Se cambian renminbis

519
Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay

China ha comenzado a posicionar el renminbi como moneda de reserva mediante una política comercial apuntalada por líneas de crédito entre bancos centrales, sin pagar el costo de abrir su cuenta de capital. Este es el comienzo de un mundo multimonedas, donde el dólar no perderá vigencia, pero tendrá que compartir su espacio con otras divisas.


En los últimos meses se han firmado acuerdos comerciales bilaterales que dejan fuera del juego al dólar estadounidense, que ha sido por mucho tiempo la moneda transaccional del planeta. Reducir la dependencia del dólar y aumentar la circulación del renminbi (RMB) es una de las directivas de política exterior de China, en el contexto de las disputas comerciales con Estados Unidos.

Recientemente el presidente Xi Jinping firmó acuerdos con Arabia Saudí y Rusia que permiten el uso del RMB en el comercio binacional. El RMB tiene un dos por ciento de participación en los pagos globales, relacionados principalmente con el gigante asiático.

Un claro ejemplo de cómo funcionan estos acuerdos bilaterales es el que firmaron China y Brasil a finales de marzo del presente año, mediante el cual China alcanza el papel de principal socio comercial del país vecino. Este acuerdo se hizo operativo al crearse en enero una especie de cámara de compensación entre los bancos centrales de estos países: el Banco Industrial y Comercial de China acepta renminbis de los exportadores brasileños y a cambio les entrega reales.

Acuerdos similares existen con otros 27 países entre los que se encuentran Canadá, Alemania, Reino Unido, Argentina y Chile. Estos acuerdos bilaterales tienden a reducir los costos de transacción; en particular, los impuestos que se cobran por operaciones cambiarias y las pérdidas cambiarias causadas al usar el dólar como moneda intermedia para pasar, en una transacción de dos etapas, del renminbi al real y viceversa. En estas negociaciones se ofrecen comúnmente líneas de créditos a las exportaciones a tasas preferenciales.

¿Anuncia la propensión a buscar opciones al dólar en el comercio internacional el fin de su papel de principal moneda transaccional del planeta? La respuesta a corto plazo es no. Pero sí señala el comienzo de un mundo multipolar, donde buena parte del comercio internacional se transará en otras monedas.

Esta tendencia no es nueva, pero se ha desarrollado con lentitud. En el año 1999 el 72 por ciento de las reservas mundiales se denominaba en dólares, y en la actualidad esa cifra está en el orden de 59 por ciento. Si a esto se suma la posibilidad de que los bancos centrales emitan monedas digitales, la diversificación de las reservas aumentará al facilitarse que los bancos centrales no estadounidenses transen directamente en sus propias monedas.

Mientras llega ese mundo multimonedas la Reserva Federal (FED) continua apoyando la demanda de dólares de los bancos centrales de los países vinculados con Estados Unidos, al punto de abrir líneas de crédito de corto plazo para dar respuesta a demandas ocasionales de la divisa estadounidense en momentos de volatilidad política o económica como los vividos recientemente. Tales medidas ayudan a contrarrestar la tendencia sustitutiva.

Pero el comercio internacional muestra, de vez en cuando, ciertas paradojas. Durante mucho tiempo se pensó que el RMB tendría un uso limitado como moneda de reserva, debido a la poca apertura de la cuenta de capital china. Tal rigidez ha sido parcialmente balanceada por las cámaras de compensación emergentes, que han creado un mercado de 200.000 millones de dólares.

El camino que le queda por recorrer al RMB es largo. Apenas capta el tres por ciento de las reservas internacionales del mundo, mientras que el euro tiene un veinte por ciento y el dólar casi sesenta por ciento.

Los países que tienen mayores relaciones comerciales con China mantienen mayores proporciones de RMB en sus reservas internacionales. Esto sugiere que la participación del RMB en las reservas globales crecerá en el futuro, a medida que aumente la cantidad de operaciones comerciales facturadas y liquidadas en la moneda china.

El Banco Popular de China ha negociado acuerdos bilaterales de canje de divisas (swaps) con al menos 39 bancos centrales por unos 3,7 billones de RMB (550.000 millones de dólares). Pero, a diferencia de las líneas de la FED, estas no son permanentes ni disponibles en cantidades ilimitadas.

Los swaps generan confianza en que se pueden obtener renminbis del banco central chino, incluso en ausencia de mercados líquidos en esta moneda. Pero hay pocas pruebas de que hasta la fecha se hayan utilizado tales acuerdos y, a diferencia de los swaps de la FED, el Banco Popular de China tiende a usarlos para aumentar el comercio denominado en RMB, no como liquidez de emergencia para los bancos centrales extranjeros.

Lo interesante de esta historia para los estudiosos de los temas macroeconómicos es que China ha comenzado a posicionar al RMB como moneda de reserva, sin pagar el precio de abrir su cuenta de capital. A este paso, muy pronto se verá en cualquier comercio latinoamericano un cartel que diga: «Se cambian renminbis».


  Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

Suscríbase aquí al boletín de novedades de Debates IESA.