Kim Kardashian y el sistema financiero emergente

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Kim Kardashian, en una foto de 2018, con un vestido estampado con representaciones de billetes de dólar del diseñador Jeremy Scott.

El Consejo de Estabilidad Financiera estableció los pasos para producir un marco regulatorio que inserte los criptoactivos y las fintechs en el sistema financiero internacional. Se espera un proyecto de marco regulatorio para mediados de 2023 y su adopción en el G-20 a finales de 2025.


Una revisión aleatoria de la prensa internacional muestra que la ultraconocida Kim Kardashian aceptó pagar una multa de 1,26 millones de dólares a la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), para dar por terminada la investigación sobre una inapropiada promoción de la criptomoneda EthereumMax en su cuenta de Instagram. Por su parte BNY Mellon, el banco más antiguo de Estados Unidos y una de las treinta instituciones consideradas «bancos de importancia sistémica global» por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), anunció que comenzará a ofrecer servicios de custodia de criptomonedas a sus clientes. Ambas noticias son aristas del mayor desafío regulatorio de los próximos años: integrar el segmento de los criptoactivos y sus productos relacionados en el entramado del sistema financiero internacional.

La «gran falta» de la señora Kardashian fue no hacer público el hecho de que había cobrado 250.000 dólares por la promoción de tal «producto». Se especula que la SEC la multó para dar un ejemplo de su intención de ir contra quienes anuncian instrumentos financieros sin cumplir los protocolos correspondientes. En pocas palabras, si no puedes sancionarlos a todos, hazlo con los más notorios para disuadir al resto. En el caso del BNY Mellon, las preocupaciones de los reguladores son otras, más profundas y complejas, vinculadas al hecho de que cada vez se construyen más vínculos entre el sistema financiero emergente, representado por los criptoactivos y las tecnofinancieras, y el sistema financiero tradicional.

Para los nuevos actores las vinculaciones constituyen el paso necesario para universalizar sus productos y servicios; para los bancos comerciales representan una apuesta a mantener relevancia en el mediano plazo. El marco regulatorio emergente debe responder a temas tan diversos como definir la naturaleza de los criptoactivos —pues tienen simultáneamente características de monedas y de instrumentos financieros— y mitigar el riesgo sistémico que traen consigo transacciones que involucran instituciones financieras tanto emergentes como antiguas.

El estado de la cuestión de esta discusión ha quedado claramente reflejado en un reporte publicado por el FSB el 11 de octubre, que se ofrece como un borrador para discusión entre los ministros de finanzas del G-20, los directorios de sus bancos centrales y distintos grupos interesados en el tema. Las propuestas del reporte apuntan a:

(iii) Promover la coherencia y la exhaustividad de enfoques regulatorios, de la supervisión y el seguimiento de las actividades y mercados de criptoactivos, y fortalecer la cooperación internacional, la coordinación y el intercambio de información; y

(iv) Una revisión de las recomendaciones de alto nivel del FSB de octubre de 2020 para la regulación, la supervisión y el seguimiento de los acuerdos de «moneda estable global».

Para desarrollar el marco regulatorio se han definido cuatro pasos:

  1. Definir problemas y desafíos clave para el desarrollo de un sistema regulatorio completo y coherente que abarque todos los tipos de actividades de criptoactivos capaces de ocasionar riesgos de inestabilidad sistémica.
  2. Definir iniciativas de política en los ámbitos jurisdiccional e internacional.
  3. Implantar el enfoque propuesto por el FSB para establecer un marco regulatorio integral.
  4. Trazar el camino para finalizar las propuestas.

La agenda de trabajo propuesta por el FSB prevé la elaboración de un proyecto de marco regulatorio para mediados de 2023 y su adopción en el G-20 a finales de 2025, lo que de facto lo transformará en un estándar mundial.

Si hubiera que resumir esta iniciativa en una frase podría usarse el principio regulatorio que reza así: «Actividades similares, con riesgos similares, tendrán las mismas exigencias regulatorias». Regulaciones robustas y precisas actúan en beneficio de todos. Seguramente Kim Kardashian estará de acuerdo con esta afirmación.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

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