Liderazgo femenino: un modelo

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El año 2020 trajo múltiples cambios, tanto en gestión gubernamental como en gestión empresarial. Uno de los más importantes, pero quizá no tan evidente, surgió en el área de liderazgo; particularmente, el aporte y el impacto del liderazgo femenino en el manejo de la crisis de la covid-19 en naciones y empresas.


La pandemia de la covid-19 ha puesto en evidencia, de manera ejemplar, la habilidad del liderazgo femenino para responder efectivamente a los enormes y complejos retos asociados con una crisis de esta magnitud. La falta de confianza en medios de comunicación, organismos públicos, empresas y líderes gubernamentales ha sido determinante en el desenvolvimiento de la contingencia y su impacto social. En tiempos de incertidumbre y angustia, el mundo necesita liderazgos fuertes.

La mayoría de los países que han tenido una respuesta fuerte, oportuna, diferenciadora y positiva en el manejo de la pandemia y sus consecuencias son liderados por mujeres. Un estudio llevado a cabo en 194 países reveló que los índices de mortalidad e infección registrados en los primeros tres meses de pandemia fueron mucho menores en países con jefas de gobierno (Barry, 2020). Ahora bien, solo el siete por ciento de los líderes políticos mundiales son mujeres (el mismo porcentaje de mujeres que lideran empresas de la lista Fortune 500).

El liderazgo femenino es un fiel ejemplo de cómo se pueden obtener mejores resultados si se establece conexión emocional con las personas y se muestra empatía y humildad, y cómo se debe actuar responsablemente ante las regulaciones y normas para proyectar confianza y rapidez de decisión. Los líderes empresariales del futuro necesitan inspirar, ser cautelosos y adoptar un nuevo manual estratégico, más radical, que motive e impulse a las compañías y sus miembros a ser más innovadores y resilientes frente a situaciones volátiles. La resiliencia no es un lujo ni es inalcanzable. Es la base fundamental para ser grandes y mejores líderes en tiempos de crisis, así como para sobrellevar cambios y transiciones difíciles.

La humildad es un rasgo importante al definir las características de un buen liderazgo. Las mujeres tienden a estar motivadas por el amor y el cariño de su gente. No es posible detener la pandemia de la covid-19, o cualquier otra crisis que venga en el futuro, sin confianza ni solidaridad global. Toda crisis es una oportunidad; especialmente para los políticos, quienes pueden ganar mucho si comparten sus experiencias personales y se conectan emocionalmente con sus audiencias.

Erna Solberg, primera ministra de Noruega, se tomó el tiempo para hablar a los niños directamente y dejar atrás la politiquería. Esta resultó ser una estrategia inteligente, porque algún día ese sector de la sociedad se convertirá en la nueva generación de votantes. En las primeras semanas del virus la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, realizó un Facebook Live para informar y responder las preguntas de los ciudadanos. Durante la intervención comunicó honestamente su situación familiar y su realidad. Ardern se mostró auténtica y superó las barreras entre lo personal y lo profesional.

Otro ejemplo positivo de liderazgo femenino es el de Angela Merkel, canciller de Alemania. Su enfoque principal en materia de comunicación ha sido siempre mantenerse fiel a los hechos, con información de asesores médicos de confianza, para guiar al país a reducir la mortalidad por el virus en un importante porcentaje. La honestidad y la transparencia han sido y siguen siendo su pilar fundamental.

Tomar decisiones eficaces y rápidas es una cualidad que no todo líder posee, especialmente en tiempos de estrés e incertidumbre. La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, es probablemente una de las líderes mejor preparadas para atender una crisis de esta magnitud. Antes de la covid-19 su país fue afectado por el brote del SARS, y en ese momento el equipo ministerial diseñó un plan de contención bastante parecido al que utilizaron para controlar la covid-19 (seguimiento, cuarentena y uso de mascarillas). Tsai Ing-Wen contaba con parte de la infraestructura hospitalaria y médica necesaria para hacer frente a esta crisis. Por ello es uno de los países con la menor tasa de mortalidad por coronavirus del mundo, a pesar de su proximidad al distrito de Wuhan, en la República Popular China (lugar de origen del virus).

El liderazgo femenino suele ser diferente, en estilo y tono, al liderazgo masculino. En una evaluación efectuada en 2020 sobre habilidades de liderazgo de gerentes en Estados Unidos, las mujeres obtuvieron mejores calificaciones en 13 de 19 competencias de liderazgo (Zenger y Folkman, 2020). Las aptitudes mejor calificadas fueron comunicación, colaboración y relación. Las líderes expresan más conciencia de sus miedos y más confianza en sus planes. Los mejores resultados los obtienen las que promueven y muestran honestidad e integridad, son empáticas y entienden el estrés, la ansiedad y la frustración que las personas sienten en tiempos complejos.

En el plano empresarial se destaca Susan Wojcicki, presidenta de Youtube, quien ha tenido que dirigir la compañía en un mundo plagado de desinformación, abusos en línea y el peligro que a veces desencadenan los avances digitales para la democracia. Wojcicki implementó algunas políticas empresariales para enfrentar estos retos, con base en las “cuatro R” de la responsabilidad empresarial.

  • Eliminar (remove): sacar y descartar los videos que violan las políticas de la empresa.
  • Elevar (raise): realzar contenidos importantes en la plataforma (como información de autoridades sobre la covid-19) para destacarlos entre las demás informaciones.
  • Reducir (reduce): limitar la frecuencia o evitar la recomendación de contenidos que no necesariamente violan las políticas de privacidad de la empresa, pero no son de excelente calidad, no promueven temas importantes o no están de acuerdo con los valores y el espíritu de la compañía.
  • Recompensar (reward): manejar y trabajar con los publicistas, monetizar el contenido y continuar incentivando a las personas para que sigan creando contenidos.

Otro buen ejemplo es el de la presidenta ejecutiva de Heineken en Estados Unidos, Maggie Timoney, quien se dirige a sus públicos interno y externo con el concepto de que el dialogo con honestidad radical es la única manera de retar el statu quo. Ella entendió que las dinámicas comunicacionales han cambiado drásticamente con la pandemia. El por qué, el contexto y la razón de hacer las cosas se han convertido en lo más importante. Trata de hacer entender a sus empleados el propósito detrás de la compañía y el por qué hacen lo que hacen. Otras líderes de diversas organizaciones que vale la pena destacar, por su papel en ofrecer soluciones a la covid-19, son Kristalina Georgieva, del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, y Ngozi Okonjo Iweala, de la Organización Mundial del Comercio.

Las líderes de organizaciones y países se han caracterizado por dejar de lado la competencia y el orgullo en tiempos de crisis, para crear soluciones innovadoras y ayudar a atacar retos complejos. Puede haber múltiples maneras de producir buenos resultados, pero la planificación y la comunicación coherente y clara forman el corazón de una buena estrategia. En este tipo de crisis suele surgir más de un líder o más de un vocero, y si todos no siguen una misma estrategia o se dirigen a un mismo norte, pueden confundir a las audiencias clave.


Isabella Miralles, consultora en comunicaciones corporativas y estratégicas @isaMiralles

Referencias

Barry, O. (2020, 31 de agosto): It’s official: Women are better leaders in a pandemic. The World. https://www.pri.org/stories/2020-08-31/its-official-women-are-better-leaders-pandemic

Zenger, J. y Folkman, J. (2020, 30 de diciembre). Research: Women are better leaders during a crisis. Harvard Business Review Digital Article. https://hbr.org/2020/12/research-women-are-better-leaders-during-a-crisis