Para Arnoldo Gabaldón la solución de la crisis estructural que afecta a los venezolanos requiere la recuperación de las libertades del sistema democrático y la dolorosa aceptación de la profunda pobreza que los malos gobiernos crearon en el país.
Arnaldo Gabaldón es coordinador del Grupo Orinoco, un foro de profesionales dedicado a los temas de energía y ambiente en Venezuela. Fue ministro de Obras Públicas entre 1974 y 1977, y el primer ministro de Ambiente y Recursos Naturales Renovables entre 1977 y 1979. En el Diplomado de Formación de Gerentes para la Industria del Agua y el Saneamiento, llevado a cabo por el IESA, compartió sus reflexiones en una ponencia que tituló «Preparando una nueva era de los servicios de agua potable y saneamiento». A continuación se presenta una breve reseña y, al final, el vínculo para acceder a la videoconferencia completa en YouTube.
La urgencia de los cambios
«A pesar del desastre que cotidianamente uno aprecia en la calle, el país tiene recursos intelectuales para concebir grandes planes de reconstrucción y llevarlos adelante», afirmó Gabaldón. «La modernización de los países a veces ocurre por procesos de ritmo acelerado protagonizados por minorías creativas y no tanto por las grandes masas».
Mariano Picón Salas afirmó que Venezuela ingresó al siglo XX en 1936, tras la muerte de Juan Vicente Gómez. Hoy, según Gabaldón, «no podemos saber cuándo la historia futura fijará el inicio del siglo XXI en Venezuela. Podría estar cerca… Pero también podría darse que no tenga lugar en lo que resta de centuria… Tenemos la posibilidad, como país, de que se produzca un nuevo renacimiento. Cuando por fin tenga lugar una transición política hay que proceder de inmediato a procurar los cambios fundamentales».
Según Gabaldón, la Venezuela contemporánea es muy diferente de la Venezuela de 1998. «La Venezuela actual es un país arruinado y con una industria petrolera destruida, todo ello en el marco de una transición energética mundial, de sustitución de combustibles fósiles por energías naturales renovables, que plantea una economía y una sociedad pospetrolera».
El servicio de agua potable: del desastre al rescate
Gabaldón identifica varias causas del desastre del servicio de agua potable en Venezuela. La primera es que al Ministerio del Ambiente se le sustrajeron competencias en el servicio de prestación de este servicio, con la creación del Ministerio del Poder Popular para la Atención de las Aguas. Además, ha ocurrido una desprofesionalización del personal encargado de las operaciones.
«Los servicios públicos, en general, son actividades muy complejas desde el punto de vista técnico. Los trabajadores de estos sectores deben tener mucho entrenamiento y en Venezuela se destruyó el capital humano de las organizaciones relacionadas con la prestación o provisión pública de servicios». Gran parte del personal que participa en el diseño y la operación del servicio de agua son oficiales de la Fuerza Armada, que no recibieron la formación profesional específica para ocuparse de este servicio.
El Grupo Orinoco ha ofrecido recomendaciones para el rescate del servicio de agua potable. Un elemento fundamental de su recuperación es el establecimiento de tarifas adecuadas. «Ya no es admisible que se le diga a la población que los servicios públicos son gratuitos. Esa irresponsabilidad terminó en el colapso y la casi desaparición de los servicios públicos».
Cuidar el sur de Venezuela
Los estados Bolívar y Amazonas, que juntos representan casi media Venezuela y en donde se encuentra el potencial hídrico del país, están en una situación grave. La puesta en práctica del proyecto Arco Minero «agota la biodiversidad y los recursos hídricos. Además, irrespeta derechos de las etnias aborígenes presentes en la zona… Tan pronto se produzca la transición política, ambas regiones deben ser atendidas con prioridad», concluyó Gabaldón.
Érika Hidalgo López, periodista.
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