Entre lo aparente y lo cierto: la revaluación del dólar y la inflación en Estados Unidos

938
Edificio Empire State (Nueva York). Imagen de Andreas H. en Pixabay

El dólar se ha apreciado en más de 8,5 por ciento desde mayo de 2021. Esto ha creado una expectativa de reducción del costo de las importaciones de bienes y servicios a Estados Unidos. Pero, como las importaciones se facturan en dólares, la rebaja es marginal.


El dólar se ha apreciado en más de un 8,5 por ciento desde mayo de 2021. Tal apreciación se ha mantenido en 2022, pero ha sido inferior a la que ocurrió entre 2013 y 2015, que es un referente en la historia económica reciente de Estados Unidos, cuando las economías europeas y los mercados emergentes experimentaron bajas tasas de crecimiento.

Es natural pensar que la apreciación de la moneda estadounidense frente a sus principales socios comerciales debería actuar como un atenuante de la inflación interna al abaratar el costo de bienes y servicios importados. Sin embargo, un reporte publicado recientemente por la Reserva Federal de Kansas City muestra lo contrario.

En agosto de 2022 Johannes Matschke y Sai Sattiraju publicaron, en el Boletín Económico de la Reserva Federal de Kansas City, un artículo titulado «Poco probable que la apreciación reciente del dólar tenga un gran efecto en la inflación interna». Para los autores, la apreciación del dólar tiene un impacto marginal en la inflación interna, porque el 95 por ciento de las importaciones se facturan en la moneda estadounidense. Aunque el efecto de la apreciación del dólar en el valor de los bienes y servicios no es inmediato, los exportadores a Estados Unidos reducen los precios con cierta gradualidad para mantenerse competitivos en los mercados internacionales.

Los cálculos realizados por Matschke y Sattiraju revelan que la apreciación de la moneda reportada en el último año atenúa la inflación interna en 0,16 puntos porcentuales anualizados a junio de 2022. Es probable que este efecto se acentúe levemente en la segunda mitad del año, como consecuencia de la reducción de precios que realizarán los exportadores.

En los dos primeros años de la pandemia, caracterizados por una disrupción en la cadena de suministros, se observó un aumento del costo de los bienes y servicios importados, que empuja al alza la inflación interna. Al mismo tiempo, el dólar se apreciaba con respecto a las monedas de sus socios comerciales.

¿Qué podría esperarse en el futuro? Los autores proyectaron tres escenarios cambiarios hasta finales de 2023, con el objeto de ver el impacto de esta variable en la inflación interna: 1) sin cambio en la paridad del dólar frente a los socios comerciales, 2) apreciación del cinco por ciento, que refleja un crecimiento del diferencial de tasas de interés entre Estados Unidos y las principales economías desarrolladas y 3) devaluación del orden del tres por ciento derivada del indicador de la paridad del poder de compra. Aunque el impacto relativo de la variación de la tasa de cambio en la inflación interna varía para cada escenario en términos absolutos, es poco significativo: oscila entre 0,23 y 0,33 puntos porcentuales.

La conclusión de los autores es que, contra la percepción generalizada de que la apreciación del dólar tiene un impacto negativo sobre la inflación, esto solo sucede cuando la apreciación es muy pronunciada, como ocurrió entre 2013 y 2015. Lo obvio no siempre es cierto.


Carlos Jaramillo, director académico del IESA.

Este artículo se publica en alianza con Arca Análisis Económico.

Suscríbase aquí al boletín de novedades de Debates IESA.