El mercado que nunca duerme: 24/7

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El avance de la digitalización y el uso tanto del tiempo libre como de los subsidios recibidos por muchos estadounidenses han abierto la posibilidad de realizar operaciones bursátiles a cualquier hora. De hecho, la bolsa de Nueva York planea extender su horario de 1:30 a. m. a 11:30 p. m.


 

El avance de la digitalización en los servicios financieros dirigidos al público de detal, así como el uso del tiempo libre y de los subsidios recibidos por muchos estadounidenses durante la pandemia, han abierto la posibilidad de realizar operaciones bursátiles a cualquier hora del día o de la noche. Los mercados de divisas, criptomonedas y contratos a futuros sobre el S&P 500 funcionan a efectos prácticos las 24 horas del día. En el caso del S&P 500, la diferencia de trece horas entre Japón y la costa este de Estados Unidos ha requerido que se ofrezcan títulos de cobertura sobre este índice cuando comienza la jornada laboral en Tokio.


La percepción general es que la existencia de un mercado global justifica los horarios extendidos.


Muchos podrían preguntarse por qué hay presiones para extender el horario de operaciones del mercado accionario estadounidense más allá de las horas comerciales convencionales. Para responder esta pregunta vale la pena recordar que, desde hace un par de décadas, las bolsas de valores estadounidenses comenzaron a ofrecer sesiones de trabajo extendidas que van desde las 4:00 a. m. hora del este hasta la apertura oficial del mercado a las 9:30 a. m. y se prolongan, luego del cierre de la jornada oficial a las 4:00 p. m., hasta las 8:00 p. m. hora del este.

En los horarios previos y posteriores a la jornada oficial operan mayoritariamente inversionistas especializados, quienes saben que la liquidez accionaria es limitada en esos periodos. Pero los cambios de hábitos que aparecieron durante la pandemia han atraído la atención de una nueva cohorte de individuos que quieren intervenir en el mercado de acciones sin interferir sus jornadas laborales.

Una extensión de horario para atender a audiencias emergentes trae consigo nuevas exigencias a la industria de la inversión. En primer lugar, es necesario fijar convenciones en asuntos tan básicos como el momento de cierre de la jornada comercial, porque en ese instante se fija el precio de cierre de las acciones, que se usa para valorar fondos mutuales, ETF y algunas opciones y contratos a futuro sobre instrumentos de renta variable.

En segundo lugar, está el caso de los operadores del mercado accionario, que ejecutan las operaciones de compraventa de los títulos valores y se preocupan por la liquidez de estos mercados en los horarios extendidos. En la actualidad existe un mercado nocturno mediante una plataforma transaccional llamada Blue Ocean, en la que solo participan grupos privados de operadores bursátiles que cruzan operaciones entre sí exclusivamente (dark pools). Su naturaleza de «club cerrado» les exime de la obligación de hacer públicos los precios a los que cruzan sus transacciones.

Los volúmenes de operaciones en Blue Ocean son una pequeña fracción si se comparan con las operaciones de la bolsa de Nueva York en los horarios convencionales, pero dan la oportunidad de conectar a los operadores estadounidenses en los horarios comerciales de sus contrapartes asiáticas, lo que les permite expandir sus redes de negocios.


¿Qué pasa si un gran movimiento de precios sucede cuando mercados como Nueva York o Londres están cerrados?


En tercer lugar, están las presiones derivadas de mantener una organización funcionando las 24 horas del día. Esto implica los retos de monitorear el riesgo del negocio cuando los funcionarios de las casas matrices están fuera de su horario laboral o mantener los sistemas de información trabajando de manera continua, sin contar con momentos sin actividad en los que tradicionalmente se hacen ajustes, respaldos, actualizaciones y otras operaciones administrativas.

Dos iniciativas con mayor alcance que Blue Ocean han estado trabajando con la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) para operar en horario extendido. La primera es 24 Exchange, conocida por sus siglas 24X, que empezó a operar de manera provisional en noviembre de 2024 y tiene sede en Bermudas. Cuando se resuelvan algunos problemas de infraestructura para cumplir requisitos regulatorios, aspira a operar 23 horas diarias y a reservarse una hora para los cierres administrativos.

La segunda es la Bolsa de Valores de Nueva York, que sometió a la aprobación de la SEC un plan para extender su horario de operación de 1:30 a. m. a 11:30 p. m. y dejar dos horas para ejecutar labores de soporte. Las bolsas de valores son responsables de llevar un registro de sus precios de compra y venta a lo largo del día, de manera que cualquier inversionista pueda comparar el precio que obtuvo de su corredor con los reportados por estas organizaciones, para así garantizar que las operaciones siempre se cierren al mejor precio posible.

La percepción general es que la existencia de un mercado global justifica los horarios extendidos; sobre todo si se mantiene la tendencia de algunas grandes empresas a «deslistarse» de sus bolsas nacionales para cotizar en Estados Unidos. Sin embargo, la aceptación última de un nuevo horario será posible cuando se resuelvan dos tipos de preocupaciones muy diferentes.

La primera preocupación se refiere a la alteración de los canales informales de comunicación en los cuales los operadores del mercado, gerentes de fondos de inversión e inversionistas institucionales comparten cotidianamente sus impresiones sobre los movimientos de los precios. Estos diálogos son posibles porque la mayoría de estos individuos viven en husos horarios razonablemente compatibles. No está claro cómo ocurrirán sus conversaciones en un mundo donde las rutinas de trabajo cambien para adaptarse a los nuevos esquemas de operación.


La escasa liquidez durante las horas nocturnas hace que, por ahora, sea un momento poco atractivo para que los grandes actores negocien acciones estadounidenses.


La segunda preocupación tiene que ver con las reglas de operación que deberán adaptarse a un horario nocturno. ¿Qué pasa si un gran movimiento de precios sucede cuando mercados como Nueva York o Londres están cerrados? ¿Cómo se adaptarán los mecanismos para activar la suspensión temporal de la cotización de una acción cuando surja inesperadamente información que afecte sus precios? También cabe preguntarse cómo debería cambiar la interpretación del «mejor precio» cuando un flujo importante de transacciones pudiera ejecutarse en horario extendido.

La operación en horarios extendidos requiere tener personal activo las 24 horas en los bancos de inversión. Pero la realidad es que la escasa liquidez durante las horas nocturnas hace que, por ahora, sea un momento poco atractivo para que los grandes actores negocien acciones estadounidenses.

El panorama puede cambiar a mediano plazo y, si el negocio lo justifica, los recursos humanos y materiales se asignarán para hacer posible el cambio. Pero queda de parte de los funcionarios de estas instituciones evaluar cómo el nuevo esquema de operaciones afectará sus vidas privadas. ¿Valdrá la pena el sacrificio?


Carlos Jaramillo, vicepresidente ejecutivo del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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