«Trabajador quemado»: el factor invisible que afecta la salud de los emprendedores

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Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay

En América Latina seis de cada diez emprendedores presentan síntomas moderados del síndrome de desgaste profesional. Los mismos emprendedores no están conscientes de los efectos sobre su salud del esfuerzo de gestionar un negocio.


 

Un factor invisible amenaza a los emprendedores. El síndrome de desgaste profesional (burnout) afecta a seis de cada diez líderes emprendedores en América Latina; además, tres de cada diez exhiben síntomas graves. Estos datos fueron presentados por Juan Pablo López Gross, especialista del Laboratorio de Innovación BID Lab para Venezuela, durante un encuentro con la red EmprendeTECH del IESA.

Los datos reportados por Gross provienen de un estudio que elaboraron el BID Lab y The Wellbeing Project, una red internacional de emprendedores dedicada a la difusión de buenas prácticas para el bienestar emocional de los emprendedores.

López Gross advierte que los emprendedores enfrentan enormes desafíos emocionales, especialmente en la fase inicial de sus proyectos, pues deben manejar, al mismo tiempo, situaciones estresantes tales como conseguir financiamiento, establecerse en el mercado, contratar colaboradores, diseñar modelos de gestión y, además, mantener el equilibrio familiar y personal. «Emprender es, en definitiva, un ejercicio muy solitario, sobre todo para los fundadores», deja claro el experto.


Cuando el emprendedor se dedica de manera absoluta a su negocio y descuida su entorno personal, los resultados de la empresa no compensan la erosión personal ni la justifican.


 

Un trágico encuentro con la realidad

El BID Lab entendió la importancia de atender la salud mental de los emprendedores a los que apoya, «por una circunstancia muy dura. Un emprendedor de Medellín, muy cercano a nuestra institución en Colombia, tomó la decisión más drástica que se puede tomar contra su vida. Eso nos hizo entender que este tema es urgente y el diseño de estrategias para manejarlo se hizo prioritario».

El BID Lab, como laboratorio de innovación, amplió su repertorio de acciones para entender los impactos de la actividad emprendedora en la salud mental de quienes optan por un camino propio en el mundo de los negocios y comienzan desde abajo. Para ello, indica López Gross, es indispensable actuar sobre los retos directos del emprendimiento, como son la gestión del negocio, el financiamiento, el mercadeo, la adopción de tecnología, entre otros, de manera de ofrecer un acompañamiento más integral.

También hay que prestar atención al contexto social y económico. Ser un emprendedor en América Latina, con una visión que vaya más allá del negocio en sí, que tome en cuenta los impactos sociales y ecológicos del negocio, es una tarea enormemente compleja.

«Cuando se pregunta a los miles de emprendedores con los que trabajamos cuáles son los problemas que más afectan su estabilidad personal, se sienten presionados por temas financieros, de capital humano y tecnología», indica López Gross, y añade: «Efectivamente es una presión enorme y, si a eso se suman los elementos políticos, sociales y el entorno económico con reglas de juego cambiantes que existe en América latina y el Caribe, las presiones son muy grandes y no existe una cultura para manejarlas».


Para un emprendedor, atender su negocio implica atenderse a sí mismo, a su equipo de trabajo y también tomarse tiempo para desconectar.


Un problema que no se ve

Cuando el BID Lab decidió medir el impacto del desgaste profesional entre los emprendedores de la región, encontró desconocimiento, no solo porque no había información sistematizada sobre el problema, sino también porque los mismos emprendedores no estaban conscientes de los efectos sobre su salud vista del esfuerzo de gestionar un negocio.

Luego vino la dificultad para que los emprendedores asumieran la existencia del problema; en principio, dice López Gross, por la resistencia a reconocerlo y hablar sobre él. Una muestra de ello es su escasa participación en la encuesta del BID Lab para entender los impactos del síndrome de desgaste en el emprendimiento.

Lo primero es tomar conciencia del cambio cultural necesario para enfrentar el problema, a partir del hecho básico de reconocer su existencia. «Hay que entender que pedir ayuda y atender la situación no es debilidad, sino que nos hará más fuertes como emprendedores. Dejar estos temas en la sombra afecta en el largo plazo».

El mensaje que transmitió Juan Pablo López Gross fue que los emprendedores necesitan conciliar su actividad emprendedora con el equilibrio personal y familiar, porque ambos espacios vitales son indispensables para el éxito. Cuando el emprendedor se dedica de manera absoluta a su negocio y descuida su entorno personal, los resultados de la empresa no compensan la erosión personal ni la justifican; porque, en esencia, el objetivo de emprender es asegurar el bienestar personal y familiar.

«Hay una parte clínica médica en este tema, que tiene elementos clave de salud mental que deben ser atendidos. Pero la estrategia correcta empieza por entender lo que pasa, de una manera mucho más cotidiana, de manera que se establezca una rutina saludable y las buenas prácticas pueden ayudarnos a evitar llegar a niveles que necesiten atención médica», apunta López Gross. Sin embargo, deja clara una advertencia: «Cuando se necesite atención médica hay que recurrir inevitablemente a ella».

 

Es necesario visibilizar el problema

El BID Lab decidió hacer un esfuerzo para visibilizar el problema, de manera que actualmente impulsa y financia proyectos específicos en salud y bienestar. Ya están adelantados programas en Guatemala y México. Está previsto impulsar una campaña en Perú y hacer estudios en otros países, con herramientas concretas que los emprendedores pueden utilizar para vivir una existencia más saludable.

La estrategia consiste en medir el impacto del problema, en primer lugar, mediante distintos tipos de estudios. Luego viene la fase de promover prácticas saludables para prevenir la aparición del síndrome del trabajador quemado, un problema grave con incidencia internacional.

«Este es un tema complejo que tiene muchas aristas, por lo que no es sencillo de encasillar en una sola realidad. Hablar de bienestar y salud mental es muy amplio, va más allá de los conceptos médicos formales. El mensaje que queremos transmitir desde el BID Lab es que atender su negocio implica atenderse a sí mismo, a su equipo de trabajo y también tomarse tiempo para desconectar, adoptar buenas prácticas de vida sana y eso le va a permitir prosperar como emprendedor», concluye el experto.


Érika Hidalgo López, periodista.

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