La elección de Rodri como Balón de Oro 2024 revela la importancia del equilibrio estratégico. Guardiola perdió la final de 2021 al jugar sin medio centro, pero aprendió del error: integró a Rodri para lograr el éxito en 2023. En negocios y deportes, la clave está en equilibrar creatividad y estabilidad para asegurar resultados sostenibles y competitividad a largo plazo.
La premiación del Balón de Oro de 2024, considerado el premio individual más prestigioso del fútbol, desató polémicas apasionadas, por reconocer como mejor jugador del año al mediocentro defensivo Rodrigo Hernández (Rodri), jugador de España y del Manchester City, en lugar de Vinicius Júnior, delantero brasilero del Real Madrid. Aparte de esta polémica, el Balón de Oro a Rodri reconoce un error estratégico del entrenador del Manchester City, Josep (Pep) Guardiola, en la final de la Liga de Campeones de 2021, con paralelismo en el mundo de los negocios.
En la final de la Liga de Campeones de Europa de 2021, el equipo Manchester City era favorito para llevarse el título. Guardiola quiso sorprender al Chelsea jugando sin un mediocentro defensivo para fortalecer el ataque con un enfoque más rápido y agresivo, para trastocar la estrategia de un rival que lo había vencido en dos de los últimos tres juegos.
Guardiola había implementado con éxito sorpresas estratégicas de este estilo para desconcertar a sus rivales. Años antes, como entrenador del Barcelona, jugó contra el Real Madrid sin un delantero centro fijo (que porta el número nueve), mientras que usó a Lionel Messi como «falso nueve». Esta estrategia desorientó al Madrid, pues Messi, sin una posición fija, se movió por todo el frente de ataque y entre líneas, para desmarcarse y crear espacios que facilitaran el ataque de otros jugadores del Barcelona. El resultado fue una goleada histórica 2-6 que demostró la efectividad de la innovación táctica y consolidó a Guardiola como un maestro de la estrategia.
La adaptación del Manchester City muestra cómo un cambio nacido de una dolorosa derrota puede convertirse en una oportunidad de crecimiento y éxito sostenido.
Pero la innovación disruptiva de jugar sin un mediocentro defensivo en la final de la Liga de Campeones de 2021 no fue exitosa: perdieron 1-0. Irónicamente, el jugador más valioso de la final fue N’Golo Kanté, precisamente el mediocentro defensivo del Chelsea, lo que destacó la importancia de esta posición en el control del juego.
Dos años después, el mejor jugador de la final de la Liga de Campeones de 2023, ganada por el Manchester City, fue el jugador dejado de lado en 2021: Rodri, quien, además, anotó el gol del triunfo. Este caso del mundo del fútbol deja valiosas lecciones para el mundo de los negocios en cuanto a estrategias disruptivas de innovación.
La capacidad de adaptación del Manchester City: aprender del fracaso
La derrota en la final de 2021 llevó al Manchester City a reconocer la importancia del equilibrio en su estructura táctica. Guardiola decidió integrar a un mediocentro sólido y confiar en Rodri como pieza fundamental para mantener la consistencia del equipo y combinar habilidades de recuperación y distribución que brindaron mayor solidez al City en ataque y en defensa.
Este ajuste estratégico permitió al equipo de Guardiola alcanzar un rendimiento superior y establecer una impresionante racha de victorias, además de finalmente ganar la Liga de Campeones, primera en la historia del club. Rodri impuso una marca de 59 partidos consecutivos sin perder en la Liga Premier del fútbol inglés; en contraste, en los juegos sin Rodri, el porcentaje de derrotas se triplicó.
Hay que ser tolerante con los fracasos y sospechoso del éxito.
Esta temporada, con Rodri ausente por lesión, el equipo ha sido eliminado anticipadamente de la Liga de Campeones y ha perdido toda oportunidad de ganar la Liga Premier, como lo había hecho en los últimos cuatro años. La adaptación del Manchester City muestra cómo un cambio nacido de una dolorosa derrota puede convertirse en una oportunidad de crecimiento y éxito sostenido.
