ISO, la economía circular y las ciudades envejecidas

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Fotografía: Pexels.

La Organización Internacional de Normalización trabaja en la creación de normas de calidad para todos los sectores de la economía, con especial énfasis en medioambiente y tercera edad.


La Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) es el mayor creador y desarrollador de estándares de calidad del mundo, con 164 países miembros y 800 comités y subcomités que han elaborado una cartera de 22.000 normas internacionales. ISO crea 1.200 normas internacionales al año en materia de gestión de procesos, gestión de calidad ambiental y gestión de eficiencia energética, en todos los rubros e industrias.

En noviembre de 2019, Sergio Mujica, secretario general de ISO, estuvo de visita en Argentina, Uruguay y Chile, con el propósito de intercambiar experiencias con los institutos y empresas afiliadas a la entidad y explicar sus nuevos enfoques. ¿Dónde pone ISO el énfasis en este momento; cuáles son las tendencias? Mujica lo explicó para Debates IESA:

Estamos trabajando fuertemente en normas de economía circular para que las empresas eviten la creación de desechos o contaminación ambiental. Otro tema que estamos jerarquizando es el de las ciudades envejecidas. También estamos a favor de las ciudades inteligentes y desarrollando normas sobre inteligencia artificial aplicada.

Para desarrollar normas sobre ciudades inteligentes, ISO trabaja conjuntamente con la Comisión Electrotécnica Internacional y la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que es un organismo de la Organización de Naciones Unidas. Asimismo, ISO cuenta con un comité técnico especializado en inteligencia artificial, que se coordina con otros organismos internacionales en la materia.

 

Ciudades envejecidas

Según la ONU, para el año 2050 habrá más de 2.000 millones de personas de 65 años de edad en el mundo, casi un tercio de la población mundial. El objetivo de ISO es prepararse para esa fecha.

¿Qué se puede hacer? Existen muchas normas de seguridad referidas a las personas mayores y aún se pueden mejorar y ampliar. Por ejemplo, hay normas sobre la altura de algunos muebles para que sean de fácil manejo para las personas mayores, especificaciones sobre la firmeza de los objetos de apoyo, normas para mejores accesos a los buses. «En ISO contamos con comités que trabajan sobre artículos médicos, para asegurar que las especificaciones técnicas sean acordes a cada edad, incluyendo la tercera edad», agregó Mujica.

 

Economía circular y medio ambiente

Una de las principales metas de ISO es crear procesos que sirvan de garantía y guía para que las empresas no contaminen. «Si se sabe que algunas materias primas no son reciclables, deben dejar de utilizarse», ejemplificó Mujica.

«Lo primero es dejar los productos que contaminan y buscar alternativas. Lo segundo es identificar materiales reusables, que son preferibles a los reciclables. Y en tercer lugar, entrar en el sistema de reciclaje», aconsejó. Hoy las empresas de vanguardia invierten mucho en investigación y desarrollo en innovación tecnológica a favor del medioambiente. También ha aumentado la capacitación y formación en esta materia. «Está demostrado que las normas de calidad son un disparador de la innovación, de creación de tecnologías acordes con las necesidades de los países», apuntó Mujica.

 

Las recomendaciones de ISO

Mujica afirma que muchos países latinoamericanos han mejorado su visión y adoptado prácticas de calidad acordes con las normas del organismo, pero queda muchísimo por hacer. A su entender, se trabaja en las estrategias nacionales de calidad, pero no tanto en las estrategias nacionales de normalización, es decir, en las normas propiamente dichas.

«No solo hay que guiarse por las normas de ISO sino tener mayor participación y contribuir a la creación de esas normas, que no se crean en Ginebra, donde está la sede del organismo, sino en cada uno de los países», comentó Mujica. En sus inicios, ISO diseñó normas para productos, continuó con procesos y luego sumó servicios; acompañaba así las tendencias mundiales. «Actualmente estamos con normas de sistemas cada vez más complejos, para maximizar resultados. La evolución muestra que la complejidad será cada vez mayor», concluyó Mujica.

Venezuela se ha ido alejando mucho de las normas internacionales de calidad, debido a que la crisis se impone en todas sus formas y carencias. Salvo las multinacionales que responden a las exigencias de sus casas matrices, entre otras excepciones como las empresas nacionales grandes, el resto (es decir, la mayoría) funciona como puede. De todas maneras, siempre es bueno mantener el norte, lo que debería ser o por lo menos saber que las normas de calidad existen para retomarlas en algún momento. Como debería ser.


Fabiana Culshaw, periodista y psicóloga empresarial