¿Cuál es el impacto a largo plazo del alza de las tasas de interés? No es mucho lo que se sabe

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Un modelo keynesiano mostró que las disrupciones en la oferta de bienes ocasionadas por fenómenos como la covid o la guerra de Ucrania causan inflación, lo que requiere elevar las tasas de interés. El mayor costo de capital reduce la inversión en innovación y el crecimiento de la economía. Estas «cicatrices» se podrían minimizar con subsidios a la inversión que se desea proteger.


Cuando los bancos centrales aumentan de manera recurrente las tasas de interés, como ha sido el caso de la Reserva Federal y sus homólogos del primer mundo en el último año, es natural preguntarse por el impacto de tal medida a largo plazo. La opinión generalizada es que, si bien los responsables de la formulación de políticas monetarias pueden hacer que una economía se acelere o desacelere a corto plazo, en el largo plazo es poco lo que pueden hacer para inducir cambios estructurales apoyándose solamente en la política monetaria.

Al ser la macroeconomía una disciplina en constante desarrollo, siempre hay la posibilidad de dar otra mirada a situaciones que se creían razonablemente documentadas. Este es el caso de Luca Fornaro, de la Escuela de Economía de Barcelona, y Martin Wolf, de la Universidad de San Gallen en Suiza, quienes publicaron recientemente un artículo titulado «Las cicatrices de los choques de oferta». Mediante un modelo keynesiano muestran el efecto en la economía de disrupciones en la oferta de bienes ocasionadas por fenómenos como la covid o la guerra de Ucrania.

La interrupción de suministros reduce temporalmente la inversión, lo que produce una pérdida de producción que los autores llaman «cicatriz». Este efecto negativo en la riqueza de una economía termina por deprimir la demanda agregada.

Si posteriormente, para controlar la inflación, se hace necesario subir las tasas de interés, Fornaro y Wolf sostienen que eso eleva el costo de capital, lo que a su vez reduce las inversiones en innovaciones y la tasa de crecimiento de la economía. La reducción de inversiones relevantes termina por frenar la demanda.

El hecho de que los efectos de cicatrización depriman la demanda agregada no se traduce necesariamente en bajas tasas de inflación; por el contrario, pueden reforzar y prolongar el impacto inflacionario de las perturbaciones de la oferta. Una respuesta de política monetaria contractiva puede terminar por profundizar las cicatrices y aumentar a mediano plazo la inflación.

El trabajo de Fornaro y Wolf abre una línea de discusión interesante. Plantea la posibilidad de que el alza de las tasas de interés se acompañe con subsidios focalizados hacia las inversiones que se desea proteger; en particular, las dirigidas a procesos de innovación.

Todavía no es mucho lo que se sabe sobre el impacto a largo plazo de alzas y bajas de las tasas de interés. Mientras no exista un consenso en este sentido, no debe esperarse que los bancos centrales combinen políticas fiscales y monetarias para reducir las cicatrices resultantes del alza de las tasas de interés.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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