Un token no fungible permite a un comprador poseer el artículo digital original, con una autenticación incorporada que sirve como prueba de propiedad.
Cualquier coleccionista de obras de arte podría preguntarse: ¿por qué comprar una imagen que puede descargarse de internet con apenas un clic? Comprar como pieza única algo que puede ser copiado millones de veces, sin que se pierda su calidad, parece una mala idea.
El valor de una obra de arte recae en su genialidad, por supuesto, pero también en que sea una pieza única, inimitable. ¿Cómo puede alcanzar algún valor algo que se puede reproducir miles de veces?
En respuesta a la necesidad de vender arte digital se desarrollaron mecanismos de venta en línea que legitiman la esfera digital como modelo de inversión artística. Aun así, la presencia del arte digital en las ventas del mercado del arte es marginal «salvo por una reciente y notable excepción: lo que se ha denominado “criptoarte”, que no es más que una obra digital acompañada de un certificado criptográfico, denominado NFT» (Cuesta y otros, 2021: 4), siglas en inglés de token no fungible. «Un NFT permite al comprador poseer el artículo original. No solo eso, contiene autenticación incorporada, que sirve como prueba de propiedad. Los coleccionistas valoran esos “derechos de fanfarronear digital” casi más que el artículo en sí» (iProfesional, 2022).
Hacerse viral
Se calcula que las ventas de NFT alcanzaron más de 3.000 millones de euros en 2021 (Graell, 2021). Esto es algo increíble cuando se entiende que es un activo económico inmaterial.
Arte, gifs, videos de deportes destacados, avatares virtuales, tuits y artículos digitales son algunos de los productos que se venden mediante esta tecnología, y con los NFT es posible crear un certificado digital de propiedad que puede comprarse y venderse. Como ocurre con las criptomonedas, es un registro de quién posee lo que está almacenado en un libro de contabilidad compartido como una cadena de bloques.
Pero, más allá de la tecnología que los soporta, lo importante es que la gente se interesa y compra NFT. Las noticias de ventas no han parado desde que un columnista de The New York Times vendió un artículo por 560.000 dólares; un usuario de internet compró un cromo digital de Cristiano Ronaldo por 240.000 euros; Jack Dorsey, cofundador de Twitter, vendió su primer tuit por 2,9 millones de dólares y alguien adquirió en una subasta un retrato digital realizado por la robot Shopia por 650.000 euros.
Las redes sociales se han convertido en el nuevo epicentro de la compraventa de arte y su promoción. Instagram a la cabeza, seguido de Facebook, YouTube y Twitter son los sitios donde ocurre una magia que creció 280 por ciento desde 2019, según un informe de la aseguradora internacional Hiscox, especializada en el mundo del arte (Graell, 2021).
No es para todos
Cualquiera puede comprar un NFT y cualquiera puede crearlo. «Todo en el entorno digital puede convertirse en uno. Hacerse una foto se encuentra al alcance de cualquiera con teléfono móvil y convertir ese archivo JPEG en una pieza para el mercado virtual es sencillo. Sin embargo, nada garantiza que una vez convertido en artículo NFT tenga valor de mercado» (Ruiz, 2022).
El mercado digital de criptoarte sigue creciendo, pero hay que tener cuidado. En teoría, la tecnología de cadena de bloques debe facilitar la venta de tókenes y ofrecer a los compradores un registro permanente de propiedad vinculado a la obra. Pero el ecosistema pasa por un momento complicado. Falsificaciones, fallos de seguridad de las plataformas y mucho fraude intoxican un mercado que todavía lucha por educar sus audiencias y ganar credibilidad.
Para los artistas de DeviantArt, que alberga más de 500 millones de piezas de arte digital,
… el problema se ha vuelto tan grave que la plataforma implementó un sistema de alerta de fraude que escanea la cadena de bloques de Ethereum en busca de copias NFT de obras de arte. La plataforma ya ha emitido 80.000 alertas desde agosto, duplicándose a finales de año y aumentando en un 300 por ciento a principios de 2022 (Sanchis, 2022).
Para muchos especialistas, el mercado está en plena burbuja. Los precios alcanzados y las ganancias amasadas podrían caer estrepitosamente, así que lo mejor es la cautela.
Lo primero para entrar en este mercado es obtener una billetera digital que permita almacenar NFT y criptomonedas. «La red Ethereum fue la primera blockchain importante en ofrecer tokens no fungibles tal como los conocemos hoy en día» (Binance, 2021). Pero hay otras como OpenSea.io, Rarible y Foundation, donde se puede iniciar la colección.
Luis Ernesto Blanco, profesor de periodismo digital en la Universidad Católica Andrés Bello y jefe de redacción del portal informativo Runrun.es
Referencias
Binance (2021). Cómo crear tus propios NFTs. Binance Academy. https://academy.binance.com/es/articles/how-to-make-your-own-nfts
Cuesta, S., Fernández, P. y Muñoz, S. (2021). NFT y arte digital: Nuevas posibilidades para el consumo, la difusión y preservación de obras de arte contemporáneo. Artnodes, (28), 1-10. https://raco.cat/index.php/Artnodes/article/view/n28-valdes
Graell, V. (2021, 26 de octubre). La revolución del arte NFT: Las ventas superan los 3.000 millones en 2021. El Mundo. https://www.elmundo.es/cultura/2021/10/26/6176dc1efc6c837b448b461b.html
iProfesional (2022). ¿Qué es un NFT y para qué sirve?: Lo que debés saber si querés invertir en este activo digital. https://www.iprofesional.com/tecnologia/354197-nft-que-es-para-que-sirve-y-que-debes-saber-si-queres-invertir
Ruiz, E. (2022, 4 de febrero). ¿Qué es y cómo funciona la tecnología NFT que mueve millones de euros? La Razón. https://www.larazon.es/tecnologia/20220204/jhboklnwajhn7dwjoylyxiempq.html
Sanchis, A. (2022, 2 de febrero). El 80 por ciento de los NFT son un fraude. No lo decimos nosotros, sino la principal plataforma de comercio de NFTs. Magnet. https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/80-nft-fraude-no-decimos-nosotros-sino-principal-plataforma-comercio-nfts