Mariadela Larrazábal: «Gerenciar es mirar siempre hacia adelante»

Mariadela Larrazábal, fotografiada por Laura Morales Balza.

Conversación con Mariadela Larrazábal, presidenta de Daycohost.


Daycohost —una de las empresas de servicios tecnológicos más importante de Venezuela— tiene el reto de desarrollar una visión de negocio global para sus clientes. Así lo dice su presidenta, para quien la meta de cualquier negocio no es solo crecer, sino qué ofrecer para estar a tono con las exigencias del mercado.


 

Mariadela Larrazábal es presidenta de Daycohost, la empresa venezolana de tecnología que en casi veinticinco años ha evolucionado de ser un centro de datos a una organización de servicios tecnológicos. Esa transformación ha supuesto que su activo clave, los especialistas en tecnología, deban evolucionar: anticiparse en el conocimiento técnico y desarrollar una mentalidad centrada en el cliente. Hoy Daycohost compite en el mismo mercado con las empresas de tecnología más grandes del mundo y debe convencer a sus clientes de que posee las mismas capacidades y competencias técnicas que las organizaciones internacionales más emblemáticas.

Para Larrazábal es clave conocer el panorama empresarial que ha surgido en los últimos años en Venezuela, en el que las tradicionales grandes organizaciones han cambiado y ajustado sus operaciones, al tiempo que han surgido nuevos actores, bien con pocos años en el mercado o desconocidos para muchos en el mundo de los negocios.

Sobre estos temas y otros relacionados con el frenético mundo de los negocios y la tecnología, Mariadela Larrazábal conversó con Jean-Yves Simon, Virgilio V. Armas, Ramón Piñango y Frank Briceño Fortique.

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¿Cómo llegaste a Daycohost hasta ser su presidenta?

Entré a la empresa en el año 2001, aunque no como presidenta. Como presidenta estoy desde 2004. En 1992 me gradúe en Relaciones Industriales en la Universidad Católica Andrés Bello. Tuve una primera trayectoria profesional de unos diez años en empresas del área tecnológica y entré a Daycohost en 2001.

 

Antes de entrar en Daycohost, ¿dónde trabajabas?

Mis diez primeros años de vida profesional transcurrieron en Comsat, una empresa de capital norteamericano que ya no opera. Era una organización privada, pero muy cercana al gobierno de Estados Unidos, porque manejaba las comunicaciones satelitales de la NASA y del Departamento de Estado.

 

¿Y cómo terminaste llegando a Daycohost?

Por casualidad. Uno de los planes de Comsat era desarrollar un nodo de tecnología de banda ancha IP en Venezuela. Estamos hablando del año 2000, un momento maravilloso porque en ese año se consolidan las redes IP, que son grandes redes de datos. El mundo estaba cambiando de una tecnología que separaba la voz y los datos a una tecnología en la que el dato lo es todo; es voz, es imagen, es lo que sea. Como yo era responsable de identificar nuevos negocios, me fijé en Daycohost, una empresa que acababa de establecerse en Caracas y que empezaba a hablar de ser un centro de datos y de redes IP. Estaba convencida de que esa empresa tenía un inversionista internacional, porque sus planes estratégicos eran de gente que había analizado con mucho cuidado hacia dónde iban las cosas en el mundo de la tecnología. Y resulta que no: Daycohost era una empresa de capital venezolano. Cuando a finales de 2001 dejé Comsat, al mes estaba en conversaciones con el dueño de Daycohost.

 

¿Qué cargo tenías cuando entraste?

Crearon un cargo para mí: directora de nuevos proyectos para el mercado corporativo. Cuando yo entré, el foco de Daycohost era el alojamiento web, el web hosting. Era la época del furor de las empresas puntocom: si no tenías una página web, no existías. Es un ejemplo de una cosa que se ve con frecuencia en el mundo de la tecnología: la gente adopta los nuevos productos por moda, por prestigio, pero no tiene claro qué hacer con ellos. Entonces, el plan de Daycohost estaba muy orientado al hosting para empresas de todos los tamaños, que en el mundo de la tecnología se conoce como mercado masivo. Pero yo venía de Comsat, atendía a compañías grandes, así que les planteé que para la inversión que habían hecho el mercado del alojamiento web era insuficiente. Daycohost tenía el potencial para ofrecer servicios corporativos. Entonces crearon el cargo de directora de nuevos proyectos para el mercado corporativo.


