Adiós a las redacciones

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Fotografía: janeb13 / Pixabay

A mediano y largo plazo se espera que la industria periodística experimente una consolidación de los entornos digitales frente a los físicos: prevalecerá la red sobre el papel y lo virtual sobre lo presencial.


 

En muchas partes del mundo se habla de «vuelta a la normalidad». Los gobiernos y las organizaciones se plantean protocolos para la reincorporación de las personas al trabajo. Para algunos sectores, como el periodismo, es probable que no haya vuelta atrás. Al menos no en todos los casos.

Tras la pandemia se prevé un gran número de operaciones empresariales, cierres, compras y adquisiciones, que modificarán el actual ecosistema informativo nacional e internacional. Pero esa no es la única amenaza para las redacciones. Si bien cualquier periodista que haya trabajado en una redacción le dirá que la dinámica, la atmósfera, de una redacción es algo irremplazable y la esencia del periodismo, el confinamiento ha impuesto una nueva manera de trabajar en todo el mundo que parece haber llegado para quedarse.

En una conferencia telemática con sus empleados, Marc Zuckerberg anunció que «en los próximos cinco o diez años, alrededor del 50% de la plantilla de Facebook podría trabajar en remoto», y que tal transición deberá hacerse de manera «reflexiva y responsable» (Expansión, 2020). Twitter anunció también que permitirá a algunos empleados trabajar desde sus casas de forma permanente, mientras que Google ha hablado con su personal e instó a la mayoría a seguir teletrabajando, al menos por el resto del año.

 

Sin hora de cierre

Más allá de las empresas tecnológicas, las redacciones de los medios fueron testigos de una gran revolución. Muchas salas han tratado de adaptarse a la situación; pero, tal como van las cosas, no parece que el teletrabajo en los medios de comunicación vaya a terminar con el fin de la cuarentena.

Aminda Marqués González, presidenta, editora y editora ejecutiva del Miami Herald, escribió:

Sabemos que el espacio de oficinas de hoy no es lo que el espacio de oficina será para mañana, ya que se relaciona con el distanciamiento social y mantener a nuestros empleados seguros. Por esa razón, los empleados del Miami Herald y El Nuevo Herald continuarán trabajando remotamente hasta finales de año (Tamez, 2020).

Para El País de España la realidad es similar y también vaticina más trabajo a distancia para el futuro. Según el subdirector Ricardo de Querol:

El avance del teletrabajo puede ser una de las consecuencias más positivas que nos dejará esta crisis, por lo demás desgraciada. Supongo que hace una década no habríamos estado preparados, pero esta vez desde el inicio del confinamiento hemos comprobado que es posible mantener el intensísimo ritmo informativo de EL PAÍS con prácticamente todo el personal en su domicilio (Altares, 2020).

 

Conexiones a tiempo completo

En las redacciones, el aislamiento obligado por el coronavirus vino a acelerar un proceso que ya había comenzado: las plataformas digitales están descomponiendo cada vez más el trabajo y las empresas notaron que podían reducir costos aplicando un modelo flexible de coordinación productiva, como el trabajo remoto.

Las ventajas no siempre superaban los riesgos. La falta de control físico, así como la dificultad para la colaboración entre empleados, la pérdida de la jerarquía y la lealtad son algunas de las consecuencias implícitas en esta modalidad. Y eso, para la rutina de un informativo, no es un asunto menor. En detalles de la comunicación verbal y no verbal se apoyan muchas de las decisiones que forman la vida cotidiana de un diario. Ana Alfageme, reportera de El País, considera que «trabajar desde casa significa renunciar a un contacto imprescindible para armar las historias, especialmente si son de interés humano» (Altares, 2020).

Más allá de la coyuntura, y algunos predecibles ajustes que ocurrirán en el camino, a mediano y largo plazo se espera que la industria periodística experimente una consolidación de los entornos digitales frente a los físicos, donde prevalecerá la red sobre el papel y lo virtual sobre lo presencial. También es lógico esperar cambios organizativos profundos: nuevos modelos de relación contractual y otras muchas transformaciones soportadas por el desarrollo tecnológico.

Toma vuelo el llamado cloud journalism, que integra ordenadores, redes y bases de datos, universidades y laboratorios. Hay una paulatina imbricación entre periodismo y tecnología, de manera que no se podrá separar una de otra. Se irá configurando lo que algunos llaman Sociedad de la Banda Ancha, que entrelaza elementos heterogéneos y los dota de significados. Como va a suceder en la economía en general, en vez de centrarse en el producto, el periódico, el informativo, el periodismo se centra en el servicio que se nutre y alimenta de la nube de contenidos, remunerado con micropagos por consumo, que realiza contenidos específicos baja demanda. Hipertextualidad, interactividad y multimedia y tal vez al final, virtualización (Ormaetxea, 2020).

Muy a su pesar, a medida que transcurrían las semanas de confinamiento, los periodistas fueron descubriendo que «dejar de ir a la oficina no era ninguna maravilla. En unos casos te asfixiaba la soledad, en otros te ahogaba el exceso de compañía. Por no hablar del horario continuo, el aislamiento laboral, la conectividad permanente, y que ahora corrías con gastos que antes pagaba la empresa» (Tallón, 2020).

Aunque las redacciones desaparezcan, o se reduzcan a un mínimo, la pandemia también mostró que las audiencias necesitan consumir información de calidad para tomar decisiones.

 

Referencias

  • Altares, G. (2020): «El teletrabajo en la era del coronavirus». El País: https://elpais.com/sociedad/2020-03-28/el-teletrabajo-en-la-era-del-coronavirus.html
  • Expansión (2020): «Facebook adopta el teletrabajo de forma permanente». https://www.expansion.com/empresas/tecnologia/2020/05/22/5ec79809468aeb98368b464c.html
  • Ormaetxea, M. (2020): «Medios y tecnologías de la información: una alianza estratégica». Telos: https://telos.fundaciontelefonica.com/medios-y-tecnologias-de-la-informacion-una-alianza-estrategica/
  • Tallón, J. (2020): «Oficina, dulce oficina: hay que tener mucho cuidado con lo uno desea». Uppers: https://www.uppers.es/economia-y-dinero/vida-laboral/dejar-ir-oficina-sueno-convertido-pesadilla_18_2961270051.html
  • Tamez, H. (2020): «Six McClatchy newspapers and its DC bureau will vacate their offices, leaving journalists working remotely until at least 2021». Niemanlab: https://www.niemanlab.org/2020/06/six-mcclatchy-newspapers-and-its-dc-bureau-will-vacate-their-offices-leaving-journalists-working-remotely-until-at-least-2021/

Luis Ernesto Blanco, profesor de periodismo digital en la Universidad Católica Andrés Bello. Jefe de redacción del portal informativo Runrun.es