes en el uso del tiempo y los costos de adquisición de los productos, cuando encuentran en las redes sociales mayor acceso a la descripción de precios y calidad de los productos, sin necesidad de salir de casa para comparar ofertas.
Según la firma Ecoanalítica (2020), en su primer «Informe semanal» de septiembre de este año, el único rubro que no contrajo sus ventas entre abril y mayo en Venezuela fue el de las bebidas. En España, SelfBank (2020) confirma que las bebidas de baja graduación representan el setenta por ciento del consumo en el hogar. Para Zwanka y Buff (2020), las licorerías son negocios esenciales en una pandemia, porque venden productos que son vistos por la opinión popular como antídotos contra el estrés y la depresión, asociados con la posibilidad de perder el trabajo, la distancia social o la amenaza permanente de contraer la covid-19.
Salud e higiene: más protección y auge de los seguros
La covid-19 ha demostrado que la humanidad no tiene todas las respuestas, y que las enfermedades no están restringidas a una zona particular del planeta. El virus ha obligado a la población a emplear artículos de protección personal y desinfección. La Organización Mundial de la Salud ha enfatizado el uso de mascarillas en áreas públicas y lavarse las manos con frecuencia. La encuesta de Accenture (2020) reveló que antes de la pandemia los consultados se lavaban las manos, en promedio, seis veces diarias, pero a partir del mes de marzo duplicaron la frecuencia.
La llamada «nueva normalidad» hace pensar que el uso de las mascarillas permanecerá durante bastante tiempo. Según Accenture (2020), 85 por ciento de los consumidores conservará las nuevas rutinas de limpieza una vez superada la pandemia. Pero la compra de productos como medicamentos para la fiebre o la tos, insumos de limpieza, mascarillas, alcohol y jabón añade una presión nada desdeñable a la estructura de gastos de los consumidores. Los obliga a sacrificar el dinero antes destinado a rubros «no prioritarios» (ropa, entretenimiento o bienes no perecederos).
Los seguros de salud se han vuelto más relevantes, entre otras razones por los altos costos del tratamiento requerido en las fases de mayor gravedad de la covid-19. Existe el consenso entre los especialistas de que un buen estado físico actúa como factor preventivo del posible agravamiento de la enfermedad; de hecho, las personas comienzan a reconocer la conveniencia de una rutina diaria de ejercicios. Según Accenture (2020), las diez aplicaciones en línea de salud y entrenamiento más populares del planeta aumentaron sus descargas en sesenta por ciento entre diciembre de 2019 y marzo 2020; de ellas, ocho incluyeron en su nombre o descripción la palabra «hogar». Zwanka y Buff (2020) vaticinan que las oportunidades de negocios aumentarán en rubros tales como venta de productos farmacéuticos y venta de equipos caseros de entrenamiento físico.
Trabajo desde la casa, si es posible…
La pandemia obligó a las empresas a mantener en confinamiento a sus empleados; a trabajar desde sus casas, con las ventajas y desventajas que tal situación supone. Para la generalidad de los trabajadores, la rutina consistía en levantarse temprano en la mañana, vestirse y desayunar, trasladarse hasta la empresa y tener contacto social con sus compañeros. Las conversaciones en línea se limitaban a contactar personas fuera de la ciudad o del país. Pero la covid-19 cambió esta dinámica.
Del sondeo de Accenture (2020) se desprende que treinta por ciento de los empleados ya hacían teletrabajo, y deseaban aumentar sus horas de trabajo desde el hogar porque se sentían más productivos. De los encuestados que declararon no haber laborado bajo esta modalidad antes de la pandemia, 46 por ciento manifestaron estar dispuestos a hacerlo. Los argumentos a favor del teletrabajo son ahorro de dinero, optimización del tiempo, libertad para elegir vestimenta y descanso mental de situaciones estresantes.
Trabajar en casa también tiene sus desventajas: 1) exige disciplina personal para cumplir los objetivos, 2) dificulta separar las exigencias laborales y familiares y 3) requiere equipos de computación y conexiones a internet adecuadas a los requisitos del cargo. A mediano plazo, lo más probable es que las empresas opten por mezclar el trabajo presencial con el trabajo a distancia.
¿Cuáles oportunidades de negocios ofrece el teletrabajo? Se necesitan conexiones a internet, un razonable conocimiento del manejo de computadoras y programas, y la posibilidad de tener clientes y proveedores en diferentes partes del mundo. La nueva verdad es que para hacer negocios ya no es requisito sine qua non estar físicamente en el sitio.
