¿Aterrizaje suave?

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El sueño dorado de los inversionistas institucionales es que la Reserva Federal comience a reducir la tasa de redescuento sin inducir una recesión. Ese sueño recibe el nombre de «aterrizaje suave». Lo importante no es si eso será posible o no, sino cuanto tiempo debe la Reserva Federal mantener restringidos los tipos de interés para alcanzar sus objetivos antinflacionarios.


El sueño dorado de los inversionistas institucionales es que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) sea capaz de comenzar a reducir en los próximos meses la tasa de redescuento y, en consecuencia, las tasas de interés del resto de la economía, sin inducir una recesión. Ese sueño recibe el nombre de «aterrizaje suave».

En el último año los mercados financieros han cambiado muy frecuentemente de opinión sobre la posibilidad de alcanzar ese sueño dorado. Cuando surge alguna noticia positiva sobre la reducción de precios, inmediatamente concluyen que la FED detendrá su política restrictiva antes de lo esperado; y cuando, por el contrario, el mercado laboral muestra robustez, o el petróleo sube, empiezan a pensar que no habrá reducción de los costos financieros antes de 2025.

El alza de tasas de interés experimentada en el mercado estadounidense —del orden de uno por ciento desde comienzos de julio de 2023—, ha incrementado el costo del financiamiento tanto para las empresas como para los individuos y también ha afectado a los bancos comerciales, que han visto cómo sus clientes retiran su dinero para colocarlo en fondos del mercado monetario (money market funds). Esta subida de intereses afecta no solo a los actores económicos estadounidenses, sino también a sus contrapartes internacionales.

Mohamed El-Erian, presidente del Queen’s College de la Universidad de Cambridge, sostiene que un financiamiento más costoso y menos confiable complica los cambios de políticas macroeconómicas de los bancos centrales de países como Japón. En el caso particular de Japón, su banco central interviene la curva de rendimiento denominada en yenes con la compra de títulos a diez años para impedir que las tasas de interés suban.

Al subir las tasas de interés en Estados Unidos, las instituciones japonesas requieren mayor remuneración en el mercado de bonos denominados en yenes. Si no se les satisface, mueven sus recursos a Estados Unidos, lo que devalúa la moneda japonesa durante la migración de fondos.

El alza de tasas de interés en Estados Unidos incrementa no solo los costos y la frecuencia de las intervenciones del banco central japonés, sino también sus intervenciones en el mercado cambiario. La llegada de fondos internacionales al mercado de treasuries aumenta la demanda por estos papeles y mitiga el alza de las tasas de interés, lo que actúa contra la estrategia de alza de tasas de la FED.

Para los analistas de los mercados financieros las subidas, un tanto desordenadas, de las tasas de interés en Estados Unidos refuerzan la idea de que la FED mantendrá su intención de fijar las tasas al alza por un tiempo más largo del requerido para la realización del sueño dorado y que, además, necesita absorber una oferta significativa de treasuries debido al déficit presupuestario del país, lo que tampoco facilita que bajen los tipos de interés en Estados Unidos.

Un factor adicional de preocupación creado por el alza de las tasas de interés es que los riesgos para la estabilidad financiera aumentan con los descalces de las tasas de interés en el sector bancario. Los bancos regionales estadounidenses pierden depósitos de sus clientes, que los mueven a otras instituciones que les pueden pagar mayores rendimientos. Al perder depósitos, algunos sectores ven mermada la oferta de productos crediticios, lo que afecta negativamente a la economía real.

El-Erian sostiene que esta dinámica de las tasas le hace pensar que se está produciendo una erosión en la resiliencia financiera, humana e institucional que atenta contra la realización del sueño dorado de los inversionistas. Lo que más le preocupa es que la FED no es consciente de que necesita modificar su política comunicacional, conocida como preanuncio (forward guidance), el marco de aplicación de la política monetaria y la forma de comunicar las metas inflacionarias para adaptarse a un paradigma emergente. El mundo transita de una demanda insuficiente hacia una oferta de bienes que se mantendrá rígida por unos cuantos años más.

Lo importante no es poner la atención en si el sueño dorado del aterrizaje suave será posible o no, sino en cuánto tiempo más debe la FED mantener los tipos de interés a un nivel suficientemente restrictivo para alcanzar sus objetivos antinflacionarios. De no ajustar sus políticas al nuevo paradigma con la urgencia requerida, no habrá sueño dorado para nadie: ni dentro ni fuera de Estados Unidos.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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