China y África: ¿socios para el desarrollo?

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Fotografía: banderas de China y Suráfrica.

Desde que China iniciara su apertura al mundo, hace ya más de cuarenta años, la sociedad internacional ha asistido al despertar del gigante asiático que, fiel a su determinación de recuperar glorias pasadas, ha irrumpido con firmeza en la escena global, incluida África.

María Gabriela Mata Carnevali / 5 de octubre de 2019


En las últimas décadas China pasó de proveedor mundial de mano de obra barata a financista del Sur en desarrollo, «con el objetivo de construir puentes, tanto figurativa como literalmente, a través de la cooperación económica» (Yang, 2019). Ahora, con el propósito más ambicioso de consolidarse como potencia global, bajo la presidencia de Xi Jinping, Beijing ha puesto en marcha la denominada «Nueva Ruta de la Seda»: un proyecto de ingeniería geopolítica que supone un enorme desafío para la economía mundial y seguramente impactará las infraestructuras de transporte de mercancías, pasajeros, hidrocarburos y tecnología.

El proyecto, además de revitalizar la histórica ruta terrestre que posibilitó durante siglos el tráfico comercial entre Europa y Asia oriental, pasando por Asia central, pretende activar una vía marítima que la conecte con África y América Latina cruzando el océano Índico y el océano Pacífico. La idea es reducir los costos y el tiempo de transporte de mercancías para mejorar la competitividad de sus productos y aminorar el costo de sus importaciones de alimentos, materias primas y productos energéticos.

No hay «nada de improvisación y sí mucho planeamiento previo en esta globalización a la china» (Ortega, 2015). África no ha escatimado esfuerzos para ubicarse entre los principales «socios del desarrollo».

Más de diez mil firmas chinas operan en África y dominan casi el cincuenta por ciento del mercado de construcción contratada internacionalmente. El paso de China por África ha supuesto una inversión acumulada de 100.000 millones de dólares que se traducen en la financiación de proyectos para construir 30.000 kilómetros de autopistas, generar 20.000 megavatios de electricidad, crear alrededor de 900.000 empleos locales y depurar más de nueve millones de toneladas de agua al día (Sánchez, 2019). Además, China ha impulsado la construcción y la renovación de más de 6.000 kilómetros de ferrocarril en países como Angola, Nigeria, Etiopía o Sudán, y se espera que pronto comience la construcción de una nueva ruta ferroviaria que conectaría los puertos de Dakar, con salida al Atlántico, y Yibuti, donde China tiene asegurada su conexión con el océano Índico. Yibuti fue también el lugar escogido para construir la primera instalación militar permanente de China en el extranjero.

 

¿Qué opinan los africanos?

Las encuestas de opinión han mostrado que la mayoría de los africanos ve a China favorablemente, en términos de su influencia y sus contribuciones al desarrollo. La dirigencia no escapa a esta valoración positiva de la actuación del gigante asiático en el continente. «China, que ha librado sus propias batallas para modernizarse, tiene un sentido mucho mayor de la urgencia personal del desarrollo en África que muchas naciones occidentales», escribió el expresidente senegalés Abdoulaye Wade en 2008 (Albert, 2017). Sin duda todavía pesa el sentimiento anticolonialista.

Pero las crecientes actividades chinas en suelo africano han suscitado grandes dudas en la sociedad civil, sobre todo en lo relativo a su política de no interferencia en los asuntos internos que, en la práctica, se ha traducido en el apuntalamiento de regímenes autocráticos. A diferencia de Occidente que, para bien o para mal, suele condicionar ayuda e inversiones, China se atiene al principio de no injerencia y, al hacer negocios, no hace un problema de las formas de gobierno, lo que termina por afectar a las poblaciones sometidas. Financia el despotismo y deja en evidencia que, en realidad, no le preocupa tanto el desarrollo como su propio beneficio. Los trabajadores, por su parte, se quejan de las condiciones contractuales, que suelen ser muy duras; y los verdes, del poco o nulo interés en la preservación del medioambiente.

 

¿Cómo afecta esta alianza el orden mundial?

En el marco de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, África podría convertirse en un mercado potencial para los productos chinos, gravados con altos aranceles por el gobierno de Donald Trump. Beijing podría incluso aprovechar los acuerdos comerciales vigentes con diferentes países africanos, para convertirlos en plataformas exportadoras hacia el mercado estadounidense con menos carga impositiva.

En la arena política, sobre todo en el ámbito multilateral, África ha resultado un fiel aliado. Si es por gusto o no, es debatible. Sin embargo, en estas cosas más vale no ser ingenuos. «China usa sobornos, acuerdos opacos y la deuda para mantener a los Estados en África cautivos a los deseos y demandas de Beijing», dijo Bolton, uno de los «halcones» más prominentes del gobierno de Trump, antes de que se le pidiera levantar vuelo. En su opinión, «tales acciones depredadoras son subcomponentes de iniciativas estratégicas más amplias» (Yang, 2019).

Todo apunta a que tiene razón. No por nada Xi, en el 95 aniversario de la fundación del Partido Comunista Chino, anunció ante una audiencia de miles de personas que «tiene plena confianza en ofrecer una solución china a la búsqueda de mejores sistemas sociales por parte de la humanidad» (Yang, 2019). En definitiva, más que socio para el desarrollo del Sur, China se perfila como un desafío para el sistema internacional liberal.

 

Referencias

  • Albert, E. (2017): «China in Africa». Council on Foreign Relations: https://www.cfr.org/backgrounder/china-africa
  • Kabasha, G. (2015): «China en África». El País: https://elpais.com/elpais/2015/12/23/africa_no_es_un_pais/1450854000_145085.html
  • Ortega, A. (2015): «La nueva ruta de la seda: gran ingeniería geopolítica». Blog Elcano. Real Instituto Elcano: https://blog.realinstitutoelcano.org/la-nueva-ruta-la-seda-gran-ingenieria-geopolitica/
  • Sánchez, F. (2019): «China en África: una estrategia híbrida». Blog Elcano. Real Instituto Elcano: https://blog.realinstitutoelcano.org/china-en-africa-una-estrategia-hibrida/
  • Yang, D. (2019): «Cómo la alianza de China con África está cambiando el orden mundial». Inter Press Service. Disponible: http://www.ipsnoticias.net/2019/07/la-alianza-china-africa-esta-cambiando-orden-mundial/

María Gabriela Mata Carnevali, profesora del Área de Relaciones Internacionales y Globales, Universidad Central de Venezuela / @mariagab2016