Cuando el futuro nos alcance: la inteligencia artificial en la banca de inversión

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Los bancos de inversión que tengan capacidad computacional, muchos datos de sus clientes y talento y dinero para desarrollar aplicaciones captarán los beneficios de la inteligencia artificial. Al final solo sobrevivirán dos grupos: el de los grandes bancos de inversión y un numeroso grupo de actores que atienden nichos.


 

A medida que pasa el tiempo, el acercamiento de la gente a la inteligencia artificial (IA) ha ido cambiando. En un comienzo predominaban la curiosidad y el miedo, pues era difícil visualizar las implicaciones cotidianas de esta tecnología. En este momento comienza la fase de manos a la obra, en la cual se descubrirá qué porción de las labores cotidianas se transferirá a la IA y qué se hará con el tiempo liberado.

En un extremo quedarán las personas desplazadas por la tecnología; para el resto, cambiará el alcance de sus trabajos. Más allá de pensar sobre este tema en abstracto, resulta muy esclarecedor ver las posibilidades de su aplicación en un contexto específico. Esto fue lo que hizo, en una columna reciente del Financial Times, Mohamed El-Erian, presidente del Queens’ College de la Universidad de Cambridge, quien además tiene una vasta experiencia en el manejo de carteras de inversión institucionales.

El profesor El-Erian dedica sus comentarios a la aplicación de la IA en la banca de inversión. Para comenzar señala que el aprovechamiento de esta tecnología depende de la capacidad computacional, la disponibilidad de datos, el talento disponible y el dinero para desarrollar aplicaciones. La gestión de activos es uno de los sectores en los que la llamada IA generativa ofrece mayores promesas, que de concretarse obligarán a cambiar la forma como opera esta industria.

La IA no es un fenómeno nuevo en la banca de inversión. Hoy se usa en la optimización de operaciones o en la lucha contra ciberataques. Lo que se vislumbra a corto plazo es que los banqueros de inversión podrán perfeccionar el servicio que hoy prestan en el análisis con mayor profundidad el perfil de riesgo de sus clientes, el diseño de productos financieros ajustados a los rasgos idiosincráticos de los inversionistas y la elaboración de escenarios.

En este sector de actividad se observa claramente que las actividades de los empleados se verán enriquecidas por las nuevas posibilidades que se abren para el uso del tiempo al servicio de sus clientes, pues se liberarán de elaborar reportes rutinarios de desempeño o de responder preguntas recurrentes. Se prevé que, aunque la presencia organizacional de los ejecutores de actividades rutinarias disminuirá, crecerá la de personas con mayor formación cuantitativa, necesaria para «comunicarse» con las aplicaciones de IA. Estas aplicaciones serán esenciales para elaborar mezcla de activos, seleccionar títulos valores y mitigar el riesgo de las carteras.

La banca de inversión cuenta, además, con datos reales sobre el desempeño de las carteras de inversión de sus clientes, que se usarán para el diseño de nuevos productos elaborados a la medida y el seguimiento cotidiano de las estrategias de inversión. No debe olvidarse que el talento y las capacidades no están homogéneamente repartidas entre los bancos de inversión, por lo que surgirán vacíos de control interno y retos para los organismos reguladores nacionales e internacionales.

La brecha tecnológica entre Estados Unidos y China, que tiende a agudizarse, creará problemas para los bancos de inversión de los países que circunstancialmente se vean involucrados en la pelea comercial entre estas potencias. A quienes estén rezagados en la comprensión del poder disruptivo de la IA y sus posibles aplicaciones, y en particular los que carezcan de las capacidades técnicas, el talento y el dinero les resultará cada vez más difícil ponerse al día.

Esta dinámica agudizará aún más las tendencias actuales de la industria. Por ello se prevé que al final solo sobrevivirán dos grupos: el de los grandes bancos de inversión y un numeroso grupo de actores que atienden nichos. Las empresas que manejan activos entre 100.000 millones y 500.000 millones de dólares —que se consideran medianas en el segmento de manejo de activos en Estados Unidos— se fusionarán o desaparecerán.

El-Erian pronostica que en la fase de consolidación de las empresas medianas se produce la mayor destrucción de empleo. Pero, ¿qué pasará con los bancos de inversión latinoamericanos? Para seguir la lógica del profesor El-Erian, muchos comprarán los servicios de IA de los bancos de inversión estadounidenses y europeos que hoy les brindan servicios de custodia y de elaboración de reportes. Muchos de ellos, a su vez, atienden nichos de negocios que debido a la IA cada vez serán más difíciles de proteger y, de no fusionarse con otros, desaparecerán.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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Referencia
El-Erian, M. (2024, 15 de febrero). How Gen AI will change asset management. Financial Times. https://www.ft.com/content/3adbf2c0-80d5-4574-9a47-6a9672700077