«Hoy la meta no es: “Voy a crecer diez por ciento”, sino: “¿Qué cosa nueva puedo hacer?”».


 

Han pasado más de veinte años desde tu entrada en Daycohost y la tecnología ha avanzado muchísimo. ¿Cómo se han reflejado los cambios tecnológicos en tu gestión?

Sí, claro, la tecnología para aplicaciones corporativas del año 2001 no tiene nada que ver con la de hoy. Del 2001 al 2024 ha pasado de todo en el mundo de la tecnología. Yo siento que en estos 23 años he trabajado en tres o cuatro empresas distintas.

 

¿Cuáles son esas empresas?

La primera es una empresa en la que los retos son internos: la gente, el financiamiento, el plan de negocios, los proveedores, la mejora de los procesos, los indicadores de desempeño y la rendición de cuentas a la directiva. La segunda es una empresa que decide abrir un segundo centro de datos, en Valencia, con una inversión muy grande.

 

¿Sin socios internacionales?

Sin socios internacionales; cien por ciento inversión de Daycohost. La inversión que hicimos en Valencia es hoy la inversión en infraestructura tecnológica más grande en Venezuela. ¿Por qué se tomó esa decisión? Nuestro primer centro en Las Mercedes, en Caracas, tenía mil metros cuadrados para prestar servicios de hospedaje web y servicios para el mercado corporativo. Con mercado corporativo me refiero a empresas que no podían operar en su sede y necesitaban contratar un centro de datos a un tercero. O empresas que no tenían máquinas donde instalar sus aplicaciones y entonces contrataban un centro de almacenamiento de datos y de cómputo. Cuando ya teníamos en uso un setenta o setenta y cinco por ciento de la capacidad del centro de datos, nos planteamos un dilema: ¿nos quedamos con el data center de Caracas y mantenemos un equilibrio entre los clientes que salen y los que entran, o expandimos nuestra capacidad? La decisión fue instalar un segundo centro de datos en Valencia.

 

¿Se tenía que hacer en otra ciudad?

Sí. Las mejores prácticas internacionales recomiendan que si se va a instalar un segundo centro se haga en otra ciudad, para minimizar los riesgos de la gestión de los datos.

 

¿No hay una obligación similar impuesta a los bancos de diversificar sus centros de datos?

Así es, llegó un momento en que a los bancos en Venezuela les exigieron que tuvieran centros de cómputo en ciudades distintas a su centro de operación principal, y por entonces el ochenta por ciento de los centros de datos de la banca estaban en Caracas. Esa decisión fue un tremendo acelerador de nuestra expansión a Valencia.

 

Con la apertura del segundo centro de datos tenemos la segunda empresa de la que hablas.

Sí. Cuando nos instalamos en Valencia empezamos a tener unos retos gerenciales distintos. Específicamente, tres retos. Uno de ellos era de negocios: cómo expandir un portafolio ahora distribuido en dos sedes con las que podíamos manejar aspectos críticos de la gestión de datos de nuestros clientes, sobre todo de la banca y las telecomunicaciones, que son usuarios con operaciones muy exigentes. Entonces, el reto era que nos vieran como un proveedor de servicios tecnológicos complejos, en un mercado en el que nos veían más como un proveedor de hospedaje web.


«Siempre hemos pensado que en Venezuela todavía hay muchas oportunidades. Además, hoy internacionalizarse no implica necesariamente tener una sede fuera del país».


 

Los negocios fueron el primer reto. ¿Cuál fue el segundo?

El segundo reto tenía que ver con los procesos. Teníamos que conseguir que nuestros procesos y nuestra infraestructura tuvieran certificaciones internacionales. En Venezuela somos los únicos con infraestructura certificada. Y en América Latina puede haber dos o tres infraestructuras multiusuario certificadas, no más. Un instituto en Estados Unidos certifica los centros de datos, desde la ingeniería básica hasta la infraestructura, el montaje y la puesta en operación.

¿Y el tercer reto?

