El profesor Phalippou y la fábrica de millonarios

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Fotografía: Pixabay

Un análisis del desempeño de los fondos de capital privado dejó mal parados a los promotores: sus remuneraciones fueron excesivas, si se considera que los retornos obtenidos en los últimos quince años no difieren de los de los fondos de oferta pública de riesgo similar.

Carlos Jaramillo / 25 de junio de 2020


 

El profesor Ludovic Phalippou, de la Said Business School (Universidad de Oxford), publicó un artículo titulado «Un hecho inconveniente: los retornos de los fondos de capital privado y la fábrica de multimillonarios», en el que analiza el desempeño de los fondos de capital privado y deja muy mal parados a los promotores de esa actividad.

Los fondos de capital privado son vehículos de inversión en los cuales un promotor (general partner) toma dinero de inversionistas institucionales y fideicomisos de inversiones familiares (limited partners), y lo invierte en restructuraciones de empresas, nuevas empresas en sectores que manejan tecnologías emergentes o actividades especulativas con materias primas, monedas, etc. El esquema de remuneración clásico que aplican los promotores a sus clientes consiste en cobrar un veinte por ciento de las utilidades, más costos operativos y comisiones.

Los inversionistas buscan en estas asociaciones retornos adicionales a los de instrumentos de oferta pública de similar riesgo. Tales retornos resultan, principalmente, del hecho de que estas inversiones son mucho menos líquidas y, por lo tanto, deben devengar una prima que compense tal iliquidez. Ahora bien, según el profesor Phalippou, el retorno obtenido por estos vehículos de inversión desde el año 2006 es muy similar al de sus homólogos de oferta pública.

Los fondos públicos de pensiones que invierten en fondos de capital privado han obtenido retornos que oscilan en el rango de 1,5-1,54 MoM. El multiple of money (MoM) es un cociente entre los beneficios obtenidos y la inversión realizada, usado típicamente como indicador de rentabilidad en la industria de capital privado. Esa rentabilidad equivale a un once por ciento interanual.

Las comisiones generadas por los promotores de los fondos de capital privado, desde 2006, han estado en el orden de 230 millardos de dólares. Una buena porción de estas comisiones ha terminado en manos de los accionistas principales de estos fondos, 22 de los cuales forman parte de las lista de multimillonarios de la industria de inversiones administradas.

La crítica de Phalippou no va contra el monto de las comisiones cobradas, sino contra el esquema actual de remuneración. A su juicio, los administradores deberían cobrar sobre la base de creación de valor, por encima de lo que podría obtenerse en vehículos de oferta pública de similar riesgo.

El artículo proporciona nuevos argumentos en una discusión que comenzó a raíz de la Gran Crisis Financiera de 2007-2009. El mediocre desempeño de muchos actores de la industria de la inversión administrada hizo que los inversionistas institucionales cuestionaran la pertinencia de pagar cuantiosas comisiones por el manejo de sus activos financieros.

Phalippou sostiene que tan desproporcionadas compensaciones son la consecuencia de «múltiples capas» de conflictos de agencia y desinformación de quienes contratan estos servicios, supuestamente inversionistas sofisticados. Si bien, en palabras de Phalippou, no todo el segmento de capital privado sufre tales conflictos de agencia, la industria debe atender estas anomalías con el abaratamiento de sus comisiones y la mejora de la calidad de la información producida sobre los retornos obtenidos y los costos cobrados.

De hacerse todos estos cambios, que apuntan a la sostenibilidad del sector de capital privado, se hará un importante servicio a la sociedad. Pero se reducirá la tasa de crecimiento del número de multimillonarios.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo ha sido publicado en alianza con Arca Análisis Económico.

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