Vacunas contra la covid-19: una variopinta negociación en América Latina

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Los detalles de la compra de vacunas por parte de los gobiernos de América Latina se han mantenido confidenciales, pero muchos datos empiezan a aparecer.


Los contratos firmados por los gobiernos latinoamericanos con las compañías farmacéuticas internacionales tienen cláusulas de confidencialidad, un hecho cuestionado por algunos ciudadanos, pues las compras se realizan con dineros públicos. Pero, para otros, es lógico que así sea, si se considera la naturaleza de ese tipo de contratos y de los proveedores.

 

Los datos

Una investigación llevada a cabo en los once países que integran el Grupo de Diarios América (GDA) reveló datos acerca de este desafío de la salud pública mundial. Los hechos muestran que, en casi todos los contratos, se aceptaron las cláusulas de confidencialidad. Las compras se hicieron por el Estado (una sociedad médica privada en Uruguay intentó hacerlo, pero no contó con el visto bueno del gobierno de Lacalle Pou) y en la mayoría de los países las compañías farmacéuticas realizaron ensayos clínicos de sus vacunas en miles de voluntarios.

Pero hay también particularidades en los países más grandes. En Argentina, Pfizer realizó una asignación anticipada de trece millones de vacunas en 2020, que el gobierno no aceptó. Meses después cerró una compra por 22 millones de dosis con AstraZeneca, a las que se sumaron nueve millones del mecanismo Covax. Luego se sucedieron viajes a Rusia para traer miles de dosis de Sputnik V. Ya en 2021 se concretaron acuerdos por vacunas de Moderna, Cansino y Pfizer.

En Brasil la primera fase de las negociaciones no se llevó a cabo para la compra del producto final, sino para el desarrollo y la transferencia de tecnología. El proceso se tiñó de polémicas, en gran parte porque el presidente Bolsonaro no es partidario de la vacunación. También se advirtieron intentos de injerencia política en el organismo encargado de la protección de la salud de la población brasilera, entre otros problemas.

Colombia declaró la inmunización un tema de interés general en diciembre de 2020 y la inversión por las vacunas es de 1,11 por ciento del presupuesto nacional de 2021, según el GDA. México informó a finales de junio de 2021 que firmó los primeros contratos para adquirir 242 millones de dosis con AstraZeneca, Pfizer, CanSino Bilogics, Sinovac, Sputnik V y Johnson & Johnson. Este país comenzó a realizar el envasado de las vacunas de AstraZeneca y Cansino. El presidente López Obrador indicó que las adquisiciones representarían un desembolso de 1.660 millones de dólares.

En Perú el expresidente Martín Vizcarra anunció que el gobierno estaba negociando con varios laboratorios; pero, durante el gobierno de transición de Francisco Sagasti, se informó que no se había firmado contrato alguno. La vacunación comenzó en febrero de este año con 300.000 dosis de Sinopharm. Una ley aprobada por el Congreso en diciembre pasado (No. 31091) no impide a los privados registrar e importar vacunas.

Chile recibió el primer envío de Pfizer en diciembre de 2020, luego de negociaciones desde julio. Su fondo contingente para las vacunas cuenta con 200 millones de dólares en 2021.

En Venezuela, finalmente, el gobierno de Nicolás Maduro inició las negociaciones con una inversión de 200 millones de dólares en diez millones de dosis de la rusa Sputnik V, que serían entregadas al país de manera progresiva. La vacunación comenzó el 8 de febrero a miembros de sector salud. También se aplica la vacuna china Sinopharm, como parte de un acuerdo de cooperación con China, y se firmaron contratos con Cuba para la adquisición de doce millones de su vacuna Abdala, y con la empresa rusa Geropharm para la EpiVacCorona.

En cuanto a las dosis del mecanismo Covax el gobierno aseguró haber completado los pagos luego de trascender que cuatro pagos habían sido bloqueados por bancos suizos, señala el documento del GDA. Los voluntarios venezolanos para las pruebas habrían sido 2.000 personas para la Sputnik, a los que se suman quienes se ofrecieron para las vacunas cubanas Soberana 02 y Abdala, y la rusa EpiVacCorona. El documento no especifica la cantidad de voluntarios en esos casos.

 

De importadores a productores

La pandemia despertó la conciencia de la importancia de que los países sean autónomos en materia de vacunas, para no depender y quedar expuestos a precios exorbitantes o dilaciones en las entregas, como con frecuencia sucede. No es una tarea sencilla producir vacunas en una región como América Latina, con carencias de todo tipo. Sin embargo, algunos lo están haciendo.

Esto ocurre en Brasil, en el Instituto Butantan, el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Vacunas en Minas Gerais y el Instituto Oswaldo Cruz. En Argentina han comenzado a hacerlo en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Dr. Julio Maiztegui.

Argentina y México firmaron un acuerdo con AstraZeneca, mediante el cual el principio activo de la vacuna contra la covid-19 se fabrica en el primer país y luego se hace parte del fraccionamiento y envasado en el segundo. Este tipo de acuerdos y la unión regional abrirán la vía para encontrar soluciones a esta y próximas pandemias, que lamentablemente llegarán, según anuncian los expertos.

Conviene estar preparados y, sobre todo, aprovechar la experiencia de las negociaciones y las iniciativas que se avanzaron en esta oportunidad.


Fabiana Culshaw, periodista y psicóloga empresarial.