Los economista llaman r* a la tasa de interés que permite a las economías crecer a plena capacidad, con máximo empleo y sin inflación. Recientemente se ha encontrado que la creciente desigualdad de ingresos es el factor determinante de r*. Este hallazgo tendrá gran impacto en las políticas macroeconómicas de los próximos años.
Los economistas Atif Mian, Ludwig Straub y Amir Sufi, profesores de las universidades de Princeton, Harvard y de Chicago, respectivamente, presentaron un artículo titulado «¿Qué explica el descenso de r∗?», en la reunión anual de economistas que organiza la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), en Jackson Hole, Wyoming.
Los economista llaman r* a la tasa de interés natural o neutra, que es la que permite a las economías nacionales crecer a plena capacidad, con máximo empleo y sin producir presiones inflacionarias. Esta tasa no se observa directamente, pero es el referente alrededor del cual los bancos centrales quieren operar.
La tasa r* de la economía estadounidense ha caído de manera persistente desde comienzos de la década de los ochenta del siglo pasado, lo que se traduce en grandes complicaciones para los responsables de la formulación de políticas económicas. Tal caída puede indicar un proceso secular de estancamiento económico, crea un terreno fértil para la aparición de burbujas de precios en los mercados financieros y limita el radio de acción de la FED, en la medida en que las tasas nominales de interés se acercan a cero, que ha sido históricamente su límite inferior.
Encontrar la causa principal de la caída de r* no ha sido una tarea sencilla. En el período en el que se ha manifestado esta tendencia a la baja han sucedido varios acontecimientos que, se supone, están vinculados con tal desempeño: envejecimiento de la población estadounidense, creciente desigualdad en la distribución del ingreso y cambios en los patrones globales de ahorro y en las maneras en que las empresas invierten en activos fijos.
Mian, Straub y Sufi tuvieron la oportunidad de evaluar la importancia relativa de los cambios en la distribución de ingresos con respecto a los cambios demográficos en el valor de r*, gracias a la disponibilidad de una nueva base de datos llamada Encuesta de Finanzas del Consumidor Plus (SCF+, por sus siglas en inglés). El incremento de la natalidad en Estados Unidos al terminar la Segunda Guerra Mundial creó un segmento de población conocido como baby boomers (los nacidos entre 1945 y 1964), que ha comenzado a retirarse masivamente desde el año 2010, y a colocar buena parte de sus haberes en instrumentos de renta fija, lo que presiona a la baja las tasas de interés.
Al aumentar la desigualdad en la distribución del ingreso, aumenta la capacidad de ahorro de los grupos más favorecidos, quienes dirigen parte sus excedentes, como en el caso de los baby boomers, al mercado de renta fija y presionan igualmente las tasas de interés a la baja. Gracias al acceso a la base de datos SCF+, los autores pudieron estudiar los cambios en las tasas de ahorro y en la distribución de ingresos por grupos etarios en los últimos setenta años. Encontraron que la creciente brecha en la distribución de ingresos es la tendencia con mayor impacto en los patrones de ahorro en Estados Unidos a partir de 1980.
El grupo del diez por ciento superior en la distribución de ingresos mostró no solo la mayor tasa de ahorro, sino también el mayor incremento en ingresos. Este grupo acumuló entre un treinta y un cuarenta por ciento del ahorro de los hogares estadounidenses entre 1995 y 2019, lo que explica buena parte de la caída de r*.
Al ser este un estudio exploratorio no se descarta la posibilidad de que el envejecimiento de la población pudiese tener un impacto en la caída de r*. Pero para probar esto es necesario proponer un mecanismo que explique el efecto de los cambios en la riqueza de la población en situación de retiro sobre el valor de la tasa natural, y probar empíricamente que ese mecanismo funciona.
En la medida en que no haya pruebas de que la brecha en la distribución del ingreso se revertirá en un futuro cercano, es natural esperar que el valor de r* se mantenga bajo, tanto en la actualidad como en el futuro. De allí que la desigualdad salarial comience a asumir un papel estelar en los modelos macroeconómicos usados en el análisis de políticas públicas.
El bajo rendimiento de los ahorros tiene inconmensurables efectos en las decisiones personales. Las expectativas de bienestar futuro condicionan decisiones tan vitales como escoger empleo, formar pareja y tener (o no) hijos.
Carlos Jaramillo, director académico del IESA.
Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.