El tercer reto era operar con gente en Valencia y en Caracas, lo que obligaba a coordinar y sincronizar. Porque, a pesar de que la infraestructura instalada en Valencia es muy grande, la gerencia siempre ha estado en Caracas. En nuestra mente, Valencia era una sucursal, una subsidiaria, y por eso hemos tenido hasta que forzar las cosas para que haya un equilibrio entre las dos sedes.

 

Como gerente, ¿cuál ha sido el reto más complicado que has enfrentado o que estés enfrentando ahora?

Los retos internos son siempre de gente, de desarrollar talentos. Porque las competencias que servían en un momento no sirven, necesariamente, en otro, o son insuficientes. ¿Cuál es mi reto más grande hoy? Que la gente maneje el riesgo, que maneje la incertidumbre. A la gente le cuesta muchísimo manejar la incertidumbre.

 

¿Por temor al error?

Puede ser… En mi caso tengo mucha gente del mundo de la ingeniería, de las ciencias exactas…

 

¿A la que encanta un mundo estable?

Es posible. El hecho es que si la gente no sabe manejar la incertidumbre y si necesita demasiada información para actuar, pierde las oportunidades, porque quiere estar tan segura de no equivocarse que entonces no actúa. El reto es enseñarle a decidir así no tenga toda la información.


«El mundo es híbrido y las soluciones tienen un poquito de todo. En tecnología las soluciones son a la vez locales y globales».


 

Nos quedamos en la etapa dos de Daycohost. ¿Cuál es la «tercera empresa» que has tenido que dirigir?

En la etapa tres nos comenzamos a llamar «habilitador tecnológico». ¿Qué significa ser un habilitador tecnológico? Que somos un proveedor de servicios de tecnología para que las empresas agreguen valor a su negocio. Ya yo no manejo una empresa de infraestructura tecnológica. Daycohost es ahora una empresa de servicios de tecnología prestados con gente. A las empresas ya no les importa el tamaño de nuestro data center ni les importan nuestras certificaciones. Lo que necesitan son servicios, atención, acompañamiento, comprensión de su negocio. Entonces, ya no vale tanto tener unos expertos técnicos, sino tener gente capaz de entender el negocio del cliente porque, si no, no sabe aplicarle la tecnología a su negocio. La consultora Gartner, que es experta en investigación sobre el mundo de la tecnología, hace unos años hablaba de tecnología; hoy, en cambio, habla de gerencia. Ahora en las conferencias de tecnología los temas son cómo hacer bimodal el trabajo de la gente, cómo ser más proactivo, cómo comprender mejor las necesidades del usuario para agregarle más valor… Antes eran temas muy técnicos.

 

Ahora, si Daycohost es un habilitador tecnológico, quiere decir que está compitiendo con otra gente: con Amazon, con IBM…

Claro, por eso la etapa cuatro de Daycohost es la de una empresa que compite con los grandes.

 

No es lo mismo ser el mejor centro de datos en Venezuela que competir con los grandes del mundo.

Así es. Hay algunas cosas en las que ser nacional es importante, pero el mundo de la tecnología hoy es un mundo global.

 

¿Cómo les ha ido en esa competencia?

Una de mis frustraciones es que me cuesta demostrar a un potencial cliente que como empresa venezolana podemos tener el mismo estándar y las mismas capacidades que una empresa internacional.

 

¿La gente no se lo cree?

Cuando yo me siento con clientes potenciales les presento nuestras credenciales y nuestros casos de éxito. Sin embargo, no es tan fácil convencerlos cuando eres una empresa venezolana. Por eso es un logro que hayamos posicionado a Daycohost como un habilitador tecnológico que ofrece a doscientas empresas servicios de operación continua, de misión crítica.

 

¿Qué hace una mujer graduada en relaciones industriales dirigiendo una empresa de ingeniería?

Daycohost es una empresa de servicios, de servicios de tecnología, y es una empresa que requiere, para tener éxito, competencias transversales: requiere gerencia, requiere desarrollo de gente y requiere procesos muy bien definidos. Y sobre lo de ser mujer… Creo no me van a invitar más a esas entrevistas de por qué soy exitosa si soy mujer.

 

Todavía no hemos preguntado eso.