Disrupción e innovación: ¿cuándo es estratégico y cuándo es un riesgo?
La innovación es un pilar importante para las organizaciones que pretenden destacar en mercados competitivos, y el uso de tácticas sorpresivas, como el «falso nueve» de Messi o la eliminación del mediocentro, puede ofrecer ventajas en momentos clave. Ahora bien, no todas las sorpresas funcionan en todos los contextos y las empresas deben evaluar cuidadosamente cuándo es apropiado desafiar los modelos tradicionales y cuándo es más seguro adherirse a una estructura equilibrada. Para una empresa, copiarse incluso de sus propias estrategias exitosas puede ser un movimiento riesgoso si el contexto ha cambiado.
Innovar en un aspecto sin descuidar elementos centrales puede proporcionar equilibrio y facilitar el crecimiento.
Una empresa que intente sorprender al mercado con un producto innovador o una estructura radicalmente nueva debe considerar las áreas donde no puede arriesgarse a perder equilibrio. Por ejemplo, al implementar cambios en su modelo de negocio, una organización debe asegurar no dañar la marca o mantener sus procesos de control financiero, gestión de talento o servicio al cliente en pleno funcionamiento. Así como el mediocentro constituye un ancla en el fútbol, hay funciones que aseguran la estabilidad en una organización. Para evitar sorpresas, es necesario preguntarse: ¿qué podemos estar desestabilizando? ¿Qué puede salir mal?
Lecciones estratégicas: balancear innovación y estructura
El caso de Guardiola en la final de 2021 y la posterior recuperación del Manchester City ofrecen valiosas lecciones para las organizaciones sobre cómo balancear innovación y estructura.
La sorpresa es un arma, pero requiere contexto
La táctica del «falso nueve» funcionó con Messi porque el equipo estaba estructuralmente equilibrado y la posición de Messi en el frente de ataque no implicaba un riesgo para la defensa. Es necesario asegurar que la organización pueda soportar el cambio sin comprometer funciones esenciales y evitar que, con las sorpresas disruptivas, la primera sorprendida sea ella misma, como le ocurrió a Coca Cola con la New Coke.
Elementos clave no son opcionales
Así como el mediocentro es vital en el fútbol, en los negocios un producto, una función (como finanzas, operaciones o recursos humanos) e incluso ciertas personas y equipos pueden ser clave para que una empresa mantenga su estabilidad. Innovar en un aspecto sin descuidar elementos centrales puede proporcionar equilibrio y facilitar el crecimiento. Por supuesto, primero hay que conocer esos elementos centrales. Como aconsejaba Sócrates: «Conócete a ti mismo».
Aprender de la adversidad
Guardiola y el Manchester City supieron analizar su derrota y entender la importancia de un mediocentro fuerte para obtener resultados consistentes. De manera similar, las empresas que aprenden de sus errores y hacen ajustes estructurales basadas en sus experiencias pueden crear bases más sólidas para el éxito futuro. Aparte de analizar las derrotas, es necesario evaluar los éxitos con la misma acuciosidad, para identificar sus causas reales y no morir de éxito o de sorpresas. Hay que ser tolerante con los fracasos y sospechoso del éxito.
El poder de la adaptación
Adaptarse no significa renunciar a la innovación, sino aprender a integrarla de manera estratégica. La capacidad de una organización para modificar su enfoque en función de sus fortalezas y debilidades actuales le permite responder mejor a las exigencias del mercado.
El reto del líder
La experiencia de Pep Guardiola en la final de la Liga de Campeones de 2021 y la posterior adaptación del Manchester City reflejan la importancia de una estrategia bien balanceada. La audacia y la sorpresa pueden ser armas poderosas, pero el éxito sostenible depende de mantener funciones centrales que aseguren el equilibrio y la consistencia. Tanto en el deporte como en los negocios, los líderes que saben cuándo arriesgarse y cuándo consolidar su estructura interna logran crear equipos resilientes, capaces de competir en cualquier escenario. Hay que crecer y sorprender con base en fortalezas, como la estrategia del falso nueve con un jugador de época como Messi.
Milko R. González-López, profesor de pensamiento crítico en el IESA.
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