
Panamá, tradicionalmente un centro logístico global, enfrenta el desafío de transformarse en un nodo sostenible que combine competitividad, innovación y responsabilidad ambiental y social. El país puede pasar de punto de tránsito a líder regional en soluciones logísticas sostenibles.
Durante décadas, Panamá ha sido reconocido globalmente por su posición geoestratégica y su papel como centro logístico y financiero. El canal de Panamá, los puertos interoceánicos, las zonas francas y la conexión aérea han sido pilares de su propuesta de valor. Sin embargo, los desafíos del siglo XXI —cambio climático, disrupciones tecnológicas, avance de regulaciones ambientales y transformación acelerada de los mercados globales— exigen un replanteamiento: evolucionar del modelo logístico tradicional hacia una propuesta de centro logístico sostenible que agregue valor económico, ambiental y social mediante la innovación, la digitalización y la transición energética.
De centro de tránsito a nodo de transformación
El modelo logístico panameño ha sido eficaz para conectar mercados y facilitar el comercio internacional. Pero esa ventaja geográfica pareciera quedarse corta si no se acompaña de capacidades tecnológicas, regulaciones modernas y una visión compartida de desarrollo que acompañe el ritmo de las exigencias del mercado.
Convertirse en un centro sostenible implica dejar atrás una visión centrada en el simple movimiento de mercancías para adoptar una visión compartida que priorice el valor agregado, la eficiencia energética y la resiliencia. Panamá tiene el potencial para convertirse en un nodo de transformación regional, pero necesita cerrar brechas que hoy limitan esa posibilidad.
La digitalización no es opcional
Uno de los mayores desafíos en esta transición es la brecha digital. Aunque se han hecho avances en infraestructura y conectividad, persisten desigualdades profundas en acceso y uso de la tecnología. Esto limita la capacidad de empresas —especialmente pequeñas y medianas— para integrarse a cadenas de valor, adoptar soluciones digitales o responder a las nuevas exigencias del comercio electrónico y la logística inteligente.
Cerrar esta brecha debe ser una prioridad nacional. No se trata solo de ampliar la cobertura de internet, sino también de garantizar capacidades reales para que personas y organizaciones puedan innovar, automatizar, operar con datos y competir globalmente. Esto exige políticas públicas ambiciosas en educación técnica, formación digital y acceso a tecnologías.
En el mundo actual, quien no domina lo digital no compite. Un país que no integre la digitalización como eje de su estrategia logística y productiva corre el riesgo de quedar rezagado.
Panamá tiene una oportunidad singular para liderar en sostenibilidad energética, gracias a su matriz relativamente limpia y su potencial solar y eólico.
Energía limpia e hidrógeno verde: una apuesta estratégica
Panamá tiene una oportunidad singular para liderar en sostenibilidad energética, gracias a su matriz relativamente limpia y su potencial solar y eólico. El hidrógeno verde, producido a partir de fuentes renovables, emerge como una apuesta estratégica para transformar sectores como el transporte marítimo y la industria pesada.
Desde 2022, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, Panamá avanza en una hoja de ruta nacional para desarrollar este combustible, con proyectos iniciales como SGP BioEnergy, en Colón, y DLZ Hydrogen LATAM, en Bahía Minas. Sin embargo, consolidar al país como un centro regional de producción y exportación de hidrógeno verde requerirá superar desafíos como los altos costos de producción, la necesidad de infraestructura especializada y la competencia con otros países.
Panamá puede posicionarse en la próxima década como un actor clave en la transición energética global, basado en su ubicación estratégica y en el canal como arteria para el suministro de combustibles limpios. Ello requiere una visión clara, políticas públicas acertadas y alianzas internacionales.
Panamá puede convertirse en un laboratorio continental de soluciones logísticas inteligentes, movilidad sostenible y trazabilidad digital.
Innovar para competir
La sostenibilidad y la digitalización deben ir de la mano con la innovación. No basta con adoptar tecnologías: es necesario adaptarlas al contexto local, crear soluciones propias y construir un ecosistema que vincule al sector privado, la academia y las instituciones públicas.
Panamá puede convertirse en un laboratorio continental de soluciones logísticas inteligentes, movilidad sostenible y trazabilidad digital. Para lograrlo necesita incentivos adecuados, marcos normativos flexibles y voluntad para asumir riesgos estratégicos.
El talento local también es clave. Invertir en formación técnica, investigación aplicada y atracción de capacidades es fundamental para que la innovación sea una ventaja estructural, no solo una aspiración.
Hacia un concepto integral de sostenibilidad logística
Convertirse en un centro sostenible también exige mirar más allá de lo energético y lo tecnológico. Requiere desarrollar infraestructuras logísticas resilientes al clima, preparadas ante fenómenos extremos y adaptadas para operar con eficiencia energética. Asimismo, implica promover modelos de economía circular que permitan a los centros logísticos gestionar retornos, empaques reutilizables y materiales reciclables de forma sistemática.
Igualmente importante es que este modelo cree empleo de calidad, condiciones laborales justas y oportunidades para el talento local, especialmente en zonas portuarias e industriales. La sostenibilidad también se juega en el terreno social.
Una visión compartida de futuro
Reimaginar a Panamá como un centro sostenible no significa abandonar su legado logístico, sino actualizarlo. Es pasar de ser un país de tránsito a uno que transforma, añade valor y apuesta por el conocimiento y el bienestar colectivo.
Esta transformación requiere una visión compartida y capacidad de articulación entre los diversos sectores. Las decisiones que se tomen hoy —sobre energía, infraestructura, formación, digitalización e inclusión— determinarán el lugar de Panamá en el horizonte económico del mañana. Un lugar que podría ser de liderazgo continental si se apuesta con claridad por un desarrollo basado en sostenibilidad, resiliencia e innovación.
EiLing Díaz Rivas, coordinadora adjunta del Centro de Sostenibilidad y Liderazgo Responsable, IESA Panamá.