La construcción sostenible fija sus bases en Venezuela

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Foto de Jw. en Unsplash

En el país han ganado terreno las edificaciones que manejan con eficiencia recursos como energía y agua y en cuya construcción los daños ambientales están bajo control.


 

Las claves de las edificaciones sostenibles son una gestión eficiente de recursos como la energía y el agua y un manejo adecuado de los materiales y los desechos empleados para construirlas y mantenerlas. En este sentido, la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC) y el Consejo Venezolano de Construcción Sostenible (CVCS) trabajan en la difusión de los beneficios de la construcción de este tipo de edificaciones.

Debates IESA pulsó la opinión de representantes de ambas organizaciones, quienes estuvieron presentes en un foro dedicado a las perspectivas de la construcción sostenible en Venezuela para 2024.

 

Un cambio de visión y conciencia

La construcción sostenible debe verse como una vía para para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible mediante el diseño y la adecuación de edificaciones que reduzcan las emisiones de carbono y mejoren la gestión de la energía, los desechos y el agua. Esta es la opinión de Alan Isea, miembro de la junta directiva de la CVC.

Alcanzar este objetivo depende no solo de que los constructores rompan con paradigmas y estereotipos que aún prevalecen en este sector, sino también de que se convenzan de las bondades de la construcción sostenible. Como sostiene Isea:

Los promotores, ingenieros y arquitectos deben diseñar y construir edificaciones que hagan un uso eficiente de la energía, el agua y los desechos. Pero también hay que considerar la realidad actual del país: no existe conciencia ni cultura de ahorro energético; no hay un modelo que muestre cómo lograr la eficiencia energética en un municipio; el sistema eléctrico nacional se encuentra deteriorado y desactualizado; y no hay financiamiento ni incentivos del sector bancario para levantar nuevas construcciones.

A esto suma la urgente necesidad de actualizar el marco legal vigente. En este sentido, la CVC ha ofrecido su colaboración a las comisiones de la Asamblea Nacional que elaboran proyectos de leyes sobre cambio climático, energías alternativas y construcción de edificaciones sostenibles.

Además, la CVC entrega el Certificado de Eficiencia Energética y desarrolla un modelo de gestión circular y sostenible en la industria de la construcción, con el apoyo de la Unión Europea, cuyo objetivo es mejorar la eficacia del uso de la energía y el agua y de la gestión de los desechos. También ofrece cursos y talleres en tecnología de la construcción sobre digitalización, eficiencia energética y nuevas tecnologías de materiales y equipos de construcción sostenibles.

La construcción sostenible en Venezuela sí tiene perspectivas de desarrollo —afirma Isea—. La empresa privada está desarrollando proyectos; algunas universidades han incluido la sostenibilidad en sus programas de estudio y han abierto centros de desarrollo para este tema; el mercado venezolano cuenta con proveedores que ofrecen materiales y equipos sostenibles; existen contratistas especializados y está el apoyo que brindan organismos y gremios especializados.

 

Edificaciones con triple impacto

Los diseñadores, desarrolladores y constructores pueden ver la sostenibilidad como la optimización sistémica de sus proyectos y su rentabilidad, mediante la integración con su entorno y la provisión de bienestar a sus grupos de interés.

Así lo explica José Solano, consultor en sostenibilidad y asesor técnico del CVCS, quien subraya que esta tendencia global sí se puede desarrollar en Venezuela con la edificación de estructuras diseñadas específicamente para reducir el impacto negativo que el entorno construido causa sobre la salud humana y la naturaleza. Solano resalta la necesidad de adoptar el concepto de sostenibilidad a lo largo del ciclo de vida de los edificios, de manera de ofrecer beneficios ambientales, sociales y económicos.

En lo ambiental se logra que los edificios disminuyan su impacto negativo y optimicen su desempeño energético e hídrico —dice Solano—, pues reducen sus emisiones y alcanzan la eficiencia energética y la mitigación climática. En lo social se busca producir un impacto positivo según las necesidades y realidades locales de las personas: lograr salud, bienestar y equidad, así como resiliencia y adaptación climática. En lo económico se alcanza el crecimiento para grupos de intereses, que se ve reflejado en reportes financieros realizados siguiendo estándares y criterios ESG, es decir, de ambiente, sociedad y gobierno empresarial.

Para lograr un enfoque integral de la descarbonización en la construcción, es necesario tomar en consideración el carbono que viene de las emisiones asociadas a la energía empleada para la extracción, el procesamiento, la manufactura, el transporte de los materiales y la construcción de infraestructura, así como de las emisiones asociadas a los materiales que se requieren para posteriores mantenimientos de las edificaciones construidas.