Es que cada vez que se celebra el Día de la Mujer me dicen: «Te vamos a entrevistar porque eres mujer, eres gerente y estás en una empresa de tecnología». Yo creo que la gerencia no tiene género.

 

Pero para algunos, sí.

Sí, para algunos tiene género. Pero resulta que alguien puede ser hombre y ser un mal gerente y yo puedo ser mujer y puedo ser una mala gerente, porque si yo no estudio, si no me mantengo actualizada, si no tengo compromiso, si no tengo pasión, si no me encanta lo que hago…

 

¿Lo emocional es importante en la gerencia?

Claro, te tiene que encantar lo que haces, porque la gerencia es un reto demasiado grande, muy duro. Todos los días, cuando me levanto, tengo que decirme: «Qué rico es ir a trabajar», así un día me caiga a golpes. Te tiene que encantar lo que haces. Si no, no es fácil.

 

¿Cuál ha sido tu mayor error como gerente?

Creo que haberme tardado mucho tiempo en tomar determinadas decisiones. O, más bien, haber dicho: «Esto a lo mejor se puede acomodar, a lo mejor puede pasar esto, a lo mejor no he dado el suficiente tiempo, a lo mejor…».

 

¿Lo dices en relación con personas, con oportunidades de negocio?

Con personas, con equipos de personas. Porque desde el punto de vista financiero, de la infraestructura, del plan de negocios, de la ruta de la compañía, hemos sido bastante asertivos. Siempre hay cosas que ajustar, y hoy más. En los años noventa, cuando trabajaba en Comsat, planificábamos a cinco años, a tres años. Hoy, si estamos en marzo y me preguntan: «¿Qué vamos a hacer en abril?», les digo: «Hablamos después». Claro que en Daycohost tenemos planes a mediano y largo plazo que discutimos y ajustamos en la junta directiva, pero la dirección operativa es muy dinámica.

 

¿Cuál es tu próxima etapa profesional?

Tengo veinte y tantos años en esto y la verdad es que disfruto profundamente mi trabajo. Hoy quiero ver a Daycohost consolidada en un mundo tecnológico más retador. Mi próximo paso quizá sea hacer grandes alianzas, porque hoy vivimos en un mundo de ecosistemas. Porque el mundo es híbrido y las soluciones tienen un poquito de todo. En tecnología las soluciones son a la vez locales y globales. A Daycohost hay que conectarla con proveedores globales para que pueda tener un portafolio venezolano y a la vez global.

 

¿En Venezuela hay otros centros de datos parecidos a Daycohost?

En Venezuela no hay otra empresa que haga lo que Daycohost hace. Nuestra competencia en Venezuela ha sido convencer a los clientes de que hay más ventajas en que nosotros nos ocupemos de muchos de sus procesos que en que ellos los hagan por su cuenta. Hace unos años convencerlos de eso era difícil, porque estábamos viviendo en un país con muchos recursos y las empresas tenían dinero para ocuparse de sus procesos tecnológicos. Hoy es más fácil convencerlos de que nosotros lo podemos hacer mejor por dos razones: primero, porque hay gente madura digitalmente que entiende que consumir servicios es mejor que invertir en tecnología; segundo, porque hay gente que puede que no entienda bien eso, pero no tiene recursos para invertir en tecnología. Entonces, sí o sí, las empresas se están yendo al mundo de los servicios.

 

¿Y tu papel como gerente en esa función cuál es?

Mi papel hoy como gerente es consolidar y terminar de desarrollar a mi gente para que tenga una visión de negocio mucho más global que local gracias a las posibilidades que hoy ofrecen las conexiones tecnológicas. Para mí, gerenciar es mirar siempre hacia adelante. La gerencia es ver para dónde vamos, no de dónde venimos.

 

Pero muchas veces para saber a dónde se va se tiene que saber de dónde se viene.

Siempre se sabe de dónde se viene, pero el factor de éxito no está en de dónde se viene. Ya lo que se transitó dio sus enseñanzas; lo importante es imaginarse el futuro. ¿Cuál es el gran cambio de los últimos tiempos? Que el mundo dejó de crecer aritméticamente y ahora crece exponencialmente. Hoy la meta no es: «Voy a crecer diez por ciento», sino: «¿Qué cosa nueva puedo hacer?». ¿Por qué surgen hoy tantos negocios nuevos que compiten con empresas que tienen ochenta años? Porque hay gente que se atreve a pensar en el futuro, no en cómo se han hecho las cosas en el pasado.

