Los fondos de inversión evalúan cada vez más las empresas en las que colocan su dinero. América Latina está en la carrera de sobrevivir o destacar.
En un mundo al borde de la recesión, las empresas emergentes de América Latina tienen por delante un panorama complicado para conseguir fondos de inversión en 2023. La gran movida ocurrió durante la pandemia de la covid-19, con un incremento de la actividad de inversión de capital de riesgo; ahora, si bien algunas tendencias en esa línea continúan, existe mayor cuidado o miramiento con respecto a dónde se coloca el dinero.
Los fondos se han vuelto más exigentes y miran con lujo de detalles cada empresa que les resulta interesante. Pero no desembolsan con facilidad, como en los «tiempos de las vacas gordas».
A pesar del entorno adverso hay grandes fondos que no han perdido impulso. Esta es una buena noticia para las empresas emergentes que se esfuerzan para cumplir los estándares exigidos actualmente por los financistas.
Las mayores oportunidades están en las empresas emergentes que, en sus primeras fases, demuestran su potencial de llegar con productos o servicios a distintos mercados, en especial al estadounidense. Hay fondos de inversión que evalúan específicamente este último factor; es decir, si la empresa llega a diversos mercados pero no a Estados Unidos, el interés decae.
Las estadísticas muestran que solo algunas empresas emergentes triunfan y, de las que logran algún éxito (buenos retornos de inversión), menos aún se convierten en unicornios. Por «unicornio» se entiende la empresa emergente privada que alcanza una valoración de mil millones de dólares.
En el mundo, en 2021, hubo 340 empresas emergentes que alcanzaron el estatus de unicornio (la mayoría en Estados Unidos, seguido por China). Esa cifra es superior a la de los cinco años anteriores juntos. Las tres industrias con más unicornios actualmente son 1) finanzas y seguros, 2) tecnología y telecomunicaciones, y 3) transporte y logística.
En América Latina también hay unicornios. Según diversos estudios existen 41 unicornios entre los más de mil registrados en el mundo. Brasil está a la cabeza, con la mitad de estas empresas, y le sigue México con 22 por ciento, pero casi todos los países tienen sus unicornios. Venezuela aún no ha alcanzado esa escala, pero hay emprendedores que brillan con sus propuestas de negocios en el exterior.
Nubank, OLX marketplaces, Kavak, NotCo, dLocal, Rappi, Cornershop, QuintoAndar, MercadoLibre son algunas de las más destacadas en este momento. Lo que se viene en 2023 no es fácil. Los expertos advierten que las emergentes necesitan prepararse más para recibir, o seguir recibiendo, capitales.
¿Qué evalúan los fondos de inversión? Están poniendo más atención a la estructura societaria de las emergentes, sus gobiernos empresariales, su grado de profesionalismo (que sean nuevas en el mercado no quieren decir que tengan que ser menos profesionales, al contrario), la calidad y el potencial de sus proyectos de productos o servicios, si han protegido sus marcas legalmente, sus sistemas de creación de procesos, procedimientos y buenas prácticas (incluso financieras) y, sobre todo, su escalabilidad. La importancia de la escalabilidad radica en que los fondos de inversión siguen apostando a la globalización y, si los planes de negocios de las emergentes se quedan en su entorno nacional, este es prácticamente un hándicap insuperable.
Enumerar los factores que evalúan los fondos de inversión para decidir si invierten o no es sencillo, pero no lo es cumplirlos. Lo que predomina en las empresas emergentes es el caos, el entusiasmo con las ideas, y es normal que así sea. Por ello, dar el paso hacia un mayor ordenamiento del negocio produce valor diferencial.
Esto incluye bases de datos y procesamiento inteligente de información, conocimiento y cumplimiento de leyes, y parámetros de referencia (benchmarking). En estos frentes los emprendedores de América Latina tienen que formarse más, o rodearse de especialistas que los respalden u orienten. Generalmente tienen buenas ideas y aprenden a desarrollarlas, pero necesitan complementar sus experiencias del negocio con otras disciplinas y mejorar sus redes para fortalecer sus perfiles.
Las proyecciones indican que hacia finales de 2023 habrá una recuperación del capital de riesgo para emprendimientos en etapas tempranas. Mientras tanto, el mercado estará bastante frío y se notará mayor preferencia por empresas un poco más maduras. Por eso, las emergentes van a tener que remar más y prepararse mejor para atraer capitales.
Biotecnología y servicios basados en inteligencia artificial, en los más diversos rubros, están entre las verticales de negocios mejor perfiladas. Todo depende de la calidad y la preparación de la propuesta, entre otras condiciones.
Fabiana Culshaw, periodista y psicóloga empresarial.