El enfoque integral para la descarbonización del entorno construido indica que se debe alcanzar la neutralidad para 2050 —sostiene Solano—. Esto requiere acción inmediata con colaboración transversal efectiva entre los diferentes sectores participantes: gobierno, inversionistas, desarrolladores, diseñadores, fabricantes, ONG, academia e investigadores. También se habla de reducir el uso de energía operacional y emisiones de carbono incorporadas, incrementar el suministro de energía renovable y compensar las emisiones residuales con créditos de carbono.

Es necesario, además, alinear y promulgar un marco jurídico en temas como cambio climático, energías renovables, ciudades inteligentes y sostenibles, hidrógeno y edificios ecológicos, así como seguir otorgando certificaciones nacionales basadas en sellos internacionales, tales como Excelencia en Diseño para Mayor Eficiencia (EDGE) y Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental (LEED).

 

Hacia un entorno construido sostenible

El CVCS se creó como una organización sin fines de lucro para promover la transformación de la práctica de la construcción tradicional en Venezuela en un modelo sostenible que mejore el bienestar de la población actual y que, a su vez, transforme el mercado venezolano del diseño, la construcción y la operación de la infraestructura.

Carlos Dobobuto, presidente de esta organización y miembro del Consejo Mundial para la Construcción Verde (WorldGBC, en inglés), señala que han firmado convenios de cooperación con la CVC e iniciaron ya el desarrollo de la Guía de Buenas Prácticas para la Construcción Sostenible en Venezuela, que incluye diferentes secciones sobre energía, uso del agua, uso de materiales, manejo de residuos y calidad de aire interior, entre otros aspectos. Como afirma Dobobuto:

Para nosotros es importante el desarrollo de guías, buenas prácticas y estándares basados en diferentes enfoques que, de menor a mayor complejidad, permitan abordar en el país la eficiencia de recursos en cuanto a energía, agua y carbono incorporado, así como promover el bienestar y la calidad de vida de los ocupantes de los edificios y su entorno.

Con el apoyo de Fondonorma, el CVCS desarrolla las normas y guías requeridas para alinear los principios de construcción sostenible en Venezuela. Además, está concentrado en lograr que más personas obtengan en el país sus acreditaciones LEED y EDGE.

El trabajo del CVCS se basa en estrategias nacionales derivadas de compromisos globales. Por ello forma parte de la red de las Américas del WorldGBC, donde están presentes todos los consejos del continente que constituyen ejemplos para Venezuela.

El trabajo que se hace en países como Guatemala, Costa Rica y El Salvador, en materia de desarrollo de construcción sostenible, es un ejemplo para nosotros, porque es tangible y alcanzable —sostiene Dobobuto—. En esos países ya es normativa este tipo de construcción en los municipios. Por eso, nuestro consejo está trabajando en este tema y no está esperando que el gobierno nacional regule todo para marcar las pautas de lo que queremos hacer.

Destaca que se han acercado a diferentes alcaldías del país para elaborar convenios de cooperación que permitan la revisión de códigos y ordenanzas en materia de energía, agua y materiales de construcción.

Tal es el caso de la alcaldía de Maneiro (Pampatar), en la isla de Margarita, que en 2022 se convirtió en la primera en sumarse en Venezuela al programa Acelerador de Eficiencia en la Construcción (BEA, en inglés) del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), de la mano del CVCS. El programa BEA ofrece una plataforma para que los municipios, ciudades y estados puedan recibir la información y el apoyo que necesitan para desarrollar políticas públicas, códigos y estándares que promuevan la eficiencia energética y una visión más amplia de las edificaciones «cero carbono».

Actualmente el CVCS elabora una encuesta con la CVC y otros actores del sector, como Fedecámaras y otras asociaciones empresariales, sobre construcción sostenible y descarbonización, para tener herramientas que permitan identificar las oportunidades que hay en Venezuela y construir una hoja de ruta con apoyo técnico internacional.

También trabajan, informa Dobobuto, con las universidades Metropolitana y Católica Andrés Bello para mejorar la formación de los estudiantes en materia de construcción sostenible en el país. Más recientemente están empeñados en crear premios de construcción sostenible que permitan dar mayor visibilidad a los actores de este sector que, a su juicio, crece cada día más en Venezuela.


David Rodríguez Andara, periodista.

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