Andreína Vogeler Mendoza: «La responsabilidad social puede ser sin fines de lucro, pero no con fines de pérdida»

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Retribuir a la sociedad lo que le ha dado a la empresa es uno de los grandes retos que enfrentan hoy las compañías, de cualquier tamaño. Pero la labor social y la creación de fundaciones no es nueva en el mundo, ni en Venezuela. Así lo revela la historia del Hospital Ortopédico Infantil, un caso emblemático que data de 1945, en palabras de su directora, Andreína Vogeler.


Con la exitosa experiencia del Hospital Ortopédico Infantil, su directora ejecutiva, Andreína Vogeler Mendoza, deja claro que el liderazgo responsable puede perdurar, bien entendido y adaptado a los pros y los contras del entorno económico-financiero.

Vogeler Mendoza, nieta del reconocido empresario Eugenio Mendoza Goiticoa, cuenta con pasión la trayectoria de una institución creada hace 77 años por su abuelo que se convirtió en referencia nacional e internacional. En una sesión de la cátedra de Liderazgo Responsable del IESA, Vogeler explicó su experiencia en el Ortopédico Infantil, cuyas riendas maneja desde hace ya 28 años, y cuya máxima responsabilidad es mantener el legado de su abuelo y la esencia de su «obra consentida» por la que veló hasta sus últimos días.

Para la gerente, el Ortopédico Infantil es, desde su origen, «un compromiso familiar, de liderazgo, de continuidad, de apoyo, de ayuda, de contribución y de retribución a una sociedad que te ha dado». Desde aquel Hospital Poliomielítico de 1945, convertido en Ortopédico Infantil en 1956 cuando la vacuna erradicó la poliomielitis en Venezuela, han pasado muchos años. Vogeler Mendoza sabía que adaptarse a los tiempos, sin alterar los objetivos iniciales, era fundamental para la supervivencia de una institución que, pese a ser «sin fines de lucro, es sin fines de pérdida», como lo ha acuñado. Por lo tanto, su modelo gerencial sigue los criterios de una empresa privada.

Una de las palabras para definir al Ortopédico es trascendencia, proyección en el tiempo. Hablamos de 77 años en un país tan cambiante, donde sabes que las instituciones sin fines de lucro, al menos en el caso de nosotros, no tienen ayuda gubernamental para nada y donde debemos buscar nuestros propios recursos.

De hecho, como narra Vogeler, una de las grandes estocadas que recibió la institución fue el cierre del Bingo de la Bondad, que duró treinta años, tras la aparición del impuesto a los juegos de envite y azar con el cual el Seniat cobraba treinta por ciento por cada ticket vendido.

 

Pasos firmes para sobrevivir

Vogeler Mendoza entendió que el hospital no podía vivir solo de contribuciones del Grupo Mendoza y eventualmente de otras empresas. «Teníamos que generar nuestros propios recursos y crear nuestro propio modelo y sistema de sustentabilidad».

Asegura que la resistencia al cambio, desde la directiva, fue uno de los obstáculos que debió vencer. Era necesario entender que «el que puede pagar, debe pagar», para levantar recursos, sin desviar la tarea originaria de la institución.

Con la ayuda de la empresa consultora McKinsey se creó el «modelo de autosustentabilidad» que, a decir de Vogeler, ha sido la piedra angular para iniciar un cambio positivo. Este modelo les ha permitido enfrentar la crisis económica, la hiperinflación y, más recientemente, la covid-19.

Había que vencer barreras. «El Hospital Ortopédico debía continuar generando un impacto positivo en la vida de esos niños y en la sociedad, porque un problema de ortopedia no solucionado a tiempo es una carga, no solo para el paciente, sino para su familia».

 

¿Cómo opera el modelo autosustentable?

El primer paso para iniciar la ruta hacia la sostenibilidad fue levantar recursos mediante el cobro de los tratamientos a los adultos. Según Vogeler, de esta manera el hospital ha podido mantenerse, si se considera que su actividad no es lucrativa.

Vogeler insiste en que el Hospital Ortopédico Infantil debe manejarse con los criterios de una empresa privada, no solo igual, sino incluso más eficiente, pues de ello depende el interés de los potenciales donadores de recursos.

Las donaciones son lo mío. Yo estoy todo el día en eso: busco alianzas estratégicas y donaciones, monto proyectos, se los presento a multilaterales y a empresas. La clave es que esos proyectos sean de interés para esas compañías a la que tú tocas.

La directora del Ortopédico comenta que uno de sus proyectos emblemáticos con los cuales han logrado hacerse de recursos ha sido el Departamento de Odontología, creado especialmente para esa tarea.

El proyecto logró ser tan exitoso en un momento determinado que la empresa Colgate lo apoyó con la dotación de unidades odontológicas, con las que llegó a veinte de las cinco iniciales que tenía el Hospital. El servicio llegó a ser el segundo más importante, después del de la Universidad Central de Venezuela.

Para Colgate ese proyecto fue tan impactante que llegamos a atender hasta a 75.000 pacientes en un año, nada más en el servicio de odontología, con la única contraprestación para Colgate de utilizar la infraestructura del hospital para promover su programa Doctor Muelita, que enseña a los niños a cepillarse los dientes. Al final Colgate se llevó grandísimos beneficios por habernos donado las unidades odontológicas, y el impacto que ellos generaron en las comunidades por sus productos.

Para Vogeler la clave está en que tus proyectos convenzan por su sostenibilidad; si no lo son, no puede pedirse dinero. «Debo mostrarte que eso va a ser rentable en el tiempo».

También hay otras opciones para obtener fondos, como apadrinar a uno o a varios niños. «Yo los presento con sus historias sociales y médicas, y tú puedes ir incluso el día que lo operan».

 

El Ortopédico Infantil hoy

El Ortopédico atiende en promedio a unos 150.000 pacientes al año, y su razón de ser sigue siendo la ortopedia infantil para niños hasta los 16 años con problemas locomotores y neuromusculares.

En la institución, acota su directora, se forman todos los ortopedistas infantiles del país. Es, de hecho, el único programa de formación en la materia después de que el médico se gradúa y se especializa en traumatología. «Estamos avalados por la UCV». «No cobramos por eso, pues estamos formando a nuestra generación de relevo», concluye Andreína Vogeler Mendoza.


Érika Hidalgo López, periodista.

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