Muchos los llamados y pocos los elegidos: el retorno de las acciones entre 1990 y 2018

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Ilustración: Mohamed Hassan / Pixabay.

Un análisis del retorno compuesto mundial de 62.000 acciones comunes, en el periodo 1990-2018, mostró que el 56 por ciento de las acciones estadounidenses y el 61 por ciento del resto del mundo tuvieron un desempeño inferior al de una letra del Tesoro estadounidense a un mes.

Carlos Jaramillo / 3 de diciembre de 2020


 

Los primeros modelos del comportamiento de los retornos de los títulos financieros suponían una distribución normal. Sin embargo, cuantiosas investigaciones han mostrado que su distribución, aunque sea acampanada, está sesgada hacia la derecha; por lo tanto, los retornos promedios tienden a sobreestimarse.

El estudio del comportamiento de los retornos de las acciones se ha concentrado en el mercado de valores estadounidense, tal vez por la abundancia de datos recopilados sistemáticamente. Afortunadamente, el profesor Hendrik Bessembinder de la Universidad Estadal de Arizona y un grupo de colaboradores decidieron estudiar el desempeño de los retornos de un grupo de 62.000 acciones en los mercados de 42 países, y confirmaron el sesgo hacia la derecha de los retornos y otros hechos relevantes (publicaron un papel de trabajo en 2019 titulado «Do global stocks outperform US Treasury Bills?»).

El grupo de investigadores calculó los retornos mensuales compuestos, que incluyen los dividendos, durante el periodo 1990-2018 de cada una de las empresas de la muestra. Encontraron que un inversionista hipotético que hubiese comprado una acción, la hubiese mantenido durante ese periodo y reinvertido los dividendos en la misma compañía, habría obtenido solamente en el 40,5 por ciento de los casos retornos superiores a los de una letra del Tesoro estadounidense con vencimiento a un mes.

Cuando se divide la muestra en dos bloques —empresas estadounidenses y empresas del resto del mundo— el 43,7 por ciento de las empresas estadounidenses y el 39,3 por ciento de las del resto del mundo superaron el retorno de la letra del Tesoro. Cuando se modifica la estrategia de inversión para considerar la recompra de acciones y la reinversión de los dividendos en las acciones de nuevas compañías, como lo haría un inversionista institucional, resulta que solo el 39,1 por ciento de las acciones a escala global excedía el rendimiento del instrumento de renta fija.

Durante este periodo se creó un valor económico neto de 43,7 billones de dólares en el mercado accionario estadounidense. ¿Cómo se compagina este resultado con el mediocre desempeño de la mayoría de las acciones? Simplemente, por el hecho de que el desempeño extraordinario se concentró en un grupo muy reducido de compañías.

El 61,9 por ciento de las empresas de la muestra destruyó valor para sus accionistas, por el orden de 21,83 billones de dólares. Si solo se hubiese considerado la creación de valor de las empresas exitosas, la llamada Creación de Valor Bruta (CVB), esta habría sido del orden de 65,6 billones de dólares.

Las 881 compañías de mejor desempeño (1,33 por ciento de la muestra) crearon el equivalente al valor económico neto mencionado (43,7 billones) y cerca del 67,2 por ciento de la CVB. Estos resultados favorecen la escogencia de estrategias de inversión pasivas: el inversionista compra una cartera que replica un índice bursátil, suponiendo siempre que no tiene, a priori, capacidad para distinguir las acciones de mejor desempeño de las demás acciones.

El alto grado de concentración del éxito económico en tan pocas empresas inspira una gran pregunta para los estudiosos de los modelos de organización industrial. ¿Cuáles factores explican tal concentración?


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.

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