Adiós, Libor, adiós

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Sede del Banco de Inglaterra.

La tasa Libor tiene sus días contados. Pero todavía rige sobre un mercado de 200 billones dólares en títulos hipotecarios, bonos de tasas variables y acciones preferentes.

Carlos Jaramillo / 17 de octubre de 2019


 

La tasa interbancaria ofrecida en Londres (Libor, por sus siglas en inglés), uno de los grandes referentes del mercado de renta fija mundial, dejará de existir el 31 de diciembre de 2021. Sin embargo, todavía rige sobre un mercado de 200 billones de dólares constituido por títulos hipotecarios, bonos de tasas variables y acciones preferentes. ¿Qué la sustituirá?

Libor es la tasa a la cual los grandes bancos londinenses se prestan dinero entre sí, sin colaterales, a plazos que van de 24 horas a 30 años, en dólares, euros, yenes y libras. Desaparecerá debido principalmente a dos problemas. El primero es que durante años esta tasa se fijaba mediante una encuesta entre los bancos participantes en el sistema de préstamos, lo que permitía la manipulación de su valor por un puñado de grandes bancos: Royal Bank of Scotland, HSBC, Deutsche Bank, JP Morgan Bank, Citibank e ICAP (Intercapital), un importante corredor interinstitucional. Estas instituciones fueron castigadas con multas multimillonarias y, a partir de 2012, el sistema de fijación de la tasa pasó a manos de una organización que no participa en las transacciones.

El segundo problema es que el mercado de préstamos bancarios no colateralizados ha perdido profundidad con el paso de los años. No tiene sentido que un mercado poco profundo sea el marcador del resto de la economía.

Para sustituir la Libor, la Reserva Federal (FED) creó un comité integrado por reguladores e instituciones bancarias, que recomendó el uso de la tasa de financiamiento diario asegurado (SOFR, por sus siglas en inglés), como nuevo referente para la enorme variedad de contratos financieros y productos derivados existentes. La SOFR es la tasa cobrada en el mercado de repos, donde las instituciones piden dinero prestado, para lo que ponen como colateral títulos de deuda de calidad, principalmente bonos del tesoro. En este mercado se cruzan diariamente operaciones por el orden de 1,2 billones de dólares.

Este mercado de repos se ha visto afectado en meses recientes por episodios de iliquidez, causados por la conjunción de subastas de bonos del Tesoro, el pago de impuestos empresariales, el aumento de las reservas líquidas exigidas por los reguladores a los grandes bancos estadounidenses y la reducción del balance de la FED. Una tasa marcadora de costos no puede ser volátil. Aunque la FED trabaja en la creación de una ventana de redescuento de repos, que estará operativa en 2020, de momento esos episodios pueden seguir sucediendo, lo cual afecta la credibilidad del nuevo marcador y aumenta el costo del dinero a lo ancho del mercado financiero.

Mientras se activa la ventana de descuento de repos la FED puede estabilizar el mercado de fondos de corto plazo con la compra de bonos y con estímulos a los bancos para que canalicen fondos por encima del encaje obligatorio al mercado repos; simplemente, con una baja del rendimiento pagado a estos fondos sobre el encaje.

La construcción de un mercado financiero más transparente no puede basarse en la buena voluntad de las partes interesadas. Por ello, los reguladores deben poner el dinero público y su conocimiento al servicio de los ciudadanos, con la vista puesta en los retos poscrisis financiera que poco a poco comienzan a emerger.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.

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