Latinoamérica dispuesta a transitar hacia las energías limpias

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Imagen: Pixabay.

El Acuerdo de París mantiene al mundo ocupado con la transición energética y, en la pasada COP26, Latinoamérica mostró ir con buen pie. Pero se requieren hojas de rutas adecuadas, financiamiento suficiente, superación de desequilibrios y compromiso claro de las naciones dependientes de los hidrocarburos.


Latinoamérica se pone en sintonía para avanzar de manera decidida y cumplir los objetivos del Acuerdo Climático de París. La región tiene grandes e importantes ventajas en materia de energías renovables que, de explotarse correctamente, podrían dar un buen espaldarazo a la transición energética. Sin embargo, las desigualdades en cuanto a acceso al financiamiento, la tecnología, el conocimiento y la innovación podrían dar al traste con la carrera para descarbonizar el planeta en los países con menos recursos. Por ello resulta clave el apoyo de multilaterales, gobiernos y empresas para dar oxígeno financiero y técnico a las naciones vulnerables, pero con posibilidades de avanzar hacia los objetivos de sostenibilidad ambiental.

En el foro organizado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) a propósito del lanzamiento del Centro Internacional de Energía y Ambiente (CIEA), con sede en Panamá, reconocidos analistas dialogaron en torno al impacto para Latinoamérica de la 26ª conferencia anual de los 197 países signatarios del Acuerdo de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), celebrada en noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia.

A continuación se presenta una breve reseña del foro y, al final del texto, el vínculo para acceder a la videoconferencia completa en YouTube.

 

Panamá: un nodo para los negocios de energía

El presidente del IESA, Gustavo Roosen, explicó que la idea del Centro Internacional de Energía y Ambiente es crear una comunicación fluida entre todos los actores del entorno ambiental y energético de América Latina y el Caribe. La Ciudad del Saber, ubicada en la Ciudad de Panamá, fue elegida como sede por las estrechas relaciones que ha mantenido con el IESA desde hace más de una década.

La Ciudad del Saber es un espacio que los panameños quieren convertir en un verdadero nodo para los negocios de energía y en un centro regional de conocimientos en diversas materias. Para Jorge Rivera Staff, actual secretario de Energía de Panamá, la instalación del CIEA viene a dar un espaldarazo al impulso que su país ha logrado en materia de energía.

La idea es impulsar y potenciar el desarrollo de conocimiento social de energía sostenible. Y no solo en Panamá sino a nivel latinoamericano. Nuestra agenda de transición energética tiene como objetivo esa consolidación y esto forma parte de este proceso. Igual estamos apostando por la descarbonización, la digitalización, la descentralización y la democratización de nuestro sector energía.

Rivera aclara que la energía no se concibe solamente como producto para el desarrollo humano, como insumo para la actividad económica, sino también como un elemento fundamental para el proceso de recuperación económica que necesitan con urgencia los países latinoamericanos, ahora más que nunca.

 

América Latina con buen pie en la COP26

Carlos Ruiz-Garvia, uno de los expertos invitados, ingeniero forestal responsable de la coordinación del trabajo de los centros de Colaboración Regional para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, y miembro de la Secretaría de las Naciones Unidas para el Cambio Climático durante siete años, sostiene que América Latina fue vista con muy buenos ojos en la COP26 celebrada en noviembre pasado.

En la COP26 a escala regional hemos visto muy buenos avances y hemos trabajado con los gobiernos de la región en el fortalecimiento de sus capacidades en la generación el diseño de los NDC (Contribuciones Nacionalmente Determinadas). Obviamente, cada uno ha diseñado sus planes nacionales, respetando sus circunstancias y condiciones particulares.

Según Ruiz-Garvia la región ha avanzado en la inclusión de estrategias para la transición energética y en el diseño de políticas de adaptación y resiliencia. «Entonces este ha sido un positivo avance regional en este proceso de negociación». Destacó que en Latinoamérica la energía renovable, proveniente de los recursos hídricos, representa el 26 por ciento del suministro de energía, pero que también cuenta con un potencial importante en energías eólica, solar y térmica.

 

El gran reto de las naciones petroleras

El economista Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de la Universidad Rice (Houston) y fundador del Centro de Energía y Ambiente del IESA, considera que la transición energética es un reto gigante para los países latinoamericanos dependientes de los hidrocarburos. A decir de Monaldi, Latinoamérica concentra las segundas reservas más grandes de hidrocarburos del planeta, detrás del Oriente Medio.

Para Monaldi la incertidumbre impera en estas naciones. Aunque se conocen la dirección y lo que se debe hacer, también se sabe que la transición va a producir grandes disrupciones y volatilidad. Calcula Monaldi que, en 2022, se recuperará la demanda de cien millones de barriles por día de la etapa precovid, pero que inevitablemente comenzará a descender.

Las industrias de hidrocarburos de Venezuela, Ecuador, Colombia, México, Brasil, Guyana y Argentina, aunque no todas estas naciones dependen económicamente de los fósiles, se verán, sin duda, afectadas. Por ello, advierte Monaldi, dependerá de la capacidad de adaptación de esas industrias desempeñar un papel positivo en la transición, mediante la eficiencia financiera y la reducción de costos y emisiones de carbono.

 

América Latina y el Caribe a la vanguardia en energías limpias

Leonardo Beltrán —académico visitante en las universidades de Calgary y Columbia, y el Instituto de las Américas, y exsecretario de Energía de México— afirma que América Latina y el Caribe constituye la cartera de generación eléctrica más limpia del planeta: seis de cada diez megavatios instalados en la región son de energía limpia, un sitial privilegiado en generación eléctrica.

Quince países de la región se comprometieron en un pacto energético en la COP26 para avanzar al 2030, y alcanzar el setenta por ciento de la generación a partir de energías renovables. Eso quiere decir que siete de cada diez megavatios serán limpios.

Beltrán hace hincapié en que el reto de la transición es global, y que no puede atribuirse a sectores específicos: «No puede depender solo de los gobiernos, ni del sector privado. Debe haber una conjunción de los diferentes actores, pues los compromisos en materia de financiamiento son imposibles de cubrir sin el concurso de todos».

Vea en este enlace la videoconferencia completa