
El proyecto de ley presupuestaria 2025-2026 tiene dos secciones que, de aprobarse, afectarán el panorama de inversión: una permite cobrar impuestos adicionales a la inversión extranjera y la otra eleva el impuesto a las ganancias de capital de las universidades privadas.
Recientemente entró al Senado estadounidense el proyecto de ley presupuestaria H.R.1 2025-2026, bautizada por el presidente Trump como «la grande y hermosa». Se ha discutido mucho sobre a quiénes beneficia o no este proyecto, pero vale la pena prestar atención a dos secciones conocidas como la 899 y la 112021.
La Sección 899 es una disposición que permite cobrar impuestos adicionales a la inversión extranjera en Estados Unidos. El Departamento del Tesoro podría aplicarla a personas jurídicas de países que aplican impuestos «discriminatorios», como los impuestos a los servicios digitales ofrecidos por empresas estadounidenses. Esto elevaría el impuesto federal sobre la renta y las tasas de retención sobre intereses y dividendos en hasta veinte puntos porcentuales.
La sección 899 siembra dudas sobre la concepción vigente hasta ahora de que Estados Unidos es un lugar con leyes de inversión consistentes.
Los críticos del gobierno de Trump califican esta sección como un impuesto de venganza contra países que discriminan a las empresas estadounidenses, y en buena medida es vista como una herramienta adicional en las negociaciones con los socios comerciales. Lamentablemente, de aprobarse, su aplicación iría en contra de los esfuerzos de muchos años para construir un sistema tributario global colaborativo con grupos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La Sección 899 siembra dudas sobre la concepción vigente hasta ahora de que Estados Unidos es un lugar con leyes de inversión consistentes. Esto ocurre en el momento menos oportuno, cuando el crecimiento del déficit fiscal estadounidense requiere un flujo constante de inversión en títulos del Departamento del Tesoro para financiarlo.
No existe hasta el momento certeza de que esta sección vaya a ser aceptada o no en las discusiones presupuestarias del Senado. Pero, aun si se rechaza, deja en el ambiente la sensación de que algunas reglas de juego consideradas inmutables en el pasado reciente pueden cambiar y hacer de Estados Unidos un socio cada vez menos confiable.
Como el diablo está en los detalles, para complicar más la situación no existe una clara definición de «país que discrimina a Estados Unidos». Se supone que el Departamento del Tesoro debe ejecutar tal concepto. Tampoco está del todo claro cuáles inversionistas y empresas podrían verse afectados. A primera vista, el proyecto de ley solo afecta a inversionistas no estadounidenses y a empresas que ya están sujetas al pago de impuestos en Estados Unidos.
Hay acuerdos previos que podrían ser revisarse, como el de una exoneración del año 1984 que exceptúa a los inversionistas chinos de retenciones sobre los ingresos provenientes de sus inversiones en títulos de deuda emitidos por el gobierno estadounidense. Antes de esta exoneración, las retenciones fiscales eran del treinta por ciento.
Para agregar más confusión, la Sección 899 luce atractiva para la masa de electores que se identifican con el discurso MAGA (Make America Great Again). Un grupo de asesores del vicepresidente J. D. Vance calcula que estos impuestos podrían recaudar dos billones de dólares en ingresos en la próxima década y ayudar a financiar parte de las rebajas de impuestos de «la grande y hermosa». Pero es probable que Scott Bessent, secretario del Departamento del Tesoro, se muestre receloso de invocar el artículo 899, pues no quiere disuadir a los inversionistas globales de comprar bonos.
La entrada en vigencia de la sección 112021 de la ley presupuestaria ocasionaría episodios de volatilidad en el mercado de capital privado.
La venganza va no solo contra los países que discriminan a las empresas estadounidenses, sino también contra las élites con sus agendas liberales que son contrarias al MAGA; en particular las grandes universidades privadas que poseen carteras de inversión cuyos rendimientos ayudan a cubrir sus presupuestos ordinarios. En la actualidad, estas universidades pagan 1,4 por ciento sobre ganancias de capital y, de aprobarse la Sección 112021, el impuesto subiría a 21 por ciento. En los casos de Harvard, Yale, Stanford y Princeton, que el año pasado pagaron entre 39 millones y 50 millones de dólares anuales por este concepto, pagarían entre 500 millones y 850 millones.
La reducción de los subsidios a las universidades privadas enfrentadas al gobierno de Trump, unida a una posible reducción de las visas a los estudiantes extranjeros que representan cerca de un 25 por ciento de los ingresos por matriculas de estas instituciones, les obligará a vender activos de sus fondos de inversión. Así, obtendrían ganancias de capital que podrían ser pechadas a la nueva tasa.
La entrada en vigencia de la Sección 112021 ocasionaría episodios de volatilidad en el mercado de capital privado. Algunas universidades adelantarían la venta de activos para evitar el pago de impuestos adicionales, y otras los diferirían a la espera de tiempos mejores.
Muchos inversionistas institucionales extranjeros seguirán buscando opciones para reducir su exposición al mercado de valores estadounidenses. Los movimientos de capital a corto plazo no serán notables; pero serán continuos, si no hay cambios en las líneas de pensamiento del gobierno.
La discusión de la ley presupuestaria H.R.1-119th Congress (2025-2026) es una oportunidad excepcional para ver en primera fila cómo los grupos de interés dentro del Congreso de Estados Unidos se alinean o no alrededor del movimiento MAGA. Si a esto se suma que en noviembre de 2026 habrá elecciones de mitad de periodo (se elegirán 435 miembros de la Cámara de Representantes y 33 miembros del Senado), el próximo año y medio habrá suficiente material para entender hacia dónde se dirige realmente el liderazgo de la sociedad estadounidense.
Carlos Jaramillo, vicepresidente del IESA.
Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.
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