Entretenimiento y tiempo libre: aplicaciones y diversión en línea
La pandemia ha obligado a la población a permanecer en sus casas. Los viajes están restringidos. Restaurantes y cines tienen serias limitaciones. Los parques de atracciones están cerrados y si se hacen fiestas hay que respetar la distancia social. Adultos y niños han tenido que encontrar nuevas formas de entretenimiento. En gran medida, la solución ha consistido en recurrir a internet para interactuar en redes sociales, disfrutar del streaming (video vía internet) y visitar aplicaciones en línea. Por lo general, la gente ha estado interesada en entretenimiento, noticias, salud y educación. Con la pandemia, la tecnología se ha convertido en el proveedor por excelencia de tales rubros.
Los canales de televisión por cable son sustituidos cada vez más por servicios de streaming
Según Accenture (2020) el programa de reuniones Zoom pasó de diez millones de participantes diarios en diciembre de 2019 a 200 millones en marzo de 2020. A inicios de abril de 2020 ya era la aplicación de negocios número 1 en iPhone en descargas diarias en 141 países; tres meses antes lo era en uno solo.
Los canales de televisión por cable son sustituidos cada vez más por servicios de streaming. Compañías como Netflix, Amazon Prime y Hulu son cada vez más populares. En marzo de este año Disney+ lanzó en Europa su servicio y en 24 horas alcanzó cinco millones de descargas. En abril sumó 50 millones de suscriptores; con ello logró en apenas cinco meses lo que a Netflix le llevó siete años.
Según el portal App Annie (2020), especializado en datos estadísticos sobre aplicaciones y sus respectivos mercados, el tiempo invertido en aplicaciones y juegos en Android aumentó un veinte por ciento a nivel mundial, durante el primer trimestre de 2020. En ese mismo lapso en China, el primer país en lidiar con el impacto del covid-19, sus habitantes dedicaron en promedio cinco horas diarias a esas actividades.
De enero a marzo de 2020 los consumidores gastaron 23,4 millardos de dólares en compras en línea, la cifra más alta de la historia. Hubo también 31 millardos de descargas de nuevas aplicaciones, un aumento de quince por ciento con respecto al trimestre anterior.
Cuando a las aplicaciones se les considera por categoría se encuentra que el rubro «juegos, herramientas y entretenimiento» obtuvo la mayor cantidad de descargas en Google Play y iOS; aunque la categoría «salud, educación y negocios» aumenta de manera importante, así como Zoom, HangOut de Google y Microsoft Team, debido al confinamiento tanto de adultos como niños. En fin, todo un mundo allá afuera.
Un mundo de oportunidades
Cada cambio allana el camino para nuevas oportunidades de negocios. En el mundo trastocado por la covid-19, muchas oportunidades durarán hasta que se descubran vacunas confiables; pero otras tendrán continuidad, porque aprovechan hábitos que apuntalan nichos de mercado con potencialidad de éxito comercial: negocios pequeños y locales, productos frescos, artículos de cuidado personal, entrenamiento físico casero, despacho a domicilio, publicidad en redes sociales enfocada en vecinos, entretenimiento en el hogar, aplicaciones, educación a distancia… Todas ellas alternativas disponibles para quienes deseen aprovecharlas.
Referencias
- Accenture (2020): «How COVID-19 will permanently change consumer behavior. Fast-changing consumer behaviors influence the future of the CPG industry». https://www.accenture.com/_acnmedia/PDF-123/Accenture-COVID19-Pulse-Survey-Research-PoV.pdf
- App Annie (2020): «Weekly time spent in apps grows 20% year over year as people hunker down at home». 2 de abril. https://www.appannie.com/en/insights/market-data/weekly-time-spent-in-apps-grows-20-year-over-year-as-people-hunker-down-at-home
- Di Renzo, L., Gualtieri, P., Pivari, F., Soldati, L., Attinà, A., Cinelli, G., Leggeri, C., Caparello, L., Barrea, L., Scerbo, F., Esposito, E., y de Lorenzo, A. (2020): «Eating habits and lifestyle changes during COVID-19 lockdown: an Italian survey». Journal of Translational Medicine. Vol. 18. No. 1. https://doi.org/10.1186/s12967-020-02399-5
- Ecoanalítica (2020): «Tendencias de consumo en cuarentena: una visión en precios y cantidades». Informe Semanal. Año 16. No. 31. Septiembre.
- Eftimov, T., Popovski, G., Petković, M., Koroušić Seljak, B. y Kocev, D. (2020): «COVID-19 pandemic changes the food consumption patterns». Trends in Food Science & Technology. 104. Octubre, 268-272. https://doi.org/10.1016/j.tifs.2020.08.017
- SelfBank (2020): «El coronavirus ha cambiado el patrón de consumo». https://blog.selfbank.es/como-el-coronavirus-ha-cambiado-el-patron-de-consumo/
- Zwanka, R. y Buff, C. (2020): «COVID-19 generation: a conceptual framework of the consumer behavioral shifts to be caused by the COVID-19 pandemic». Journal of International Consumer Marketing. https://doi.org/10.1080/08961530.2020.1771646
Rosa María Rey, profesora del IESA.