En Venezuela los centros comerciales se ocupan de atraer grandes marcas internacionales como Zara, pero también de remodelar los baños, instalar nuevos carteles de señalización y vitalizar sus marcas. Además, confeccionan una mayor oferta de entretenimiento y promueven experiencias en sus espacios.
Hace cinco años, con la pandemia, los centros comerciales cerraron sus puertas. Cuando las reabrieron se encontraron con el desafío de conquistar, de nuevo, a los consumidores. «Después de la pandemia, la gente entendió el valor de los momentos, y el entretenimiento se volvió un punto central. Hablamos de cafeterías, pero también de canchas de pádel, go karts o parques infantiles (…) Finales de 2023 y todo 2024 marcaron un momento para que los desarrolladores de centros comerciales se abocaran a la infraestructura, a renovar espacios y a mejorar la oferta comercial», afirma Claudia Itriago, presidenta de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), en entrevista para Debates IESA.
Los centros comerciales apostaron por marcas y tiendas que atrajeran más visitantes, pero también por diversificar su oferta de entretenimiento. El esfuerzo incluyó, además, la transformación de los espacios para hacerlos más atractivos.
«Es como si se hubieran dado cuenta de que necesitaban renovar los espacios y actualizar el look and feel para invitar a la gente a estar allí. Al final, los centros comerciales lo que quieren es que la gente pase tiempo adentro y que eso se traduzca en diversos tipos de consumo», explica Andrés Guevara, director y fundador de la firma Omnis, especializada en planes de negocio y asesoría comercial.
La decisión de renovar los centros comerciales y una ola de recuperación de la economía venezolana hicieron que los ingresos del sector aumentaran de 6.920 millones de dólares en 2023 a 9.000 millones en 2024, según un estudio hecho en octubre de 2024 por la empresa de investigación de mercados Datanálisis.
El largo camino de la renovación
Los ejemplos de la renovación de los centros comerciales en Caracas son diversos. El Sambil de Chacao, que data de 1998, instaló nuevos carteles de ubicación y renovó por completo sus baños. En su oferta comercial en abril de 2024 sumó a la cadena de ropa Zara. Para los próximos meses están previstas las aperturas de las tiendas Bershka y Pull&Bear, que también pertenecen al grupo español Inditex.
El Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT) cambió su logo y lo hizo visible desde la autopista aledaña en abril de 2024. Sus pasillos ahora cuentan con nuevos carteles de señalización, para que los visitantes puedan ubicarse y movilizarse con mayor facilidad. En el Centro Comercial El Recreo hay un nuevo supermercado, mientras que el cercano City Market, en Sabana Grande, creó un amplio espacio para que las compañías de telecomunicaciones instalaran módulos de atención a sus clientes.
La mayoría de las ventas pertenecen a la categoría de alimentos y bebidas. Pero no son ventas en franquicias de comida rápida o la oferta gastronómica de los centros comerciales.
Parque Cerro Verde instaló canchas de pádel y organiza ferias de libros. El Centro Comercial Líder aprovechó su terraza para convertirla en una plaza teatral con programación para adultos y niños, aparte de su ciclo de proyección gratuita de películas.
Paseo El Hatillo inauguró una tienda por departamentos y Multiplaza Paraíso añadió una megatienda de artículos para hogar y una papelería. Incluso a comienzos de 2025 se vieron cambios, con la reintroducción de los cines bajo la nueva marca Cinepic en el Centro Comercial Lido, propiedad del Grupo Sambil.
Gabriel Roig, vicepresidente ejecutivo de Invaca Investment Company, aporta su perspectiva estratégica: «Cuando hicimos Tolón y Paseo El Hatillo nuestro interés era tener bancos dentro del centro comercial. Se instalaban en el tercer piso para que la gente lo recorriera y tenías una mezcla de visitantes interesante. Hoy es diferente. El centro comercial es un espacio para fomentar experiencias, para que puedas tener una reunión de trabajo o una reunión social, comer o ir al gimnasio. Por eso, el espacio tiene que ser cómodo y agradable».
El grupo Invaca es propietario de tres centros comerciales (Llano Mall, Paseo El Hatillo y Tolón Fashion Mall), muy diferentes en cuanto a las estrategias para atraer visitantes y los tipos de comercios que ofrecen sus espacios. Lo común a los tres es que la renovación está en la agenda para este 2025.
Llano Mall está ubicado en Acarigua y su norte es convertirse en un espacio que mezcle comercios de varios tamaños y atraiga a compradores mediante el uso de redes sociales. Hace dos años Llano Mall incorporó un casino y, ahora, sumó un bingo. En el primer trimestre de 2025, también renovó el espacio del supermercado, de 6.000 metros cuadrados.
