La Reserva Federal ha cometido dos grandes errores en los últimos doce meses, según Mohamed El-Erian: 1) apostar a que la inflación cedería sin su intervención y 2) no subir de inmediato la tasa de redescuento y cancelar el programa de compra de títulos de renta fija. Un tercer error se está gestando: inducir a los mercados a pensar que conduce la economía a una recesión.
Cada vez que se presenta la oportunidad vale la pena reseñar las opiniones de Mohamed El-Erian, presidente del Queens’ College de la Universidad de Cambridge, que además tiene una vasta experiencia en el manejo de carteras de inversión institucionales. Su posición más reciente se refiere al manejo que hace la Reserva Federal (FED) del fenómeno inflacionario en Estados Unidos.
Desde agosto de 2021 El-Erian ha advertido que la FED subestima la intensidad de la inflación en Estados Unidos. Hasta marzo de 2022 la ha tratado como un fenómeno de corta duración que debía cesar una vez que se solucionaran los cuellos de botella en las cadenas de suministros que la covid-19 causó.
Un fenómeno transitorio no ameritaba un alza de las tasas de interés ni una reducción de la oferta de liquidez, que la FED mantenía con su programa de compra de bonos del Tesoro y papeles hipotecarios. A partir de marzo de 2022 la FED reconoció que su diagnóstico de la intensidad de la inflación estaba errado y pasó de la inacción a la urgencia de recuperar el tiempo perdido.
En opinión de El-Erian la FED ha cometido dos grandes errores en los últimos doce meses. El primero fue apostar durante varios meses que la inflación cedería sin su intervención; y el segundo, una vez reconocido este hecho en noviembre pasado, no actuar de inmediato con el alza de la tasa de redescuento y la cancelación del programa de compra de títulos de renta fija. Estos errores se han visto reflejados en una inflación de 8,6 por ciento en mayo pasado, que ha afectado tanto a los mercados de renta fija y variable como a las personas de menores ingresos.
Un tercer error se gesta en este momento, al inducir a los mercados a pensar que la FED, en su afán de poner riendas a la inflación, conduce la economía a una recesión. Señales de esta percepción se apreciaron en el comportamiento de los retornos de los bonos del Tesoro, luego de que el presidente de la FED, Jerome Powell, en su interpelación semestral ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Diputados del Congreso de Estados Unidos el pasado 23 de junio de 2022, señalara que la lucha contra la inflación era incondicional. Luego de tal declaración, el rendimiento del bono a diez años bajó de 3,50 por ciento a principios de junio a 3,10 por ciento. Las tasas de interés caen en contextos recesivos.
El gran costo de estos errores es que pueden causar una mella en la credibilidad de la FED. Desde principios de la primera década del siglo XXI, el banco central estadounidense implantó la política de orientación de expectativas (forward guidance), que consiste en comunicar con anticipación sus movimientos en política monetaria y las condiciones en las que pudiera cambiar de rumbo.
La FED apuesta a que con la reducción de las sorpresas macroeconómicas los actores de la economía puedan planificar mejor y reducir los costos de la incertidumbre. Se espera que la FED lleve la delantera en la predicción de las tendencias económicas y no que sea una institución reactiva.
Si la FED no tiene la posibilidad de marcar el rumbo para los actores económicos puede correr el peligro de caer en un comportamiento errático, con cambios frecuentes de orientación, lo que en última instancia potencia la volatilidad de los mercados financieros, pues exacerba el riesgo de no controlar la inflación ni estimular el crecimiento económico.
La Reserva Federal ha cometido dos grandes errores en los últimos doce meses, según Mohamed El-Erian: 1) apostar a que la inflación cedería sin su intervención y 2) no subir de inmediato la tasa de redescuento y cancelar el programa de compra de títulos de renta fija. Un tercer error se está gestando: inducir a los mercados a pensar que conduce la economía a una recesión.
Cada vez que se presenta la oportunidad vale la pena reseñar las opiniones de Mohamed El-Erian, presidente del Queens’ College de la Universidad de Cambridge, que además tiene una vasta experiencia en el manejo de carteras de inversión institucionales. Su posición más reciente se refiere al manejo que hace la Reserva Federal (FED) del fenómeno inflacionario en Estados Unidos.
Desde agosto de 2021 El-Erian ha advertido que la FED subestima la intensidad de la inflación en Estados Unidos. Hasta marzo de 2022 la ha tratado como un fenómeno de corta duración que debía cesar una vez que se solucionaran los cuellos de botella en las cadenas de suministros que la covid-19 causó.
Un fenómeno transitorio no ameritaba un alza de las tasas de interés ni una reducción de la oferta de liquidez, que la FED mantenía con su programa de compra de bonos del Tesoro y papeles hipotecarios. A partir de marzo de 2022 la FED reconoció que su diagnóstico de la intensidad de la inflación estaba errado y pasó de la inacción a la urgencia de recuperar el tiempo perdido.
En opinión de El-Erian la FED ha cometido dos grandes errores en los últimos doce meses. El primero fue apostar durante varios meses que la inflación cedería sin su intervención; y el segundo, una vez reconocido este hecho en noviembre pasado, no actuar de inmediato con el alza de la tasa de redescuento y la cancelación del programa de compra de títulos de renta fija. Estos errores se han visto reflejados en una inflación de 8,6 por ciento en mayo pasado, que ha afectado tanto a los mercados de renta fija y variable como a las personas de menores ingresos.
Un tercer error se gesta en este momento, al inducir a los mercados a pensar que la FED, en su afán de poner riendas a la inflación, conduce la economía a una recesión. Señales de esta percepción se apreciaron en el comportamiento de los retornos de los bonos del Tesoro, luego de que el presidente de la FED, Jerome Powell, en su interpelación semestral ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Diputados del Congreso de Estados Unidos el pasado 23 de junio de 2022, señalara que la lucha contra la inflación era incondicional. Luego de tal declaración, el rendimiento del bono a diez años bajó de 3,50 por ciento a principios de junio a 3,10 por ciento. Las tasas de interés caen en contextos recesivos.
El gran costo de estos errores es que pueden causar una mella en la credibilidad de la FED. Desde principios de la primera década del siglo XXI, el banco central estadounidense implantó la política de orientación de expectativas (forward guidance), que consiste en comunicar con anticipación sus movimientos en política monetaria y las condiciones en las que pudiera cambiar de rumbo.
La FED apuesta a que con la reducción de las sorpresas macroeconómicas los actores de la economía puedan planificar mejor y reducir los costos de la incertidumbre. Se espera que la FED lleve la delantera en la predicción de las tendencias económicas y no que sea una institución reactiva.
Si la FED no tiene la posibilidad de marcar el rumbo para los actores económicos puede correr el peligro de caer en un comportamiento errático, con cambios frecuentes de orientación, lo que en última instancia potencia la volatilidad de los mercados financieros, pues exacerba el riesgo de no controlar la inflación ni estimular el crecimiento económico.
Carlos Jaramillo, director académico del IESA.
Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.