En la mayoría de los países latinoamericanos los sistemas de pensiones son insuficientes para garantizar un retiro cómodo. Como la responsabilidad recae principalmente en cada individuo y su familia, es esencial una planificación financiera estratégica para asegurar estabilidad económica en la jubilación.
En América Latina la edad de retiro varía según el país, pero suele situarse entre los 60 y los 65 años. Con los avances en la medicina y la mayor esperanza de vida, muchas personas viven veinte o treinta años después de jubilarse. Por ello, planificar con un horizonte de retiro más largo es clave para asegurar recursos en la vejez.
Cuando, a principios del siglo XX, se estableció la edad de retiro, la expectativa de vida estaba muy cercana a esa edad. Después de casi un siglo, las expectativas de vida han aumentado significativamente, no así la edad de retiro.
La expectativa de vida es un promedio que considera las muertes infantiles y partes de la población que no tienen acceso a buena medicina o a buena alimentación. Estas condiciones no ocurren entre la parte de la población que tiene empleos formales y acceso a mejores recursos que la mayoría de la población, por lo cual su edad promedio al fallecer supera la expectativa de vida del país.
Edad de retiro y esperanza de vida en Latinoamérica
(años)
País | Edad de retiro | Esperanza de vida |
Chile | 65 | 80 |
México | 65 | 75 |
Argentina | 60-65 | 77 |
Colombia | 62 (hombres) / 57 (mujeres) | 76 |
Brasil | 62-65 | 75 |
Venezuela | 60 (hombres) / 55 (mujeres) | 72 |
Un jubilado venezolano
Carlos, un ingeniero venezolano de 55 años que emigró a Colombia, planea retirarse a los 60 años. Aunque en Venezuela la edad oficial de retiro es 60 años para hombres y 55 para mujeres, la crisis económica y la devaluación del bolívar han erosionado el poder adquisitivo de las pensiones (cuando las hay).
Si Carlos tiene una esperanza de vida de 72 años, necesitará al menos doce años de ingresos asegurados. Sin embargo, si vive hasta los 80, su planificación debe extenderse por veinte años. Dado que las pensiones en Venezuela son mínimas (menos de diez dólares mensuales en 2024), Carlos ha decidido invertir en dólares y bienes raíces en Colombia para obtener ingresos pasivos.
Las necesidades económicas en la jubilación
Los gastos cambian significativamente en la tercera edad. Mientras que algunos disminuyen —como el transporte diario y la educación de los hijos— otros aumentan, especialmente los relacionados con la salud. La lista siguiente contiene gastos típicos en la jubilación:
- Vivienda (alquiler o mantenimiento de propiedad)
- Servicios básicos (agua, electricidad, internet)
- Alimentación
- Atención médica y medicamentos
- Seguro de salud
- Entretenimiento y calidad de vida (viajes, diversión)
- Impuestos y otras obligaciones financieras
- Apoyo a familiares (hijos, nietos, cónyuge)
Dado que las personas viven más, la planificación financiera debe considerar un horizonte de inversión más largo.
El impacto de la inflación en la jubilación
Uno de los mayores riesgos financieros en la jubilación es la inflación. En países como Venezuela, donde la hiperinflación ha sido un problema recurrente, los ahorros en moneda nacional pierden rápidamente su valor. La estrategia clave consiste en invertir en activos que superen la inflación, como bienes raíces, acciones en mercados estables, fondos indexados en moneda «dura» o directamente en una empresa o negocio.
Horizonte de inversión y longevidad
Dado que las personas viven más, la planificación financiera debe considerar un horizonte de inversión más largo. Las estrategias recomendadas son mantener una parte de la cartera en activos de crecimiento (acciones, empresas de la economía real o bienes raíces), generar ingresos pasivos mediante rentas y dividendos, y ajustar la exposición al riesgo conforme avanza la edad.
Ahorro: cuánto y cómo invertirlo
Para determinar cuánto ahorrar, la clave es calcular la tasa de reemplazo: el porcentaje del último salario necesario para mantener el nivel de vida. En este sentido, es recomendable seguir la «regla del ochenta por ciento»: los ingresos en el retiro deben ser, al menos, el ochenta por ciento del último salario. También es válida la «regla del cuatro por ciento»: se puede retirar un cuatro por ciento anual del capital acumulado para no quedarse sin fondos, pero cada caso puede ser diferente.
Seguros y planificación sucesoria
Es fundamental contar con seguros adecuados y una planificación de herencia bien estructurada. Los seguros esenciales son los de salud (para complementar la cobertura del servicio público), vida (para proteger a dependientes) y dependencia (para costos de cuidados prolongados). La planificación sucesoria, si se cuenta con recursos, debe incluir un testamento, asignar fondos a uno o varios fideicomisos (para la administración patrimonial), realizar donaciones en vida (para reducir cargas fiscales, en los países donde sea aconsejable) y disfrutar de dar en vida.
Cada país tiene reglas distintas sobre impuestos a pensiones y rentas pasivas. Entre las estrategias de optimización fiscal se encuentran las siguientes:
- Beneficios fiscales para planes de retiro privados.
- Uso de fideicomisos (para reducir impuestos sucesorios).
- Inversión en países con impuestos bajos para jubilados.
Previsión y estrategia
La planificación financiera familiar para el retiro en Latinoamérica requiere anticipación y estrategia. La clave está en comenzar temprano, diversificar inversiones, ajustar el riesgo con el tiempo y contar con un plan estructurado para gastos médicos y sucesión patrimonial. Con una planificación adecuada, las familias latinoamericanas pueden garantizar estabilidad y tranquilidad en su jubilación, sin depender exclusivamente de los sistemas de pensiones estatales.
Claves para un retiro exitoso en Latinoamérica
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Roberto Vainrub, profesor del IESA.