El ahorro en tiempos de pandemia

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Foto de Konstantin Evdokimov en Unsplash

Tras el estallido de la pandemia, los hogares de la eurozona y de Estados Unidos acumularon un gran volumen de ahorro. El tipo de activo en que se ahorran los excedentes tiene implicaciones importantes: las personas tienden a consumir la mitad de un aumento de sus activos líquidos, pero la proporción se acerca a cinco por ciento en el caso de los ilíquidos.


Los acontecimientos inusuales son maravillosas oportunidades para observar comportamientos de los agentes económicos que no ocurren en la vida cotidiana. De allí que se observen con mucho interés las estadísticas producidas durante los primeros años de la covid y los subsiguientes.

Tras el estallido de la pandemia, los hogares de la eurozona y de Estados Unidos acumularon un gran volumen de ahorro, por encima de la tendencia de los años inmediatamente anteriores a 2020. En el Boletín Económico de junio de 2023 del Banco Central Europeo se reportó que entre el primer trimestre de 2020 y el cuarto de 2022 el exceso de ahorro acumulado aumentó de manera constante hasta alcanzar 11,3 por ciento de la renta disponible en la zona del euro. En Estados Unidos, el exceso de ahorro acumulado alcanzó 13,2 por ciento en el tercer trimestre de 2021, antes de disminuir al 7,9 por ciento en el cuarto trimestre de 2022.

En un principio se pensó que tal exceso de ahorro se dirigiría muy rápidamente hacia el financiamiento de un repunte del consumo, y que este podría ser similar en ambas regiones. Sin embargo, en la práctica se ha observado que la naturaleza del tipo de instrumento financiero en que se colocaron los recursos extraordinarios afectó la intensidad del impulso de consumirlos.

Entre 2020 y 2022, en la zona del euro el exceso de ahorro se acumuló principalmente en activos ilíquidos, a diferencia de Estados Unidos, donde hubo una marcada preferencia por instrumentos de fácil liquidación. Los europeos destinaron buena parte de sus ahorros extraordinarios a la compra o mejora de inmuebles, acciones de oferta pública, bonos y al prepago de hipotecas. Los estadounidenses prefirieron instrumentos financieros de alta liquidez, se deshicieron de algunos activos ilíquidos y adquirieron nuevas deudas.

El tipo de activo en que se ahorran los excedentes tiene implicaciones importantes para la probabilidad de que esos recursos se gasten posteriormente. Mientras que las personas tienden a consumir aproximadamente la mitad de un aumento de sus activos líquidos, la proporción se acerca a cinco por ciento en el caso de los ilíquidos.

En los últimos tres años el exceso de ahorro, tanto en Europa como en Estados Unidos, estuvo concentrado en los grupos familiares de mayores ingresos. La proporción del exceso de ahorro acumulado en manos de los hogares del diez por ciento superior de la curva de distribución de la riqueza aumentó de menos de la mitad en el primer trimestre de 2020, en ambas economías, a casi dos tercios en la zona del euro y más de tres cuartas partes en Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2022.

¿Por qué es tan diferente el comportamiento de los europeos y los estadounidenses al utilizar los ahorros acumulados durante la pandemia? El origen del dinero ahorrado ayuda a explicar esta situación. En la zona del euro, el exceso de ahorro se debió principalmente a las restricciones a la movilidad que limitaron el consumo, especialmente en el caso de los servicios de alto contacto, en los que los hogares ricos, que tienen bajo impulso marginal a consumir, generalmente gastan una mayor proporción de sus ingresos.

En Estados Unidos el exceso de ahorro se debió principalmente a grandes paquetes de estímulo que respaldaron los ingresos, especialmente para los hogares en la parte inferior de la curva de distribución de la riqueza, que tienen un mayor impulso marginal a consumir. Nuevos datos sugieren que un tercio de los receptores de los paquetes de estímulos en los Estados Unidos los ahorraron, pero tal cantidad no representa más del diez por ciento de los ahorros excedentarios de ese país. Al final, el impacto de un volumen de ahorro inesperado en cualquier economía dependerá de en manos de quien caiga.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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