Jenga: el juego de las reservas internacionales chinas

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Foto de Valery Fedotov en Unsplash

En el juego geopolítico actual, Estados Unidos ha utilizado el dólar para imponer vetos a quienes le adversen. China se ha visto obligada a jugar Jenga: recomponer sus reservas internacionales para balancear seguridad, rentabilidad y liquidez de sus títulos financieros y reducir su exposición a Estados Unidos.


 

Cuando se piensa en la recomposición de las reservas internacionales de China, inmediatamente viene a la cabeza el juego de mesa Jenga, que consiste en apilar bloques de madera para construir una torre y luego, por turnos, retirar bloques sin que la torre se derrumbe. El objetivo es ser el último en retirar un bloque sin que la torre se caiga.

En el juego geopolítico actual, Estados Unidos ha utilizado el papel del dólar como moneda refugio para imponer vetos a quienes le adversen política y comercialmente. China se ha visto obligada a mitigar su vulnerabilidad reduciendo su exposición a la divisa estadounidense.

Para China, recomponer sus reservas internacionales es jugar Jenga. El papel de jugador aventajado se le asigna a la Oficina Estatal de Administración de Divisas (SAFE, por sus siglas en inglés). Este organismo tiene entre sus funciones evaluar los instrumentos financieros en los que se pueden invertir las reservas internacionales de China.

Los bonos del gobierno estadounidense han constituido por años la base de los 3,2 billones de dólares en reservas internacionales de China. Hasta la fecha no ha habido indicios públicos de un cambio de estrategia, a pesar de la imposición de aranceles y otras fluctuaciones de la política estadounidense. De hecho, según voceros del Banco Popular de China, «el impacto de las fluctuaciones de cualquier mercado o activo sobre las reservas de divisas de China es generalmente limitado»[1].


Desdolarizar la economía China es una quimera, porque no existen mercados alternativos lo suficientemente profundos para recibir el volumen de recursos que el gigante asiático maneja.

A raíz de la guerra arancelaria desatada por el gobierno de Trump a partir de abril de 2025, se ha ido formando una matriz de opinión que cuestiona la pertinencia de que el gobierno chino siga manteniendo una buena parte de sus reservas internacionales en instrumentos financieros denominados en dólares. La gran pregunta que flota en el ambiente es si China pudiera vender masivamente su inventario de papeles del Tesoro y vengarse así de las agresiones del gobierno estadounidense.

Funcionarios con conocimiento del funcionamiento de la SAFE señalan que el organismo no considera una opción sensata la eliminación masiva de activos denominados en dólares. Preferiría una transición gradual de los bonos del Tesoro a otros activos de corto plazo y al oro, movimientos que tardarán años. La SAFE debe lograr un equilibrio entre la liquidez de los activos, su seguridad y algún grado de rentabilidad que compense, al menos parcialmente, el impacto negativo de la inflación en las reservas internacionales.

Existen temores por algunas ideas promovidas por asesores muy radicales del presidente Trump. Proponen devaluar el dólar para hacer más competitivas las exportaciones estadounidenses u obligar a los países tenedores de bonos del Tesoro a cambiarlos por bonos cero cupón a cien años para conseguir aranceles comerciales más flexibles dentro de un hipotético «Acuerdo de Mar-a-Lago» similar al Acuerdo del Plaza de 1985.

Las reservas de China denominadas en dólares alcanzaron un máximo de casi cuatro billones de dólares en 2014 y se han mantenido por encima de los tres billones desde 2016. La SAFE comenzó a cambiar la composición de su cartera denominada en dólares en 2017 y el ritmo se aceleró tras la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia en 2022.

Los activos en dólares representaron el sesenta por ciento de sus reservas totales entre 2014 y 2018. El cruce de cifras con las de Estados Unidos sugiere que la mayor parte de esos activos estaban en bonos del Tesoro.


Entre enero de 2022 y diciembre de 2024 China redujo sus tenencias oficiales de bonos del Tesoro en más del 27 por ciento.

La baja rentabilidad de estos bonos en un contexto de alta inflación deteriora su poder adquisitivo, por lo que parte de estas reservas deberían reorientarse a opciones financieras que ofrezcan mayores rendimientos. A esto se suma el temor a una posible expropiación de sus reservas internacionales.

Entre enero de 2022 y diciembre de 2024 China redujo sus tenencias oficiales de bonos del Tesoro en más del 27 por ciento, hasta alcanzar 759.000 millones de dólares, según datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Esta reducción supera con creces la del 17 por ciento registrada entre 2015 y 2022.

En los últimos años parte del inventario de bonos del Tesoro ha sido sustituido por los llamados «bonos de agencia», emitidos por organismos cuasigubernamentales como Fannie Mae. Estos ofrecen calificaciones crediticias similares a los bonos del Tesoro, pero con rendimientos ligeramente superiores.

Entre 2018 y principios de 2020 las tenencias chinas de bonos de agencia estadounidenses aumentaron un 60 por ciento, hasta alcanzar 261.000 millones de dólares. La SAFE también incursionó en el mercado de capital privado a través de Rosewood Investment Corp, su división de inversión, que ha comprado acciones de empresas que aún no cotizan en bolsa, bienes inmuebles comerciales e infraestructura, que incluye centros de almacenamiento de datos. Con estas inversiones pretende mejorar la rentabilidad de las reservas.

La SAFE también ha acortado la duración de sus inversiones en Estados Unidos; para ello se ha apoyado  en bancos de inversión no estadounidenses, siempre con la idea de hacer más difícil cualquier bloqueo de sus activos financieros. En general, la SAFE tiene que balancear seguridad, rentabilidad y liquidez de sus títulos financieros, mientras reduce su exposición general a Estados Unidos.

China debe lograr estos objetivos con la minuciosidad de quien juega Jenga, porque cualquier paso en falso obligaría a la Reserva Federal a crear programas sobre la marcha para dar liquidez y estabilidad al mercado de secundario de bonos del Tesoro. Afortunadamente, los estadounidenses han desarrollado herramientas para estabilizar los precios y reducir los rendimientos cuando se presentan eventos de iliquidez inesperados.

Desdolarizar la economía China es una quimera, porque no existen mercados alternativos suficientemente profundos para recibir el volumen de recursos que el gigante asiático maneja. Si la Unión Europea logra integrar financieramente a sus países miembros y se ocupa de desarrollar un único mercado de deuda soberana, la oferta de títulos denominados en euros aumentaría considerablemente y el juego geopolítico entraría en una siguiente fase sobre la que todavía es poco lo que puede decirse.


Carlos Jaramillo, vicepresidente ejecutivo del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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