La apuesta con Paseo El Hatillo, ubicado en el sureste caraqueño, es brindar más servicios para la comunidad vecina. Por eso, su enfoque es ofrecer una composición mixta de tiendas grandes y locales comerciales que prestan distintos servicios.
En el Tolón Fashion Mall, en Las Mercedes (Caracas) el objetivo es más ambicioso. La meta es incluir una mayor cantidad de tiendas de marcas internacionales para atraer a compradores que buscan una experiencia top. La construcción de nuevas torres empresariales cerca del Tolón todavía no se traduce en un mayor tráfico de visitantes, pero es una variable que se considera en los planes a mediano plazo. «Estamos en un proceso de relanzamiento de ambos centros comerciales [Paseo El Hatillo y Tolón]. Es un proceso de renovación de imagen y de reingeniería comercial y vamos a ver, este año, un cambio significativo. Nos sucede lo mismo que a todos los negocios. Tenemos que actualizarnos y adaptarnos a los nuevos tiempos», puntualiza Roig.
El termómetro del comercio formal
El local comercial a pie de calle y en los bulevares es todavía el primer punto de compra en Venezuela, de acuerdo con el estudio realizado por Datanálisis. El segundo lugar de compra preferido es el centro comercial, al punto que ocho de cada diez personas encuestadas revela que visitan estos espacios, en promedio, una vez cada quince días.
Los hombres se convirtieron en los principales compradores en los centros comerciales durante 2023 y 2024. Esta es una novedad, porque en los estudios de Datanálisis (que realiza una investigación anual sobre los centros comerciales en Venezuela contratada por Cavececo) siempre fueron las mujeres quienes gastaron más en los centros comerciales.
La mayoría de las ventas pertenecen a la categoría de alimentos y bebidas. Pero no son ventas en franquicias de comida rápida o la oferta gastronómica de los centros comerciales. «Una cosa es la compra de alimentos y bebidas y otra cosa es sentarse a comer y beber en la feria del centro comercial. Hablamos de cuando una persona entra al supermercado o entra a una cadena de farmacias y se lleva un pan. Hoy eso es más importante que cualquier otra venta de los centros comerciales y eso es porque 48 por ciento del presupuesto familiar del venezolano se gasta en alimentos y bebidas», aclara Luis Vicente León, director de Datanálisis.
La tasa de desocupación promedio de los centros comerciales está entre doce y quince por ciento.
A la compra de alimentos y bebidas le siguen el consumo en ferias gastronómicas y restaurantes, y la adquisición de ropa y calzado. El sábado es el día con la mayor cantidad de visitas a estos espacios comerciales y la compra promedio es de 55,90 dólares. Es un monto promedio, porque hay centros comerciales que enfrentan dificultades para atraer a los visitantes y también a nuevos comerciantes.
«El sector de centros comerciales creció, pero no es el mercado anterior que tuvo Venezuela. No a todos los centros comerciales les va bien. Hay centros comerciales espectaculares que están repletos y en donde las tiendas venden. Pero también hay centros comerciales vacíos, en problemas, que no logran captar el interés de sus consumidores», explica el director de Datanálisis.
Cavececo agrupa a 131 centros comerciales en todo el país y la tasa de desocupación promedio está entre doce y quince por ciento. En el detalle de los datos pueden encontrarse centros comerciales con solo dos por ciento de desocupación de sus locales y otros que llegan hasta cuarenta por ciento, sobre todo en el interior del país.
En un centro comercial con gran tráfico de visitantes como el Sambil La Candelaria, aún se encuentran locales vacíos en sus niveles superiores, desde su inauguración en mayo de 2023. Esto retrata la reducción de la economía venezolana, frente a la década de los años 2000 cuando se construyó y abrió la mayoría de los centros comerciales modernos del país.
En las redes sociales los centros comerciales se utilizan como un termómetro económico. Si se publican imágenes con mucha gente, se habla de crecimiento económico. Mientras que, si se muestran pasillos vacíos, se recuerda la caída de la economía nacional. La realidad es que en el sector de los centros comerciales conviven ambos escenarios con diferencias por ubicación y oferta de tiendas.
«Los centros comerciales son representantes de la formalidad de la economía. Se requiere licencia, se tributa y se está sometido a muchas fiscalizaciones. Los comerciantes que hacen vida dentro de un centro comercial tienen un mayor patrón de formalidad y eso es una diferencia frente a otros comerciantes en el país», afirma Andrés Guevara.
La renovación de los grandes centros comerciales es una estrategia de competitividad, en un sector económico que fue muy golpeado por las regulaciones de precios de los productos en medio de la crisis económica. Su crecimiento fue impulsado por la reciente nueva oferta comercial y la apuesta por el entretenimiento, pero también es cierto que hay muchos centros comerciales en las regiones que no logran salir del ahogo económico.
Margaret López, periodista especializada en finanzas, tecnología y cambio climático.
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