 

¿Por qué, si ya tenían la tecnología y los procesos, en vez de abrir un segundo centro en Valencia no lo construyeron en otro país; en Bogotá, en Panamá, por ejemplo? ¿Por qué no se internacionalizaron?

Porque siempre hemos pensado que en Venezuela todavía hay muchas oportunidades. Además, hoy internacionalizarse no implica necesariamente tener una sede fuera del país. Hoy una empresa puede internacionalizarse si se conecta con algún player global, por ejemplo. La clave es que la empresa tenga estándares de excelencia, casos de éxito, procesos, madurez organizacional. Las grandes nubes de datos y de servicios, así como tienen una gran fortaleza global, necesitan presencia local. Las grandes nubes tienen presencia en varios países latinoamericanos.

 

¿Y en Venezuela?

En Venezuela todavía no. Lo importante es que vivimos en un mundo de ecosistemas, de relaciones de negocios. Hoy ya no se habla de competencia. sino de «coopetencia», es decir, de empresas que a la vez compiten y cooperan entre ellas. Los ambientes colaborativos son hoy en día factores claves de éxito. Incluso con los clientes: no es verdad que una sola empresa les pueda dar una solución perfecta y completa; les puede dar parte de la solución, pero no toda la solución. Ninguna empresa puede creer que va a ser el único proveedor de su cliente. Lo importante es darle la mejor solución, y para ello probablemente tenga que traer a un proveedor aliado, o a dos o a cuatro. Un proveedor hace una cosa, otro proveedor hace otra. Lo importante es solucionarle el problema al cliente.

 

¿Cómo ves a Venezuela?

Compleja. El sector privado ha tenido que echar para adelante y asumir riesgos. Hay situaciones que están ahí: la crisis política, la dificultad de hacer transacciones internacionales. Creo que hay el reto de conocer al nuevo país o, más bien, al país desconocido. Desconocido para nosotros, claro. Tenemos clientes nuevos que se nos acercan y resultan que son tremendas organizaciones. Por mi parte, estoy tratando de conocer a un país al que no conozco del todo.

 

¿Hay muchos actores nuevos en el mundo de los negocios venezolanos?

Quizá no nuevos, sino desconocidos. No son los bancos, no son las grandes corporaciones, no son las grandes cadenas comerciales. A esos los conocemos todos y son cien. ¿Cuántos más hay? El reto de conocer el mundo de las organizaciones que están allí lo tenemos las grandes empresas, los gremios tradicionales, el IESA… No sabemos hablarles, no sabemos cómo se mueven, no sabemos quiénes son. ¿Dónde están? En Acarigua, en Maracay, en el Táchira. Son empresas que están ávidas de que las apoyen, porque se sienten desasistidas. ¿Y por qué no las conocemos? Porque estamos en nuestras oficinas en Caracas. El día que vayamos a Acarigua o a Maracay nos vamos a encontrar que cualquiera de esas empresas puede ser más grande que la nuestra.

 

Quizá esas empresas sean el producto de una de las tantas mutaciones históricas que hemos vivido en Venezuela. Tú entraste en Daycohost justo cuando estaba comenzando un nuevo ciclo histórico.

He tenido que dirigir Daycohost en un tiempo en el que las empresas son más cuidadosas para invertir porque la abundancia se acabó. También ha sido un tiempo de globalización acelerada, en especial en el mundo de la tecnología. No sé si en otras industrias ha pasado lo mismo, pero la tecnología ha acabado con cualquier barrera. Todo el mundo tiene un teléfono con sus datos. Y la tecnología no hay que explicarla, se usa y ya. Me conecto con mi celular, manejo la cuenta de mi banco y ya. La tecnología va facilitando las cosas y nos vamos metiendo allí y no nos damos cuenta. Echar para atrás es imposible, porque la tecnología es irreversible. El usuario ha cambiado rápidamente y las que estamos corriendo detrás del usuario somos las empresas para intentar conectarnos con él.


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